El sindicalismo global se moviliza esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente para exigir salarios justos

El sindicalismo global se moviliza esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente para exigir salarios justos
La Confederación Sindical Internacional (CSI) reclama, para la convocatoria de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente de este 7 de octubre, que “¡ya es hora de conseguir un aumento salarial!” para los trabajadores y las trabajadoras. Es la respuesta a la inflación generada “por la especulación corporativa”.

En un contexto global en el que la economía se ha cuadruplicado en las últimas cuatro décadas, la proporción de la riqueza destinada a los salarios ha disminuido en un alarmante 13%. Esta tendencia se atribuye en gran medida a la erosión a largo plazo de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, una situación que se detalla en la décima edición del Índice Global de los Derechos que realiza este movimiento sindical internacional, para analizar la situación de los derechos en el trabajo en todo el mundo.

Los trabajadores y las trabajadoras se ven cada vez más obligados a recurrir a la huelga para defender sus derechos, ya que los empresarios a menudo retienen los beneficios y rechazan incluso las demandas salariales más modestas. El derecho a la huelga se ha vulnerado “en 9 de cada 10 países”, dice la CSI, un dato que regiones es: el 95% en Oriente Medio y Norte de África, el 95% en África, el 92% en las Américas, el 87% en Asia-Pacífico, y el 72% en Europa. A esto se suma el hecho de que muchos gobiernos defienden las posiciones de los empresarios, manteniendo los salarios en niveles tan bajos que las familias tienen dificultades para sobrevivir.

La clave de los salarios decentes

Luc Triangle, secretario general en funciones de la CSI –organización a la que pertenecen CCOO, UGT, USO y ELA–, considera los salarios como esenciales de un nuevo contrato social y “constituyen la base de una economía sostenible y equitativa”. El sindicalistas sostiene que muchos empresarios se niegan a compartir la riqueza con los trabajadores que la generan, y a medida que “el fraude fiscal corporativo alcanza niveles históricos, el sector público también se ve privado de los recursos necesarios” para garantizar salarios decentes. Según sus datos, en 2021-2022, 722 corporaciones se embolsaron 1 billón de dólares en concepto de beneficios extraordinarios, mientras que el salario real de 1.000 millones de trabajadores se redujo en 746.000 millones dólares.

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Para abordar esta problemática, Triangle insta a los gobiernos a intervenir para garantizar los derechos de organización sindical, la negociación colectiva y la implementación “de salarios mínimos vitales, ya sean obligatorios o negociados”. Actualmente, “aproximadamente el 20% de los trabajadores de la economía formal del mundo solo percibe el salario mínimo”, apunta el líder sindical.

La CSI también destaca la importancia de organizarse en el movimiento sindical, ya que que las personas afiliadas a un sindicato “ganan entre un 10% y un 25% más que aquellos que no lo están. Esta diferencia se debe en parte a que incluso los trabajadores no afiliados se benefician de las tablas salariales negociadas por los sindicatos. La brecha salarial de género, que actualmente ronda el 20% a nivel global, se reduce significativamente cuando las trabajadoras están sindicalizadas, y en algunos casos, prácticamente desaparece gracias a la negociación colectiva. Además de abordar la desigualdad salarial, los sindicatos en todo el mundo están luchando contra las remuneraciones por debajo del salario mínimo y la explotación salarial de grupos vulnerables, como migrantes y trabajadores jóvenes.