La silicosis repunta en España
La silicosis, tradicionalmente asociada a la minería, repunta en España, debido al uso del aglomerado de sílice en la construcción y marmolería. Hasta el mes de junio de 2024 ya se han registrado 335 casos y los expertos prevén llegar a 500 a finales de año.
Así lo indican los datos provisionales del Sistema de Comunicación de Enfermedades Profesionales (CEPROSS) recabados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al que llegan los partes de baja por enfermedades profesionales,
Según la estadística, hasta 2019 había al menos 1.856 trabajadores que han contraído silicosis por respirar la sílice cristalina, aunque podrían ser más, si se incluyen los casos sin diagnosticar o declarados erróneamente enfermedad común.
Se trata de una de las enfermedades laborales que más está creciendo, de hecho, hasta de un modo exagerado, al pasar de 15 caso al año a los 500 previstos para este 2024.
Las personas trabajaras afectadas coinciden con frecuencia con quienes cortan en seco y manipulan estos materiales con alto contenido en sílice de piedra artificial. Los datos reflejan que la actividad de “corte, tallado y acabado de la piedra” engrosan el 49% del total en la serie histórica de silicosis registrada. Solo desde 2020 se han comunicado 11 casos al año por cada 1.000 personas ocupadas en el sector del manipulado de piedra artificial
Óscar Bayona, de la Secretaría de Salud Laboral del sindicato CCOO, advierte en declaraciones a elDiario.es de la aparición, cada vez más frecuentes, de casos de cáncer de pulmón, en el sector. “Tenemos una media de siete al año desde que se empezó a registrar en 2018 y en los datos provisionales hasta julio de 2024 ya llevamos 13 casos”, expone en declaraciones recogidas en eldiario.es. Es más, la sílice cristalina “se ha convertido en el segundo agente con más casos de cáncer de pulmón después del amianto en apenas siete años”.
Diagnósticos cada vez más tempranos
Los diagnósticos se están realizando cada vez con menos años de exposición laboral y con formas más graves de la enfermedad en las primeras revisiones, alertaba la secretaría de Salud Laboral y Comunicación de CCOO del Hábitat, Aida Suárez Couceiro.
Las organizaciones de trabajadores llevan décadas alertando del peligro de respirar el polvo de sílice cristalina. “Llevamos más de 20 años trabajando con denuncias sobre casos de silicosis, realizando labores informativas y trabajando jurídicamente con trabajadoras y trabajadores en sus casos; casos que son extremadamente graves y que pueden llegar a terminar con su fallecimiento”, decía su secretario general, Daniel Barragán. Su organización emprende campañas informativas entre los trabajadores para tratar de reducir los riesgos.
CCOO del Hábitat viene reclamando el adelanto de la edad de jubilación de los trabajadores que han estado en contacto con la sílice cristalina respirable, más inversión en I+D, para que empiecen a utilizarse materiales seguros y el reconocimiento automático de la enfermedad profesional o las incapacidades temporales, así como el reconocimiento de la silicosis de primer grado como enfermedad invalidante.
Inevitablemente, las miradas, cuando se habla de la silicosis moderna en España, están puestas en la multinacional Cosentino que suele argumentar que las enfermedades actuales responden a malas prácticas de hace más de una década. Esta empresa ha sido condenada por no advertir durante años del riesgo a los trabajadores de una marmolería de Vigo, aunque también ha resultado absuelta en otro juicio en Bilbao.
La compañía explica que los aglomerados de cuarzo pueden ser tratados de forma totalmente segura si se aplican las medidas de seguridad sobradamente conocidas por todos los profesionales del sector. Insiste en que es la falta de aplicación de medidas de seguridad y no el producto lo que provoca la aparición de enfermedades profesionales en el sector.
Desde las empresas marmolistas, inciden en que la mayoría cumple con las normas preventivas y achacan el repunte de los casos a las prácticas del pasado. “Una cosa es lo que se hacía en el pasado, pero lo que pueda suceder a partir de ahora no es porque no exista conocimiento, porque trabajamos en dar información a todas las empresas, independientemente del tamaño. Puede haber excepciones, lógicamente, pero la mayoría de empresas están concienciadas”, dice el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Marmolistas (FEDESMAR), Alfonso Fernández.
Eso sí, se muestra partidario de la prevención, la formación y el estudio epidemiológico de la enfermedad. “Las medidas preventivas que se están utilizando ahora se supone que evitan el riesgo, pero no tenemos la certeza de que sean las más adecuadas o las únicas y tenemos que seguir explorando alternativas”, reconoce a elDiario.es.
Reforzar las medidas de seguridad
Sin embargo, los sindicatos reclaman una regulación para el sector. “Queremos que se trabaje con unas condiciones mínimas de seguridad, con mascarillas motorizadas con filtros EPA, porque las mascarillas de partículas que se usan ahora para esto no valen”, indica Bayona.
“Incluso hay que proteger la piel con trajes, porque muchas de las sustancias son cancerígenas por la vía dérmica”. Dado que la sílice está reconocida como un cancerígeno, las leyes europeas y españolas obligan a establecer medidas extra de protección.
Las medidas propuestas son similares a las acometidas en el caso del amianto. “Tiene que haber un registro de trabajadores expuestos a cualquier tipo de cancerígeno, porque tienen derecho a la vigilancia de la salud posocupacional”, señala Bayona. “Esto significa que, como en los casos de personas que han trabajado con amianto, cuando te jubilas o te vas a trabajar a otro sector la empresa esté obligada a dar esa información que tiene a las Comunidades Autónomas y a la autoridad laboral y sanitaria para que continúen con el seguimiento” añade.
De momento, Australia ya ha prohibido este mismo verano trabajar con estos materiales y en el Reino Unido varios especialistas defienden hacer lo mismo tras primeros casos de silicosis por aglomerados de cuarzo en su país.
El director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, confirma, a el diario.es que “se ha ido incrementando la vigilancia y reduciendo la presencia del contaminantes y es de esperar que en un ciclo posterior tengamos una menor incidencia, pero desde luego preocupa que esté creciendo y es un tema del que estamos muy pendientes dentro de la salud laboral”.
Redactor jefe de Noticias Obreras