La siniestralidad laboral mata a una persona trabajadora cada tres horas

En 2024, la siniestralidad laboral en España dejó 796 muertes y más de un millón de personas trabajadoras afectadas
Una cifra que revela un drama humano y social inaceptable: cada tres horas, según la jornada laboral actual (1.826 horas y 27 minutos anuales), muere una persona en su puesto de trabajo. Las 55 muertes registradas solo en diciembre son la prueba de que la siniestralidad laboral golpea con la misma crudeza cada mes, según la estadística publicada este jueves por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
La realidad de estos datos refleja una crisis estructural de prevención y de cuidado en el mundo del trabajo —una tesis sobre la que vengo insistiendo—agravada por la falta de medidas eficaces para frenar esta plaga.
La siniestralidad laboral no es fruto del azar ni de la mala suerte, sino del incumplimiento sistemático de la legislación en materia de seguridad y salud en el trabajo. El deterioro de la prevención y salud laboral en las empresas ha sido progresivo –conviene recordar que la organización del trabajo es clave es esto–, muy condicionada, además, por la precariedad y la externalización de responsabilidades. “La seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: nos damos cuenta de su importancia solo cuando falla trágicamente, ¡y siempre es demasiado tarde!”, advirtió al respecto el papa Francisco.
La subcontratación en cadena, la falta de inversión en medidas de protección y el debilitamiento de los mecanismos de inspección y sanciones han configurado un modelo de prevención fallido, reducido a meros trámites burocráticos sin aplicación real en los centros de trabajo. El coste más alto de este fracaso es la pérdida de vidas humanas.
“No podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales, ni resignarnos a la indiferencia ante ellos. No podemos aceptar el despilfarro de vidas humanas”, alertó el pontífice. Mientras tanto, las consecuencias para las familias trabajadoras, en la mayoría de los casos, permanecen fuera de foco e invisibles. Un drama que se desatiende y se vive individualmente, en soledad, salvo que las víctimas sean las que se organicen, se acompañen, se cuiden, se esfuercen en ser escuchadas… y luchen por dejar de ser las muertes olvidadas.
Evitables
Las causas de las muertes laborales siguen siendo, a día de hoy, evitables. Caídas en altura, aplastamientos, atrapamientos, golpes con objetos en movimiento, accidentes de tráfico y, cada vez más, infartos y derrames cerebrales vinculados a condiciones de estrés extremo siguen cobrándose vidas en el trabajo. Con todo, no se vislumbra una respuesta clara y contundente ante esta crisis de prevención y de cuidados en el trabajo.
En este contexto, el Estado (Gobierno central y autonómicos, que tienen las competencias transferidas) deben asumir su responsabilidad e intensificar los controles y sanciones, garantizando que la prevención no sea una opción, sino una obligación ineludible. Además, el Gobierno de España debe acometer cambios urgentes y profundos en la ley de prevención.
“Ese es el gran reto de la mesa de diálogo social en materia de seguridad y salud en el trabajo, que comenzó sus trabajos hace ya un año sin que todavía esté rindiendo frutos. Es responsabilidad del Gobierno acelerar la dinámica de esa mesa”, ha resaltado Mariano Sanz, secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO, quien además advierte que esta realidad tan sufriente debería ser motivo de seria reflexión en la sociedad española. “Sin embargo, tenemos a unas patronales más interesadas en desviar la atención sobre sus responsabilidades alimentando un falso debate sobre el absentismo”, denuncia.
“Somos seres humanos y no máquinas, personas únicas y no piezas de recambio”, recordó Francisco ante la gravedad de siniestralidad en el mundo del trabajo. Cada muerte en el trabajo es una vida truncada, una familia destrozada, una injusticia que podría haberse evitado.
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Siniestralidad laboral enero-diciembre 2024
- La siniestralidad laboral con resultado de muerte: 796 personas trabajadoras. En jornada de trabajo han sido 646 las personas trabajadoras fallecidas, mientras que los siniestros in itinere –los que se producen en el trayecto de casa al trabajo y viceversa– han segado la vida de 150 personas trabajadoras.
- Por sectores, ha sido la construcción el más golpeado, con 135 personas trabajadoras fallecidas. Le siguen la industria manufacturera, con 112, el transporte y almacenamiento, 98 muertes…
- Por comunidades autónomas. Andalucía tiene 100 personas trabajadoras muertas por siniestralidad, seguida de Cataluña, con 78, y Madrid, con 72. La Comunidad Valenciana, 65, Castilla y León, 55 y Galicia 52…
- La siniestralidad laboral de carácter grave afecta a 4.063 personas trabajadoras.
- La siniestralidad laboral con baja laboral ha afectado a 628.300 personas trabajadoras.
- La siniestralidad laboral sin baja laboral ha afectado a 552.902 personas trabajadoras.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)