Trabajadores cristianos se unen a la concentración por la reducción del tiempo de trabajo

Trabajadores cristianos se unen a la concentración por la reducción del tiempo de trabajo
Integrantes de los movimientos de adultos y jóvenes de Acción Católica dedicados al mundo del trabajo se han sumado a la concentración sindical en Madrid, ante la sede de la CEOE  para reclamar al empresariado que se siente a negociar cómo implantar la reducción máxima de la jornada laboral en España.

La presidenta de la Hermandad Obrera de Acción Católica, Maru Megina, junto la responsable de Compromiso de la misma entidad, Mari Mar Gonzalez, así como la responsable estatal de Iniciación, Conexión y Extensión de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), Melani Ruiz se han hecho presentes en la movilización organizada por los sindicatos CCOO y UGT en apoyo a su reivindicación al empresariado de acometer la implantación de la jornada laboral máxima que actualmente se está negociando en la mesa de diálogo tripartido entre el Gobierno y los agentes sociales.

“La postura de la patronal en las negociaciones sobre la reducción de la jornada laboral nos parece indecente. Sus argumentos no se sostienen y siguen jugando al miedo y la amenaza como manera de evitar avanzar en esta medida”, ha afirmado Megina, presidenta de la HOAC, quien ha explicado que “hace muchas décadas ya que la jornada laboral legal es de 40 horas semanales. La tecnología ha permitido un aumento importante de la productividad y sobre todo de los beneficios empresariales, que sin embargo no ha servido para disminuir el tiempo de trabajo”

En su opinión, la sociedad se encuentar ante “una oportunidad de negociación, en la que el propio ministerio propone medidas de bonificación para las empresas pequeñas, que no se debe dejar pasar”, porque será “fundamental” para las personas y familias trabajadoras” y “para repartir el empleo”.

Es más, según Megina, “en otros países ya se ha demostrado que reducir el tiempo de trabajo ha generado riqueza y aumentado el empleo, ha ayudado a la conciliación familiar y a defender el bien común, aumentando la productividad y sin que las empresas pierdan competitividad”.

Para la HOAC, ha declarado, “repartir el empleo es una medida solidaria, justa y necesaria para asegurar el derecho al trabajo que tenemos todas las personas y disminuir la precariedad laboral. Ayuda a defender que el trabajo sea digno mejorando sus condiciones y  permite avanzar en una sociedad más humana, en que haya un mayor reparto y más equitativo del beneficio empresarial”.

“Como cristianos tenemos que exigir que se cuide el trabajo y la mejor manera de hacerlo es cuidar a los trabajadores, humanizar la relación del trabajo como dimensión esencial que es de la persona”, ha concluido.

Ante la férrea oposición del empresariado español a pactar la rebaja de la jornada máxima, fijada en 40 hora semanales en el Estatuto de los Trabajadores hace ya más de 40 años, las organizaciones de trabajadoras y trabajadores han decidido dar un paso más y presionar directamente a los negociadores de la patronal, así como a las distintas fuerzas políticas que deberán, en última instancia, validar el cambio normativo en el Congreso.

“Hasta ahora, lo que CEOE está haciendo en las mesas de negociación no es negociar, es dilatar un proceso para tratar de evitar cualquier consenso y para boicotear la negociación sobre la reducción de la jornada laboral”, ha advertido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, después de criticar al Ayuntamiento de Madrid por entorpecer la concentración convocada, a la que se han sumado unas 3.500 personas, según los cálculos de los propios sindicatos.

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Para Unai Sordo, el empresariado “se está apoyando en la inestabilidad política para cuestionar la propia autonomía de las partes”, lo que a su juicio es “una irresponsabilidad”.

Saltar el veto patronal

Aunque para “las organizaciones sindicales es deseable alcanzar un acuerdo tripartito”, piden al Gobierno, que no le conceda “derecho de veto” a la CEOE y presente su “proyecto de ley para modificar la jornada legal en España” y cumplir así “los compromisos con los agentes sociales, en este caso con las organizaciones sindicales”.

Además, ha anunciado que van a pedir “a todos los partidos” que sean “claros” y “le digan a la clase trabajadora de este país qué opinan sobre la reducción del tiempo de trabajo”, porque es un debate de interés social”.

En su opinión, nuestro país “puede asumir perfectamente una reducción generalizada del tiempo de trabajo”, entre otras razones debido a “los avances tecnológicos en las formas de trabajar y de producir”. “No es verdad que se necesite primero mejorar la productividad para reducir luego el tiempo de trabajo, como no lo era necesario para subir el salario mínimo interprofesional”, ha añadido.

“Las empresas que invierten en tecnología, que invierten en mejorar su forma de trabajar, precisamente, lo que necesitan son reglas comunes para evitar que los piratas empresariales les hagan “dumping” empresarial. Y por eso hay que subir el salario mínimo y por eso hay que reducir la jornada, porque es una forma de promover las mejoras de productividad a largo plazo”, ha explicado Sordo.

Igualmente, tras quejarse la de obstrucción del consistorio madrileño al ejercicio del derecho a manifestar, el líder de UGT, Pepe Álvarez, ha afeado a la patronal su reunión con Junts para impedir la aprobación en el Congreso de la reducción del tiempo de trabajo.

Por una mayoría parlamentaria

Así, ha reclamado a la organización empresarial que “se siente a negociar para generar las condiciones para que la inmensa mayoría vea reducido el tiempo de trabajo” y les ha recomendado que “no se pongan nerviosos, esto va para largo, vamos a continuar nuestras movilizaciones y estoy seguro que más bien pronto que tarde, no solo tendremos una mayoría de ciudadanos y ciudadanas que respaldan esta medida, sino que habrá un respaldo suficiente para acordarla” si no es con la CEOE, en el parlamento.

Álvarez se ha preguntado si “después de 40 años en los que se ha visto el impacto tecnológico sobre la producción y servicios no es razonable que una parte de este fruto llegue a los trabajadores con una reducción legal de la jornada máxima trabajo”.

Es más, ha argumentado que “para avanzar desde el punto de vista de la productividad en nuestro país, tenemos que r el ti de trabajo Es lo contrario de lo que dicen. Todos los países del mundo, especialmente en la UE, que tienen una jornada laboral más baja son los que mejores datos tienen”.

También se ha felicitado de que “el PP se incorpore al debate”, no tanto por la propuesta, “que no conocemos”, como por que se trata de una “cuestión que va a ser una prioridad de la sociedad, ya lo es, y no podrán mirar a otro lado”.