La pobreza en España: el reto de medir y combatir la exclusión social
La exclusión social afecta a 9,4 millones de personas en España, un 16% más que antes de la crisis de 2008, según los últimos datos. Además, el 26,5% de la ciudadanía del país está en riesgo de pobreza o exclusión social. Pero ¿qué significan estas cifras y cómo se miden? José Ignacio Conde-Ruiz, catedrático de Economía, y Raúl Flores Martos, secretario técnico de la Fundación FOESSA, analizan las limitaciones y retos en la medición de esta injusticia, en un debate publicado en El País.
La pobreza en España no es solo un problema económico, sino un fenómeno que impacta profundamente en las condiciones de vida de millones de personas trabajadoras. Entenderla y medirla con precisión es el primer paso para combatirla eficazmente.
José Ignacio Conde-Ruiz subraya que las cifras de pobreza, más allá de ser indicadores económicos, reflejan realidades que demandan compromisos inmediatos. “En tiempos de crisis económica, una caída general de ingresos puede reducir el umbral de pobreza relativa, pero eso no implica mejoras en las condiciones de vida de los más vulnerables”, explica. Este método, que mide los ingresos por debajo del 60% de la renta mediana, está estrechamente ligado a la desigualdad, pero no siempre capta las carencias materiales reales de las personas.
Conde-Ruiz propone complementar esta medición con herramientas multidimensionales como la tasa AROPE, que combina el riesgo de pobreza, la privación material severa y la baja intensidad laboral. Según este índice, el 26,5% de la población española cumple al menos uno de estos criterios. “Los datos son peores para niños, jóvenes y mujeres: el 33,5% de los niños, el 31,2% de los jóvenes y el 27,5% de las mujeres viven en situación de pobreza o exclusión social”, destaca.
El economista advierte que algunos colectivos quedan fuera de las estadísticas oficiales, como personas sin hogar o inmigrantes sin documentación, y “pese a las dificultades de medición, los datos son tan elocuentes que una sociedad que aspire a la justicia social no puede mirar a otro lado”, recalca.
La vivienda y la exclusión social
Por su parte, Raúl Flores analiza cómo la precariedad laboral y el coste de la vivienda han intensificado la exclusión. “Dos de los cambios sociales más influyentes han sido la pérdida de capacidad integradora del empleo y el creciente sobreesfuerzo de las familias para acceder a una vivienda adecuada”, afirma. Según Flores, los hogares en situación de pobreza destinan más del 70% de sus ingresos al alquiler, una cifra que duplica los niveles de 2007.
El experto también señala que la exclusión afecta desproporcionadamente a ciertos grupos. “Las familias monoparentales y las que tienen menores de 24 años registran las tasas de exclusión más altas. Además, la exclusión severa en la infancia se ha duplicado desde 2007, alcanzando el 15%”, subraya.
Flores concluye que la brecha generacional y las desigualdades por nacionalidad ponen en entredicho la igualdad de oportunidades en España, afectando al 47% de las personas extracomunitarias.
Políticas públicas
Ambos expertos coinciden en que abordar la pobreza exige políticas públicas que consideren su dimensión multidimensional. “El progreso económico debe ir acompañado de una distribución justa de recursos y oportunidades”, insiste Conde-Ruiz. Por su parte, Flores subraya que “es necesario avanzar hacia una visión integral que abarque salud, vivienda, educación y apoyo social”.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)