La brecha salarial se estanca: las mujeres trabajadoras ganan un 19,6% menos que los hombres
A pesar de los avances de los últimos años, la brecha salarial ha dejado de reducirse. Las mujeres trabajadoras ganan un 19,6% (4.857 euros) menos que los hombres, porcentaje que aumenta alrededor del 30% en algunos sectores económicos. CCOO pide un pacto por los cuidados y planes de igualdad en las empresas para acabar con esta desigualdad
El salario medio anual de las mujeres, en 2023, rondó los 24.758 euros frente a los 29.615 euros que cobraron los hombres de media. La brecha salarial de género en España todavía es mayor en las actividades administrativas; profesionales, científicas y técnicas; sanidad y servicios, sociales; comercio; actividades inmobiliarias y actividades financieras.
Según el informe Contra la brecha salarial de género, no podemos esperar, elaborado la Secretaría de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo y el Gabinete Económico de este sindicato, la brecha de género aumentó por primera vez después de años de descenso en 2023 en un 0,6%.
La secretaria de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Carolina Vidal López, ha reconocido que, aunque los avances logrados a través del diálogo social y negociación colectiva han logado que “la brecha haya descendido notablemente”, hay todavía “brechas laborales y sociales, todas ellas discriminatorias”, que acaban por influir en la diferencia de trato salarial.
“Hay un estancamiento en la brecha salarial, de medio punto, después de muchos años de descenso (de 10 puntos desde 2012) al haber subido de media más los salarios de los hombres que el de las mujeres”, ha señalado Vidal.
Igualmente ha señalado que por más que “la temporalidad ha bajado considerablemente”, lo que achaca a la reforma laboral, “la tasa de temporalidad de las mujeres sigue siendo más altas entre mujeres que en hombres”.
Las diferencias salariales en el empleo se deben fundamentalmente a las diferencias de jornada, la valoración de su empleo y el perfil ocupacional diferenciado entre hombres y mujeres.
Al ritmo actual, harán falta 20 años para acabar con la desigualad entre hombres y mujeres, por lo que el sindicato reclama medidas adicionales para reforzar la lucha contra la discriminación, una vez que el incremento del suelo salarial y la reforma laboral empiezan a dar muestras de haber agotado su impacto en la reducción de la brecha salarial.
“O hacemos políticas adicionales, específicas que tengan calado en las discriminaciones estructurales y sociales, que afectan a la vida de las mujeres, que tienen una incidencia evidente en sus relaciones laborales y que básicamente tienen que ver con los cuidados o ya lo tenemos aquí, habrá un estancamiento del descenso de la brecha”
Los procesos de socialización de las mujeres, los condicionantes que afrontan una vez que acceden al empleo y las prestaciones públicas que reciben tras finalizar su vida laboral están detrás de las diferencias de ingresos.
Entre las medidas específicas que reclama este sindicato figuran el incentivo a la contratación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos, fomentando a la vez, la igualdad de oportunidades en promoción y ascensos; la garantía de acceso equitativo a empleos a tiempo completo y la regulación de la parcialidad y, en particular, las horas complementarias, además de la promoción de medidas de corresponsabilidad en el hogar y en el trabajo.
En materia salarial, propone regular la implantación de complementos igualitarios, sin sesgos de género.
Además, la organización de trabajadores y trabajadoras reclama la creación de infraestructuras de cuidado para facilitar la conciliación laboral y la promoción de permisos parentales equitativos entre hombres y mujeres, en el marco de un Pacto Estatal que desarrolle los cuidados desde los servicios públicos, como un nuevo pilar del Estado de Bienestar.
Por su parte el secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha reconocido que tanto la subida del salario mínimo como la reforma laboral “están agotando” su capacidad de igualar las retribuciones entre hombres y mujeres.
“Toca abordar medidas adicionales, si de verdad se quiere una reducción significativa de la brecha”, ha señalado Sordo quien ha pedido mejorar la orientación e información a personas jóvenes antes de elegir su opción formativa, para acabar con “los viejos roles y estereotipos de género que influyen en la distribución de la ocupación”.
También ha apostado por abordar la regulación de las jornadas parciales, para que las trabajadoras que lo deseen puedan incrementar el tiempo de trabajo con la consolidación de las horas complementarias o facilitar la conversión de contratos a tiempo parcial en a tiempo completo.
Estrategia de cuidados
Sin embargo, ha destacado Sordo que “el elemento clave tiene que ver con el despliegue de una potente estrategia de cuidados”, dado que la feminización de los cuidados explica la discontinuidad de las carreras laborales de las mujeres y la mayor tendencia a trabajar a tiempo parcial.
En último lugar, ha explicado que hace falta promover los planes de igualdad en la empresa, dado que la ley no lo puede todo”. Eso sí, ha especificado que si se quieren desarrollar planes de igualdad en centenares de miles de empresas del país, hay que movilizar los recursos suficientes”.
“Instamos a las administraciones públicas, empezando por el Gobierno y siguiendo con todas las demás, a que si emplazan a los agentes sociales a reducir la desigualdades sean conscientes de que tiene que ir aparejado de dotación recursos”.
“Tenemos una legislación que obliga a establecer planes de igualdad, lo que es un trabajo ingente”, ha puntualizado para insistir en que “si existe un mandato a los agentes sociales por un bien público, como es la reducción de la brecha salarial, no vale solo con ponerlo en un papel”
El 44% de las mujeres asalariadas trabajan predominantemente en siete sectores con un salario medio claramente por debajo de la media nacional. Además, una de cada cuatro mujeres gana igual o menos que el salario mínimo interprofesional en términos de salario anual.
Las mujeres trabajan menos horas, de hecho, el 75% de la población asalariada a tiempo parcial son mujeres. El 21,1% de las mujeres trabaja a jornada parcial, en un gran porcentaje de forma involuntaria, frente al 6,6% de los hombres. Si se equiparara la jornada laboral femenina con la masculina, la brecha salarial se reduciría en un 64%.
El cuidado de personas dependientes también recae sobre ellas. Hay once veces más más mujeres trabajando a tiempo parcial por esta razón que hombres. En 2024 se contabilizaban 357.000 mujeres ocupadas a tiempo parcial por motivos de cuidados, frente a 33.000 hombres ocupados.
Ellas soportan mayores tasas de temporalidad, el 18,5% frente al 13,7% de los hombres.
Pero es que además de estas diferencias de partida, las mujeres se enfrentan a un trato salarial desigual y discriminatorio. Casi la mitad de la brecha salarial tiene que ver con los complementos reflejados en las nóminas, que benefician en mayor medida a los hombres, entre otras cosas debido a que se premian aspectos como la nocturnidad, el esfuerzo físico y la disponibilidad horaria por encima de otros elementos como la atención y la precisión.
El otro factor de desigualdad tiene que ver con la carga de los cuidados y el desempeño de trabajos no remunerados. Casi dos millones (1,9 millones) de mujeres no buscan empleo porque están cuidando a niños, mayores, personas enfermas o con discapacidad, siendo la primera causa de inactividad de las mujeres.
Menos del 5% de los hombres aduce estas razones para no buscar empleo, frente al 19,5% de las mujeres inactivas no buscan empleo por esta razón. Sin el impacto de los cuidados, la desigualdad en la tasa de actividad entre hombres y mujeres casi desaparecería.
La mayor parte de las excedencias por cuidado de hijos en 2023 fueron asumidas por mujeres, hasta asumir el 87% de este tipo de permisos.
Redactor jefe de Noticias Obreras
