Díaz-Abajo insiste en la necesidad de potenciar “la formación de la conciencia social de los cristianos”

Díaz-Abajo insiste en la necesidad de potenciar “la formación de la conciencia social de los cristianos”
FOTO | Gonzalo Ruiz (i) y Fernando Díaz
“Frente a la deshumanización, tenemos que impulsar un cambio de pensar y de sentir que deje de normalizar la precariedad laboral y de la vida para poder abrirnos a la tarea de suscitar esperanza” ha propuesto el que fuera director de Pastoral Obrera, Fernando Díaz Abajo, como tarea de futuro.

El sacerdote sevillano tras recordar que la fe cristiana es memoriosa, de la intervención de Dios en la historia, y memorial, llama a actualizar la experiencia en el aquí y ahora, ha desgranado algunos hitos en las tres décadas de trayectoria de la pastoral obrera de todo la Iglesia, que desde su génesis se ha configurado el proceso sinodal como “el más prolongado y profundo que se ha dado en nuestra Iglesia española antes del actual sínodo”.

Así, Díaz Abajo en su ponencia titulada Una mirada agradecida a la pastoral obrera y del trabajo. ¿Hacia dónde continuar caminando?, ha reconocido que no solo las tendencias reflejadas en el documento fundacional de esta área de atención y campo de misión se han agudizado, sino que también la propia Iglesia ha ido evolucionando en su manera de entender y hacerse presente en el mundo obrero.

Entre los logros de la pastoral del trabajo, ha destacado el impulso a la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente que ha promovido 33 coordinadoras diocesanas, así como la adhesión de más de 350 entidades eclesiales.

Pero también ha mencionado otros referentes en este caminar que pueden servir de guías para el futuro, como el propio ejercicio sinodal permanente, las sinergias consolidadas con otros departamentos eclesiales, la atención a las víctimas de la siniestralidad, las relaciones con las organizaciones sindicales y el desarrollo la mirada creyente, especialmente a través del seminario y luego documento sobre el conflicto social y la propia reorganización de esta pastoral dentro del marco más amplio de la acción social de la Iglesia.

Ante los desafíos que atraviesa el mundo obrero y del trabajo en permanente transformación, Díaz Abajo se ha atrevido a proponer algunas orientaciones para seguir en este “caminar que, desde el acompañamiento de la vida de las personas y las familias del mundo obrero en clave de misericordia”.

Como primera condición, ha resaltado “la formación de la conciencia social de los cristianos, y el cambio de mentalidad de las mujeres y hombres del mundo obrero”, desde el acompañamiento cercano a la vida de las personas y familias trabajadoras.

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“Si el mayor problema que existe hoy para hacer frente a la deshumanización es que hemos normalizado la deshumanización, la tarea más necesaria es revertir esta manera de pensar y sentir que nos haga descubrir lo que ni es ni puede ser normal”, ha subrayado.

Por supuesto, ha de ser constante la llamada a “sumar voluntades y militancias que posibiliten el surgimiento de alternativas proféticas que nuestro mundo necesita descubrir”, sin olvidarse de apostar “de manera más decidida por la formación de militantes obreros cristianos, por el impulso de la propuesta pastoral que supone la riqueza de los movimientos especializados de la Acción Católica, y por la formación de consiliarios que acompañen y ayuden a sustentar la espiritualidad que el compromiso con el mundo del trabajo necesita”.

Además, ha admitido que hace falta “reconfigurar la relación entre parroquias y movimientos apostólicos, descubrir el rostro que hoy ha de configurar nuestras comunidades parroquiales”, teniendo en cuenta que también habrá que “aceptar con valentía y confianza que hay realidades que ya no son las que eran y, por tanto, tampoco las respuestas que fueron válidas en determinadas circunstancias gozan hoy de validez”.

Para concluir, ha confesado su convencimiento de que “Dios, que nos ha traído hasta aquí de su mano, sigue pidiéndonos que lo acompañemos en el resto del camino, acompañando la vida del mundo obrero, con ojos abiertos, oídos atentos, corazón dispuesto, mano tendida, ternura y misericordia como seña de identidad, haciendo de nuestro ser y hacer sacramento del ser y hacer de Dios mismo”.

Proyectar la pastoral del trabajo a Europa

Ya en el tuno de intervenciones la secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Alessandra Smerilli, presente en las jornadas celebradas en Ávila, ha ofrecido su colaboración para trasladar la experiencia de los 30 años de la pastoral obrera la Iglesia española al resto de conferencias episcopales de Europa y del mundo.

En este sentido, ha planteado la conveniencia de generalizar en la Iglesia Universal el acompañamiento y preocupación, de modo organizado, de las personas y familias trabajadoras, independientemente de su inclusión o no en la economía formal, así como la atención a la evolución de las relaciones laborales.