Trabajadores cristianos de Alicante busca respuestas para los barrios descuidados
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Alicante ha convocado en la sede de la Asociación Juvenil Pavirre una jornada de debate sobre el descuido institucional de muchos barrios de la ciudad de Alicante, en busca de propuestas para humanizar la convivencia y restaurar el entorno.
Integrantes de nueve asociaciones vecinales, además de las entidades Arquitectura sin fronteras y Mesa de la Zona Norte, han respondido a la iniciativa de este movimiento de trabajadores cristianos de la ciudad para debatir en torno la situación actual de los barrios más empobrecidos social y ambientalmente y reflexionar sobre cómo mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y favorecer la convivencia.
“Hay militantes y equipos que viven en algunas de estas zonas más descuidadas, por lo que nos parecía lógico profundizar más en estas realidades cercanas y tratar de estrechar la relación con nuestros vecinos y vecinas”, comenta Susana Poveda, militante hoacista.
La ciudad figura en el puesto número dos en la lista de municipios con más distritos en los que sus habitantes cuentan con las rentas más bajas –Sevilla ocupa el primer lugar–. Lo servicios sociales de la ciudad, en la que viven unas 350.000 personas, atienden a cerca de 40.000 residentes. Solo en 15 barrios del norte y la periferia, alrededor del 15% de las personas que requieren ayuda municipal.
“Desde hace demasiado tiempo, persiste una gran desigualdad dentro de la ciudad que se refleja en la promoción de Alicante como destino turístico a espaldas de la realidad de abandono y descuido institucional del día a día de los vecinos”, reconoce Poveda.
Es una dinámica global de muchas ciudades a las que se les ha ido poniendo nombres sucesivos: “zonas marginales”, “cinturones de miseria” o más recientemente, sobre todo, en el ámbito andaluz, “barrios ignorados”. En Alicante, en cambio, insisten en la falta de cuidados de ciertos ambientes urbanos, por lo que han acuñado el término “barrios descuidados”.
En medio de estas circunstancias, el proyecto de humanización implícito en la fe cristiana supone apostar libremente por la vida en comunión frente al individualismo, la solidaridad frente a la competencia y el ser frente al tener. Por ello, se trata de fomentar el compromiso en los barrios y situaciones más precarizas, con vistas a proponer un actuar conjunto que estimule la colaboración con otras entidades.
Contexto de la campaña Cuidar el trabajo, cuidar la vida
Precisamente, esta iniciativa entronca con la campaña de la HOAC “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, que por esta vez se centra más en los ámbitos de convivencia ciudadana que en los centros de trabajo. “Al fin y al cabo, todos los militantes tenemos vecinos y pertenecemos a un lugar, por lo que nos hemos planteado abrir posibilidades de presencia comunitaria”, reflexiona Poveda.
La reunión convocada no es más que un ejercicio de acercamiento consciente a las realidades de abandono, precariedad laboral y existencial que tenemos más cerca, a través de la escucha a las personas que más sufren estas condiciones de vida y que actualmente están tratando de encontrar una respuesta común a través de las asociaciones vecinales o espacios de participación.
De hecho, como describe Poveda, “hay ya colectivos que trabajan en barrios, como la Mesa de la Zona Norte que nació de personas y asociaciones que han querido dar un uso social a muchos de los solares del barrio, Arquitectos sin fronteras que ha restaurado zonas verdes y públicas o la plataforma alicantina contra la pobreza, la exclusión y la desigualdad”, con los que averiguar si tenemos líneas de actuación comunes.
El curso pasado este movimiento de la Iglesia diocesana ya entró en contacto formal con muchas de las entidades sociales de la ciudad y ahora que les han ofrecido abrir un espacio compartido de reflexión y colaboración ha habido “muy buena respuesta”. “Son muchas las necesidades y zonas descuidadas, no tratamos de llegar a todas, porque no se puede, pero sí aumentar el grado de compromiso con las personas, entidades y el territorio donde estamos”, explica la militante hoacista.
De momento, este jueves, quienes acudan podrán responder a unas pocas preguntas sobre las necesidades que han detectado en sus barrios y las propuestas que se les ocurren, para luego mantener un diálogo y debate en torno a la posibilidad de encontrar líneas de trabajo común. O como dice Susana, “ver qué se vive, se siente y se mueve en estos barrios en busca de un quehacer comunitario”.
Redactor jefe de Noticias Obreras