Yo soy mujer

Yo soy mujer

El 25 de noviembre, yo soy mujer.

Yo soy mujer simplemente cuando me hablan de Juana, que ya no vive en Pozoblanco porque su marido la mató días antes de que abandonara su domicilio familiar. Una casa rota por un clima asfixiante, tóxico… Tanto, como el hombre con quien ella sintió un día que merecía la pena compartir su vida. La que le quitó esa misma persona a los 31 años. Ocurrió en el pasado mes de agosto.

Yo soy mujer cuando veo en la web de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia de Género que hay otras 23 mujeres muertas en Andalucía, durante este año. Mujeres que ya no están aquí para cuidar a sus hijas, a sus hijos… para continuar un proyecto digno de vida… Mujeres que por supuesto merecían seguir vivas.

Yo soy mujer cuando entiendo cómo los puestos de trabajo altamente feminizados en nuestro mercado laboral atacan la salud de mis compañeras trabajadoras. Kellys condenadas a destrozarse la espalda o los brazos por sus largas jornadas laborales, llenas de movimientos forzados y repetitivos. Limpiadoras “criando” alergias y enfermedades cutáneas de todo tipo por culpa de la exposición continua a agentes químicos escondidos en sus productos de limpieza… para los que no tienen equipos de protección.

Yo soy mujer cuando observo lo distinta que es la conciliación familiar para ellos y para ellas. Su “doble jornada” las expone a una carga de estrés más alta. Y esto hace que los accidentes in itinere (los que se producen en el trayecto de casa al trabajo y viceversa) sean cada vez más patrimonio de las trabajadoras.

El 25 de noviembre, yo soy mujer. Y lo soy por solidaridad con ellas. Por un elemental ejercicio de sentido común.

Pero sobre todo, este 25 de noviembre, y los demás días del año. Yo soy mujer, simple y llanamente por una cuestión de justicia.