Piden atender los riesgos psicosociales para combatir las enfermedades cardiovasculares en el trabajo

Piden atender los riesgos psicosociales para combatir las enfermedades cardiovasculares en el trabajo
Foto: Aekgasit Mabobut (vecteezy)
Los infartos y derrames cerebrales se han convertido en la primera causa de muerte en jornada de trabajo. En 2024 fallecieron 266 personas trabajadoras por este motivo. El riesgo cardiovascular está íntimamente relacionado con la salud mental.

El año pasado murieron 21 personas más que en 2023 por esta causa, un incremento del 8,6 %. Los pacientes con infarto de miocardio presentan una prevalencia de depresión tres veces mayor que en la población general. Un reciente estudio señala que las personas entre 18 y 49 años que se sienten deprimidas presentan una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y de tener mala salud cardiaca.

Un 32% la población ocupada refiere estar expuesta a presiones de tiempo o sobrecarga de trabajo. El efecto de las patologías no traumáticas tiene una gran repercusión en la incidencia de los accidentes mortales que es mucho mayor en las personas trabajadoras de más edad.

Sin embargo, las enfermedades de salud mental de origen laboral son las grandes olvidadas de los sistemas preventivos de nuestro país. El sindicato UGT reclama, entre otros aspectos, la necesidad de la incorporación la Ley de Prevención de Riesgos, cuya actualización se debate en la mesa del diálogo social, que se contemplen los riesgos psicosociales de origen laboral.

Para la organización de trabajadores es necesario que se establezca una protección específica como por ejemplo existe con la exposición al ruido, o los agentes biológicos. Además, pide incorporar la perspectiva de género.

Con perspectiva de género

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en las mujeres, representando el 35% del total de muertes en mujeres en 2019. Según los datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2022, cuando una mujer llega al hospital por infarto, tiene casi el doble de posibilidades de morir. En concreto, “la mortalidad intrahospitalaria en ellos se sitúa en el 5%, mientras que en la mujer ascienda al 9,1%”.

Ante la visión generalizada y equivocada, de que de que el infarto es cosa de hombres, junto con el desconocimiento de sus síntomas, las mujeres acuden más tarde a consulta médica.

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Para abordar las deficiencias en la prevención cardiovascular en las mujeres, es necesario intensificar y aumentar la investigación específica por sexo, de forma que las mujeres participen en los ensayos clínicos y análisis de datos específicos de sexo, que hasta ahora se han centrado en los hombres.

También es necesaria la mejora en la detección y en el diagnóstico con evaluaciones de riesgo específicas para cada sexo y ampliar los planes y directrices de detección especialmente en el caso de mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son las causantes de que cada año mueran cerca de 18 millones de personas. Estas enfermedades agrupan una serie de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, como la cardiopatía coronaria, los accidentes cerebrovasculares y las cardiopatías reumáticas.

Más de cuatro de cada cinco defunciones por enfermedades cardiovasculares se deben a cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, y una tercera parte de ellas son prematuras (es decir, de personas menores de 70 años).

Las evaluaciones de riesgos psicosociales deben mejorar, deben realizarse en todas y cada una de las organizaciones para que se puedan aplicar las medidas preventivas y organizativas, la formación y la información y la vigilancia de la salud respecto a las patologías que afectan a la salud mental.

Además, UGT demanda la actualización del listado de enfermedades profesionales español, con el fin de que sean incluidas las patologías derivadas de los riesgos psicosociales, siguiendo la estela de la OIT que ya las recoge en su listado de 2010. Actualmente, las patologías derivadas de la exposición a riesgos psicosociales de origen laboral siguen sin reconocerse como contingencia profesional.

Igualmente resulta indispensable reforzar la Inspección de Trabajo, con medios humanos y materiales suficientes, para vigilar el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y su normativa de desarrollo, de poco sirve tener una legislación avanzada si no se cumple.