La economía del cuidado
Del 3 al 14 de junio se celebra la 112 sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT. Uno de los puntos más importantes que se va a dialogar es el del trabajo en la «economía del cuidado».
Con este motivo la OIT ha publicado un importante Informe, El trabajo decente y la economía del cuidado, que analiza en profundidad la situación y las necesidades de esta realidad tan importante del mundo del trabajo.
La OIT entiende por «economía del cuidado» realidades diversas, como las del cuidado infantil, de personas mayores, de personas con necesidades de cuidados de larga duración, tareas domésticas, educación, atención de la salud… Considera que el cuidado es la base sobre la que se asienta la vida. Las sociedades y las economías precisan del trabajo de cuidados, remunerado y no remunerado, para hacer posible el desarrollo humano, social y económico. Pero, ante todo, las personas dependemos del cuidado.
Según el Informe, el conjunto de los trabajos de cuidados, remunerados y no remunerados, representa casi el 18% del PIB mundial: el empleo, el trabajo remunerado, en los cuidados representa el 8,7% del PIB; el no remunerado el 9%. En los empleos de cuidados se ocupan 381 millones de personas (el 11,5% del total del empleo). El trabajo no remunerado de cuidados, que se realiza, sobre todo, en los hogares y familias, aporta a la economía mundial 11 billones de dólares anuales. Los recursos y el trabajo para los cuidados los aportan los Estados, el sector privado, las organizaciones sin ánimo de lucro y los hogares. Son trabajos que realizan muy mayoritariamente mujeres: dos tercios del trabajo remunerado y también el no remunerado. Se estima que 606 millones de mujeres no tienen un empleo porque se dedican a trabajos de cuidados no remunerados. Los hombres en esa misma situación son 41 millones. De media, las horas dedicadas por mujeres a diversas tareas de cuidados no remunerados son cuatro horas y 25 minutos al día; los hombres una hora y 23 minutos. Una parte importante de los trabajos remunerados de cuidados, ya sea en la economía formal o en la informal, la realizan mujeres migrantes pobres.
La OIT considera que reorganizar los trabajos de cuidados, con una mayor inversión pública en servicios de cuidados, es esencial para la justicia social, la transición justa hacia una economía sostenible y la igualdad de género. En ese sentido, es muy importante el pleno reconocimiento social de los trabajos de cuidados no remunerados y una distribución más justa de estos entre mujeres y hombres. Y es fundamental también avanzar en condiciones dignas en los empleos de cuidados: muchos empleos de cuidados se realizan en malas condiciones, con escasez de personal, con horarios de trabajo excesivos, con salarios bajos y una brecha salarial de género mayor que en el conjunto de los empleos, con un gran impacto físico y emocional sobre las personas que realizan estos trabajos, con medidas de seguridad y salud insuficientes. Además, una parte importante de los empleos de cuidados se realiza en la economía informal, con la desprotección que ello supone.
El Informe muestra cómo, en las últimas décadas, las políticas de cuidados y los servicios de cuidados han mejorado en todo el mundo, con una evolución positiva. También se ha avanzado en incorporar la dimensión del cuidado en las políticas de empleo, protección social y protección de los trabajadores. Pero hay muchas lagunas y mucho camino por recorrer para avanzar en el cuidado desde la perspectiva de la igualdad de género, el trabajo decente y el desarrollo sostenible. •
Militante de la HOAC
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