Las diócesis extremeñas celebran la diversidad y llaman a promover la acogida de personas migrantes
Las diócesis extremeñas celebraron la 110 Jornada Mundial de los Migrantes y los Refugiados con un encuentro interdiocesano en la ciudad pacense de Fuente del Maestre en el que participaron 300 personas migrantes.
La jornada estaba impulsada por las delegaciones de Migraciones de las tres diócesis extremeñas, Plasencia, Coria-Cáceres y Mérida-Badajoz, ofreció momentos para la convivencia, el encuentro, la oración, la música y la reflexión.
En su comunicado conjunto, las delegaciones afirmaban que “movidos con espíritu evangélico, animamos a abrazar como católicos que somos, la diversidad cultural y religiosa que existe hoy en nuestro mundo globalizado”.
El acto de bienvenida oficial tuvo lugar en el Cine–Teatro Salón Modelo, en el que el párroco local Javier Moreno tomó la palabra para explicar cómo iba a desarrollarse la jornada, mientras que el alcalde Juan Antonio Barrios García dijo que era “un honor” acoger una jornada de este tipo, ya que “La Fuente es un pueblo hospitalario, con mucho que ofrecer y que mostrar”.
En actual delegado diocesano de migraciones de Mérida-Badajoz, José Moreno, apostó por “caminar hacia un Nosotros cada vez más grande”, “éste es el verdadero camino: un camino en el que no estamos solos porque Dios camina con su pueblo, y está dentro de cada uno de nosotros”.
Por su parte, el sacerdote de origen colombiano Orlando Cozro, impulsor en La Fuente del espacio de escucha y acogida al migrante “Café con Amor”, habló de su propia peripecia vital como migrante y de los contrates interculturales inevitables.
“He estado siempre bien acompañado a la hora de conocer la cultura y las costumbres, y aquí me he sentido muy bien acogido, soy un fontanés más. Yo os invito a que os abráis a la cultura que os recibe porque es la mejor manera de integrarse y también de poder dar lo mejor de nosotros mismo.”
Después intervino Arturo Hurtado, llegado a España siendo aún menor: “He estado en muchas partes de este país, y en todas ha estado Dios. Quiero transmitirles este sentimiento tan grande que es ser parte de esta comunidad que es la Iglesia.”
Aacoger, proteger, promover e integrar
La seglar claretiana y teóloga, Yolanda Ibáñez, integrada en la Fundación Esperanza de las adoratrices, fue la encargada de ahondar en los cuatros verbos (acoger, proteger, promover e integrar) que plantea el Papa Francisco, a partir de la ponencia titulada: “os queremos como hermanos, os necesitamos como Iglesia”.
“Acoger es caminar a su lado y meterse en su piel, a la vez que el que viene tiene que meterse en la nuestra. Acoger a un inmigrante no lo olvidemos, es acoger a Jesús”, recalcó.
“Proteger” conjuga una serie de acciones encaminadas “a que se cumplan de verdad los derechos humanos, a la defensa de la dignidad de cada una de las personas que vienen, en cualquier ámbito de la vida”.
“Promover, sí, a las personas vulnerables en sus necesidades fundamentales, que tengan la oportunidad y el derecho a realizarse como personas”.
E “integrar; más que aceptar al que viene, “meterlo dentro de nosotros, de nuestro día a día, en nuestra sociedad”,
Ibáñez concretó estos principios en reivindicaciones muy palpables en el ámbito jurídico, laboral y social que afectan tanto “a toda la sociedad”, en la que “la Iglesia no es un ente aparte. Es tarea de todos y todas”.
Estos mismos cuatro verbos aparecen también en la declaración suscrita por los delegados de migraciones en la que explican que “católico significa en griego “universal” y eso ya marca nuestra misión y compromiso en acoger, proteger, promover e integrar al migrante, al refugiado, al que es diferente en nuestra vida, en nuestras comunidades parroquiales, en nuestra sociedad”.
También invitaban a que “las aportaciones que hacen muchos de ellos (las personas migrantes) en nuestra vida diaria: cuidando nuestros ancianos, enfermos, dependientes, niños, realizando las tareas más duras del campo y la ciudad, en diversos sectores de la hostelería, el turismo, y los servicios en general”.
La Eucaristía se celebró en la Parroquia de Nuestra Señora de La Candelaria, presidida por el arzobispo de Mérida–Badajoz, José Rodríguez Carballo, quien en su homilía afirmó que no podemos ver a los inmigrantes como una amenaza, y que son “ante todo, la imagen de Cristo pobre y crucificado”.
Tras la comida y el festival siguiente, las personas asistentes se desplazaron hasta la Iglesia de la Virgen de la Cabeza, donde fueron recibidos por el Hermano Mayor, Juan Casado.
Redactor jefe de Noticias Obreras