El arzobispo de Pamplona ante el Primero de Mayo: existen causas de explotación laboral “que no podemos callar”

El arzobispo de Pamplona ante el Primero de Mayo: existen causas de explotación laboral “que no podemos callar”
Florencio Roselló, arzobispo de Pamplona y Tudela, reclama una mayor intensidad reivindicativa por el trabajo decente, alerta de la brecha salarial de género y pide una regularización extraordinaria de trabajadores migrantes en situación administrativa irregular

El arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló, ha escrito una carta pastoral en la que reflexiona sobre el próximo 1 de mayo, fecha en la que la Iglesia conmemora la festividad de san José Obrero y se une a esta jornada mundial de los trabajadores y las trabajadoras.

Con el título Es posible un trabajo justo… o es un sueño, Roselló resalta el trasfondo histórico y religioso de esta celebración, afirmando que su sentido religioso “fue instituido por Pío XII el 1 de mayo de 1955”. Un Primero de Mayo “que es consecuencia de las luchas obreras que se estaban realizando en muchas partes del mundo, casi un siglo antes”, reconoce en su texto. El prelado menciona los acontecimientos de la huelga de 1868 en Estados Unidos, donde se clamaba por una jornada laboral de ocho horas, y destaca la persistencia de la lucha por la justicia en el mundo del trabajo a lo largo del tiempo.

“La Iglesia también se quiso sumar a esta lucha por la justicia y la igualdad en los derechos de los trabajadores”, según sus palabras, de las que también se extraen cierto pesar por la falta de tono en este Primero de Mayo, señalando que “me da cierta tristeza que dependiendo de quién gobierne se celebra este día con más o menos presión e intensidad reivindicativa.”

Por una regularización extraordinaria de trabajadores migrantes

En su texto cita las palabras del papa Francisco, quien afirma la importancia de “educar a un nuevo humanismo del trabajo” que sitúe a la persona trabajadoras en el centro de las prioridades frente al beneficio. “Si el trabajo no humaniza, hay que plantearse que algo estamos haciendo mal. Si el trabajo no libera a nivel personal, algo no funciona. No todo vale por la producción”.

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En este sentido, el arzobispo subraya que “siguen existiendo causas que no podemos callar” como la brecha salarial de género y la situación de los trabajadores migrantes, para quienes pide una regularización extraordinaria por razones de dignidad y justicia.

“Tengo bastante confianza en la ILP (Iniciativa Legislativa Popular), que entre otros temas aborda la regularización de extranjeros. Estoy pensando en las mujeres extranjeras cuidando a personas mayores o dependientes. No pueden regularizar su situación porque no tienen papeles. Trabajando sin asegurar y con horarios irracionales. En este mismo grupo están los trabajadores extranjeros en el campo o la construcción, muchos de ellos trabajando en horarios irracionales y alojados en condiciones infrahumanas”, asevera, para recordar que “los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente”, citando el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

Roselló invita a unirse al “movimiento o reivindicación por el Trabajo Decente”, en alusión a la iniciativa eclesial promovida por Cáritas, CONFER, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Obrera Católica y la Juventud Estudiante Católica (JEC), volviendo a citar al papa Francisco al afirmar que “no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo.” Finalmente, insta a seguir el ejemplo de san José Obrero, “nuestro portavoz, nuestro representante sindical”, para levantar la voz por un trabajo justo y digno para todos.