El sindicalismo internacional rechaza el nuevo índice del Banco Mundial por erosionar el trabajo decente

El sindicalismo internacional rechaza el nuevo índice del Banco Mundial por erosionar el trabajo decente
FOTO | Vincent Tremeau
La Confederación Sindical Internacional (CSI) critica el índice Business Ready (B-Ready) del Banco Mundial, que clasifica a los países en función de su “facilidad para hacer negocios”, es poco fiable y perjudicial para las personas trabajadoras y atenta contra el trabajo decente

Según la CSI, este índice recientemente publicado pone en riesgo los derechos laborales y fomenta una carrera a la baja en cuanto a condiciones de trabajo y protección social. Particularmente destaca que realiza una evaluación superficial de los derechos y libertades fundamentales de los trabajadores; socava la protección social; erosiona el diálogo social y fomenta una flexibilidad perjudicial.

“Resulta profundamente preocupante que el Banco Mundial clasifique a los países de una manera que fomenta la competencia para erosionar las normas del trabajo”, denunció el secretario general de la CSI, Luc Triangle, subrayando el momento en que los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo sufren represalias por organizarse para mejorar sus condiciones laborales.

La CSI cuestiona la falta de diálogo social y consulta democrática en la elaboración del índice. A pesar de los intentos de los sindicatos por participar en el proceso, el Banco Mundial avanzó sin prestar atención a las preocupaciones de los representantes de los trabajadores y las trabajadoras, ignorando el papel crucial que deben tener en la formulación de políticas laborales justas y del objetivo de trabajo decente.

“No existe ningún procedimiento rápido –afirma Triangle– para la consulta democrática y el diálogo social sobre las prácticas del mercado de trabajo. Las reformas basadas en un análisis tan desequilibrado serán equivocadas en el mejor de los casos y peligrosas en el peor”, alerta.

“Las políticas laborales no son simples insumos, como las licencias comerciales o las conexiones a servicios públicos, y no pueden clasificarse de la misma manera. Los sindicatos de todo el mundo sostienen que el trabajo no es un tema apropiado para incluirse en el índice B-Ready y debería retirarse”, reclama el líder sindical.

El sindicalismo internacional publicaba, antes del verano, su informe anual sobre la situación de los derechos y libertades laborales, alertando que los derechos de las personas trabajadoras se están deteriorando, al tiempo que se resiente cada vez más la democracia.

Un enfoque metodológico “poco fiable y perjudicial”

El índice B-Ready es duramente criticado por varios fallos que, según la CSI, lo convierten en un instrumento poco fiable y potencialmente perjudicial para el trabajo decente y la justicia social.

En primer lugar, el índice se basa en evaluaciones formales de las legislaciones laborales de cada país, sin considerar cómo se aplican esas leyes en la realidad. Esto permite que países con un historial deficiente en la protección de los derechos de las personas trabajadoras, como Filipinas, Indonesia o Vietnam, obtengan puntuaciones elevadas.

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La contradicción es evidente cuando se compara con el Índice Global de los Derechos de la CSI, que clasifica a estos mismos países entre los peores del mundo para los trabajadores. Para el sindicalismo internacional, esta divergencia demuestra la falta de rigor del B-Ready al no evaluar si los derechos laborales son realmente ejercidos ni si las normativas se cumplen.

Por otro lado, el índice promueve un cambio en los sistemas de protección social que, en opinión de la CSI, podría ser perjudicial. Al penalizar los modelos basados en cotizaciones, el B-Ready favorece un giro hacia sistemas financiados por impuestos, ignorando que muchos países han logrado buenos resultados con enfoques mixtos. Esta recomendación, advierte la CSI, podría aumentar las desigualdades y dejar desprotegidos a millones de personas trabajadoras, especialmente en los países de bajos ingresos.

Otro aspecto alarmante del índice es su tendencia a promover la llamada “flexibilidad laboral” de forma desmedida. Al incentivar medidas como los contratos temporales ilimitados y la reducción de las regulaciones laborales, el B-Ready socava la estabilidad en el empleo y debilita el papel crucial de la negociación colectiva. Para la CSI, este tipo de políticas solo conduce a un aumento de la precariedad laboral, dificultando que los trabajadores y trabajadoras se organicen y defiendan sus derechos.

Atenta contra el trabajo decente

El nuevo índice B-Ready se presenta como una versión renovada del polémico informe Doing Business, que el Banco Mundial dejó de publicar en 2020 tras recibir críticas por fallos en su metodología y manipulación de datos.

Sin embargo, la CSI advierte que el B-Ready repite los mismos errores de su predecesor, perpetuando un enfoque que prioriza las facilidades empresariales a costa de los derechos de las personas trabajadoras y de la protección social.