La lucha vecinal por el Parque del Oeste de Málaga

La lucha vecinal por el Parque del Oeste de Málaga
FOTO | Movimiento Vecinal por el Parque del Oeste de Málaga. Vía Fb.

Carretera de Cádiz, con más de 120.000 habitantes, es el distrito más densamente poblado de la ciudad de Málaga. Algunos de sus barrios, surgidos a finales de los años sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, se cuentan entre los de mayor densidad de Europa. En este contexto, la inauguración en 1992 del Parque del Oeste supuso un hito en este sector de la capital malacitana. Con más de 72.000 m² de superficie, se convirtió en el mayor espacio verde de la ciudad. Rápidamente se popularizó, pues fue la primera gran zona de recreo en un distrito obrero sin apenas equipamientos sociales, de esparcimiento y de ocio. Durante este tiempo, el parque, muy cerca del nuevo paseo marítimo de poniente, ha ido creciendo en popularidad y uso, siendo el mayor espacio de esparcimiento de la zona. Pistas deportivas, jardines, estanques, zonas infantiles, gimnasio para personas mayores, zona de mascotas… se distribuyen por todo el espacio, con un gran estanque central que ha sido y es su referente simbólico.

Hace cinco meses, el ayuntamiento de la ciudad, con una información muy insuficiente de lo que suponía a las asociaciones vecinales de la zona, decidió ceder el 60% por ciento del espacio público del parque –incluyendo el gran estanque central– para la puesta en marcha de un espectáculo privado de luminotecnia realizado por la empresa Ximenez Group (la misma que realiza el espectáculo luminotécnico en calle Larios durante las semanas previas y durante la Navidad, y de otros “parques temáticos navideños”, como el de la ciudad de Vigo).

El alquiler del espacio se ha hecho contraviniendo las mismas ordenanzas municipales, pues se ha aplicado al espectáculo el canon correspondiente a “ferias de artesanía”, por un valor simbólico de poco más de 100.000€, cuando por su carácter y el tamaño ocupado, tendría que haber sido de casi 2 millones de euros. Al espectáculo, denominado “Festival de las Linternas”, ambientando en China, se ha accedido con una entrada media en torno a los 18€, con varios pases a lo largo del día, desde un mes antes de las fiestas navideñas, hasta el próximo sábado 15 de febrero que se da por finalizado el espectáculo (aunque su desmontaje no finaliza hasta mediados de marzo).

Desde antes de su inauguración, la vecindad de la zona se manifestó en contra de la privatización de un espacio público tan necesario para la población, y que ocupaba más de la mitad del parque. Solo quedaron libres las pistas deportivas, la zona de mascotas, y un pequeño espacio a la entrada, y otro al final, cercano al paseo marítimo. La población, además, dejó de poder utilizar el parque para cruzar entre las dos zonas que comunica en dirección este-oeste, viéndose las familias obligadas a salir a la carretera para transitar de un espacio al otro. El espectáculo, dadas las prontas manifestaciones que empezaron a darse lugar, se “blindó” con pantallas de metal negro por todo su exterior para impedir que nadie pudiera ver nada del espectáculo desde el exterior. Pronto se ponen en marcha protestas vecinales, que precedieron a su inauguración, El sábado que comenzó el espectáculo, las fuerzas de seguridad, tanto nacionales como locales, recibieron a la vecindad que protestábamos, impidiendo siquiera nuestro acercamiento a la puerta de entrada.

Sin embargo, la vecindad, lejos de amilanarnos, nos hemos aglutinado en un colectivo, denominado “Movimiento Parque del Oeste”, que con constancia ha seguido convocando asambleas semanales y manifestándose todas las semanas. También ha llevado la voz de la vecindad a los plenos municipales y a la calle. Con creatividad manifiesta, canciones de todo tipo (incluyendo cantes típicos de la ciudad, las conocidas “malagueñas”), concursos de poesía, de carteles, relatos cortos… han servido para manifestar la indignación vecinal ante la usurpación del parque. Una indignación que ha crecido desde que Teresa Porras, concejal de fiestas, se refirió de manera despectiva, faltando a la verdad y con una falta de respeto absoluto a las vecinas que simplemente manifestaban su oposición a este uso del espacio público (las vecinas hemos sido calificadas de violentas y peligrosas, a la par que la citada concejal ha utilizado a la policía para difundir el nombre de las personas que se manifestaban, como medio de coacción).

Con el paso de los días, casi todas las asociaciones de vecinas de la zona han manifestado sentirse engañadas por el Ayuntamiento. El regalo de entradas gratis entre el vecindario no ha acallado las protestas. Al contrario, éstas se han magnificado cuando el espectáculo ha sido un fracaso absoluto de público. El rechazo vecinal ha sido tal, que múltiples colectivos y organizaciones de la ciudad, incluida la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), hemos firmado un manifiesto de apoyo a las reivindicaciones del Movimiento.

La semana pasada, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, manifestó que el espectáculo no se realizará en el Parque del Oeste el año próximo. Es evidente que en ello ha influido el nulo interés ciudadano por el mismo, pero qué duda cabe que la acción vecinal continuada ha sido un éxito de participación que ha puesto en el candelero el maltrato que sufre la vecindad por parte de la corporación municipal (recogida por todos los medios de comunicación locales). Porque, no lo olvidemos, el movimiento vecinal Parque del Oeste se enmarca en la ola de protestas y malestar creciente en una ciudad que “muere de éxito” porque el equipo de gobierno y, en especial su alcalde, han decidido vender la ciudad al mejor (im)postor, a costa de precarizar las condiciones de vida de sus habitantes. La gentrificación, la falta de vivienda asequible, la ilegalidad de miles de VUT que tensionan la habitabilidad en la ciudad, la especulación inmobiliaria, la falta de zonas verdes, la no aplicación del PGOU en materia urbanística y de vivienda, el incumplimiento del Plan Alicia de adaptación al cambio climático… están convirtiendo a la ciudad en un parque temático en el que a la vecindad se la invita a marcharse de la ciudad, pues sólo se le asigna y tiene un papel de figurante explotada o precarizada, en un decorado de cartón piedra al servicio de las industrias carroñeras de la especulación inmobiliaria o de la precaria industria turística y hostelera.

Una parte importante de la ciudad está levantándose porque ya no aguanta más. Además del Movimiento “Parque del Oeste”, el movimiento ciudadano “Málaga para Vivir”, la plataforma por un Bosque Urbano en la misma carretera de Cádiz, la plataforma contra el Rascacielos del Puerto, las plataformas en Defensa de la Vega Mestanza, la desembocadura del río Guadalhorce o los Pinares de San Antón…; diferentes asociaciones en defensa del derecho a la vivienda, contra la turistificación, la gentrificación o los desahucios… ponen de manifiesto que una parte considerable de la vecindad se siente estafada, olvidada y enfermada, y está despertando.

Frente a la Málaga Redonda, la Málaga de los Museos, la del Palmeral de las Sorpresas, la de la nueva terminal del aeropuerto o la de las grandes operaciones especulativas (donde tienen un importante papel fondos de inversión israelíes) se levanta la Málaga real, la que madruga todos los días para ir a trabajar, la que está mayormente precarizada en hoteles, restaurantes o en el mismo Parque Tecnológico de Andalucía… Esa es la Málaga que quiere y desea seguir viviendo en la ciudad que la vio nacer o crecer, pero que cada día tiene más difícil hacerlo. Y a la que su alcalde anima, un día sí y otro también, a marcharse de la ciudad, porque, como él mismo dice, “todo es relativo”.