CCOO reclama juzgados especializados en seguridad laboral y políticas públicas enérgicas contra la siniestralidad

CCOO reclama juzgados especializados en seguridad laboral y políticas públicas enérgicas contra la siniestralidad
El secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO, Mariano Sanz, ha reclamado, ante la celebración del día de la seguridad en el trabajo, el 28 de abril, la creación de juzgados especializados en seguridad y salud en el trabajo.

“Nos encontramos con accidentes mortales donde las familias tienen que esperar siete años hasta tener una sentencia, eso no es justicia, es un calvario para todas las personas afectadas”, ha clamado Sanz, quien considera además que la agilización de los procesos supondría un empuje al reconocimiento del origen laboral de los siniestros y dolencias en el trabajo.

Estos jugados especializados evitarían que tengan que pasar, como ocurre en la actualidad, siete u ocho años para que ¡haya una sentencia que haga justicia ante la vulneración de las medidas de prevención”, ha apuntado el sindicalista.

Esta reivindicación ha sido planteada por Mariano Sanz, en la presentación de un estudio sobre las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en España en 2023, junto con la mejora de la calidad de lo servicios de prevención en las empresas, externalizados en un 72% de los casos, la incorporación de la perspectiva de género y los riesgos para la salud mental, el aumento de los recursos y control del cumplimento de la normativa, la creación de un registro de exposición a agentes cancerígenos y la implantación de la figura del delegado de prevención de ámbito sectorial y territorial para apoyar la labor preventiva en las pequeñas y muy pequeñas empresas.

El sindicato, según ha relatado Sanz, ha reclamado al Gobierno, en la mesa del diálogo social abierta el 12 febrero, “un impulso enérgico de las políticas públicas relacionales con la salud y seguridad en el trabajo” debido a que “la prevención ha dejado de dejado de ser un elemento prioritario a nivel político” y a que “hay menos sensibilidad social y de manera directa en el ámbito laboral”.

“Llevamos siete años esperando que se abra una mesa para poder abordar estos temas. La esperanza nosotros no la vamos a perder. Esperemos que haya el margen de maniobra suficiente como para aprobar normativas que en algunos casos van a requerir de mayorías parlamentarias”, ha advertido.

Para CCOO, es necesaria “una revisión normativa que actualice y refuerce el control de la salud laboral” por lo que reivindica cambios legislativos que faciliten el reconocimiento de las enfermedades profesionales. “Si no se identifican va a haber más personas con posibilidad de que padecer esas enfermedades, si no se reconoce, no se van a hacer las evaluaciones necesarias para evitar que otros trabajadores puedan sufrir estas patologías”, ha explicado.

De ahí que, en su opinión, sea prioritario, actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que se aprobó en 1996, pero también corregir los efectos perniciosos para los servicios preventivos que ha tenido legislaciones orientadas a fortalecer el mercado único, el emprendimiento y la flexibilidad laboral, especialmente la reforma laboral de 2021.

Desciende la siniestralidad, pero aparecen nuevos riesgos

En el análisis de los datos, Sanz ha reconocido los avances que muestran los datos estadísticos de 2023. “Ha descendido la siniestralidad en términos absolutos y relativos, lo que es una buena noticia, porque no solo se centra en un sector, sino que ha habido una bajada en prácticamente en todos”, ha admitido.

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Los accidentes de trabajo con baja disminuyeron en 2023 un 1,1% y los ocurridos durante la jornada laboral un 2,3%. Aunque las cifras puedan parecer escasas, hay que tener en cuenta la incorporación el año pasado de 730.000 personas al ámbito laboral, lo que aumenta el numerador.

A pesar de este descenso, el secretario de Salud Laboral de CCOO ha pedido prudencia, dado el desajuste estadístico en el año analizado, cuando dejó de considerarse las afecciones derivadas de la COVID-19 como enfermedades profesionales.

Más alarmante, en cambio, es lo que está ocurriendo con los accidentes in itinere que aumentan desde 2021 y que en 2023 subieron un 7,3%, lo que el sindicato achaca a la disminución progresiva del teletrabajo.

En cuanto a los accidentes de trabajo mortales registrados en 2023 que acabaron con la vida de 721 personas trabajadoras, Sanz ha resaltado que se produjeron 105 muertes menos que en el año 2022, si bien habrá que esperar para sacar conclusiones certeras, hasta la incorporación de los fallecidos en los 12 meses posteriores al siniestro laboral, como dispone la normativa europea. “Lo importante es que los accidentes mortales han bajado en los índices de incidencia en los cuatro grandes sectores de producción”, ha destacado el sindicalista.

Sin embargo, a juicio del responsable de salud laboral del sindicato, más allá de las fluctuaciones coyunturales, conviene prestar atención a las tendencias en la prevención de riesgos laborales e identificar los fallos en los sistemas de prevención para mejorar la protección de la integridad física y mental de la población trabajadoras.

En este sentido, el sindicalista ha puesto el foco en el deterioro de la calidad de la prevención en las empresas, en la deficiente atención que el sistema nacional de salud presta a las patologías laborales, con una infradeclaración de las enfermedades profesionales, en especial el cáncer de origen laboral y en la aparición de “nuevos riesgos derivados del cambio climático y de la relación de las personas con las nuevas tecnologías” que se unen a los riesgos clásicos.

El informe sindical arroja un marcado perfil masculino en los accidentes de trabajo, ya que en el 71% de los casos los sufren los hombres y llega a ser el 94% en el caso de los accidentes mortales. La actividades con mayores niveles de siniestralidad están altamente masculinizadas, aunque hay cuatro secciones de actividad en las que hay una mayor incidencia femenina: actividades financieras y de seguros, actividades sanitarias y de servicios sociales, educación y actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales.

Sin embargo, los accidentes de trabajo con baja in itinere muestran un perfil fundamentalmente femenino, ya que el 54% de ellos corresponde a mujeres, un fenómeno que se repite desde 2009.

Los accidentes también aumentan en función de los colectivos asociados a menores ingresos y cualificación profesional, llegando a multiplicarse por 486 la incidencia entre los profesionales de apoyo en finanzas y matemáticas (41) y los peones de las industrias manufactureras (16.565).