Nuevas sensibilidades a través de la cultura y el arte

La cultura, lo olvidamos con frecuencia, es un laboratorio de ideas políticas. Es como la caja de Petri que utilizan los laboratorios para el crecimiento y desarrollo de células: lo que se cultiva en la cultura y el arte luego, tarde o temprano, se inoculará en la sociedad.

Es por esto por lo que, a veces, hablamos de batallas culturales, donde las diferentes facciones políticas intentan apropiarse de figuras artísticas y del mundo de la cultura para entroncarlas y comunicar su ideario. Apropiarse o censurar, como ha ocurrido recientemente con el partido de extrema derecha Vox que ha censurado (1) varias obras de teatro en poco tiempo muy cerca de unas elecciones generales. A pesar de estas apropiaciones que desactivan la cultura y el fuelle utópico y crítico del arte (2), vale la pena recordar que sigue existiendo una cultura y un arte liberador capaz de promover nuevas sensibilidades que nos humanicen. Porque el trabajo de un artista, en sus diversas expresiones, es una invitación a encontrarse y a perderse en el éxtasis amoroso, la danza, la poesía y el misterio, tan importante e íntimamente ligado a nuestras entrañas, al pozo íntimo de nuestro sentir. Cumple pues una función vital en nuestra sociedad, veamos en estas líneas algunas de ellas.

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Jorge Picó

Dramaturgo