La sociedad civil de Burgos apuesta por la convivencia frente al veto a entidades de atención a migrantes
Miles de personas se concentraron en Burgos contra la intención del Gobierno municipal de suprimir los convenios con tres entidades dedicadas a la acogida e integración de personas migrantes que trabajan en la ciudad y alrededores.
La Plaza Mayor acogió la protesta apoyada por entidades de ámbitos culturales, religiosas, profesionales, sociales, sindicales y empresariales de la comunidad burgalesa, en contra del plan del Ayuntamiento de retirar su apoyo económico a entidades como Accem, Burgos Acoge y Atalaya intercultural. “Con los derechos no se negocia”, “No todo vale” o “Migrar no es un delito” fueron algunos de los cánticos pronunciados por las personas asistentes.
La medida anunciada, con el fin de ganarse el apoyo de Vox al Gobierno municipal, “carece de sentido, no aporta nada positivo y de diferentes maneras nos perjudica a todos y a todas”, según el manifiesto “Por un Burgos solidario, incluyente y diverso”, leído durante la protesta.
Cáritas diocesana ya expresó su intención de renunciar al convenio con el consistorio para financiar sus propios programas de atención a personas migrantes, si no se restituye la financiación al resto de entidades que considera que llevan a cabo una labor “indispensable” para la cohesión social y el apoyo integral a los más necesitados.
Junto con las entidades afectadas, la organización humanitaria de la Iglesia agradeció “la respuesta unánime y conmovedora” que la sociedad burgalesa demostró con la masiva asistencia a la concentración.
Los recortes como síntoma
Más allá de poner en peligro los programas de atención de personas migrantes, dificultando todavía más su integración, la manera de proceder del equipo de gobierno representa “un síntoma de una manera de entender la convivencia y la vida comunitaria empobrecedora”, advierten los convocantes.
Frente a la justificación oficial de que son las ONG las que contribuyen a la inmigración irregular, argumentos calificados como “inconsistentes y arbitrarios”, las entidades de atención a migrantes y defensa de los derechos humanos entienden que “reflejan un gran desconocimiento de la realidad”, y que “causa estupor y da vergüenza”. Así, las entidades firmantes expresan, con ironía, que ahora va a resultar que los culpables son “las víctimas y quienes ayudamos a las víctimas”.
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Por supuesto, las asociaciones lamentan “el drama humano que está aconteciendo en las en las fronteras de Europa, especialmente en el Mediterráneo”. Sin embargo, alertan de que “no se combate el tráfico de personas con más persecución y más abandono”, sino con “integración, respeto, acogida y con ayudas a los países de origen”, y “menos recortes” en la cooperación internacional”.
“Estos problemas evidentes y sangrantes no pueden servir de coartada para aplicar medidas xenófobas y, menos aún, culpar de este tipo de prácticas a entidades que trabajamos en un sentido bien claro y muy distinto”, matizan.
Las asociaciones convocantes afirman que “Burgos no sufre, ni de lejos, los problemas que se aducen para justificar la medida que pretenden”, sino que, por el contrario, existe en la ciudad un “clima pacífico donde las personas convivimos en paz y sin sobresaltos significativos”.
Es más, apuntan, “la llegada de personas migrantes a Burgos no ha generado dificultades que merezcan ser reseñadas”. En cambio, contribuye a “hacer una sociedad mejor, más diversa, rica, plural y cohesionada”.
La Plataforma del Tercer Sector de Burgos, integrada por 30 entidades, así como los sindicatos mayoritarios y partidos políticos de la oposición municipal también dieron su apoyo a la concentración, al igual que Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos
El alto precio que tiene buscar “chivos expiatorios”
El manifiesto contiene una advertencia: en todo caso, “no se resuelven los problemas buscando “chivos expiatorios” a quienes culpar de todos nuestros males”, “esto es lo fácil”; y de hecho plantea que “ya se hizo en tiempos pasados, pagando un alto precio por ello”.
La experiencia de estas entidades les permite afirmar que las personas –escrito en mayúsculas para darle énfasis—migrantes son “respetables y dignas”, “trabajan y se esfuerzan por salir adelante todos los días”, “quieren a sus hijos y desean darles un futuro como cualquiera”.
El discurso hecho público durante la manifestación achaca el propósito del equipo de Gobierno municipal al “tacticismo político”, que puede imponerse, “si no somos capaces de presentar resistencia suficiente y detener esta deriva que daña nuestra convivencia y nuestra cohesión social”.
Así, reconocen los colectivos no sentirse solos y agradecen la valoración de su trabajo que vienen recibiendo así como las muestras de apoyo de estos días. “Este es el verdadero “efecto llamada”: el de la solidaridad, responsabilidad y coherencia”, se decía en el comunicado, “una prueba fehaciente de que somos un tejido social fuerte, necesario, vertebrado y cohesionado, que da respuesta a las necesidades de una realidad social y migratoria que hoy y siempre va a seguir existiendo”.
Redactor jefe de Noticias Obreras