La OIT reclama a los países que valoren a sus trabajadoras y trabajadores esenciales
La pandemia de la COVID-19 ha demostrado cómo las sociedades han infravalorado y descuidado a las personas trabajadoras esenciales. Según la OIT, es fundamental ofrecerles “una remuneración adecuada y condiciones de trabajo decentes”.
El informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023: El valor del trabajo esencial que acaba de hacer público la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha puesto frente al espejo a las distintos países y su relación con los trabajadores y las trabajadoras esenciales, que han tenido un papel clave de cuidar la vida durante la crisis pandémica.
El reflejo que proyecta el informe, al analizar la realidad, es que nuestras sociedades individualistas, y por extensión, egoístas, llegan tarde a la necesidad de reconocer el valor de ese trabajo esencial y de las personas trabajadoras que lo realiza.
Mejorar las condiciones de trabajo y los ingresos de estos trabajadores y trabajadoras es la manera más adecuada de reconocer “su contribución a la sociedad y su importancia en el funcionamiento diario de las economías”, según asume la OIT.
Descuidando a quienes cuidan
No es poco reconocer como se ha descuidado a quienes cuidan de la vida y de cada uno de nosotros desde sectores claves como la sanidad, los sistemas alimentarios, el comercio minorista, la seguridad, la limpieza y el saneamiento, el transporte, las ocupaciones manuales o las técnicas y administrativas.
Trabajadoras esenciales que con su vocación, su solidaridad y su compromiso con el entorno y con los demás lo hicieron posible pese a su “malas condiciones laborales”. En todo el mundo, el 29% de los trabajadores esenciales están mal pagados, es decir con “un salario inferior a dos tercios del salario medio por hora”. Por término medio, estos trabajadores “ganan un 26% menos que los demás empleados”. En los sistemas alimentarios, “la proporción de empleados clave mal pagados es especialmente elevada, un 47%, y en limpieza y saneamiento es del 31%”. Además, estos sectores emplean a una gran proporción de trabajadores migrantes, especialmente en los países del Norte, que teniendo las mayores rentas tiene las menores dinámicas de solidaridad y coherencia con quienes les cuidan.
Ahora conocemos que uno de cada tres trabajadores esencial tiene un contrato temporal, “aunque existen considerables diferencias entre países y sectores”, aclara la OIT, y es en la industria alimentaria, donde se concentra el porcentaje mayor: el 46% tiene un trabajo temporal.
La cadena de despropósito se agudiza en los trabajos de limpieza y seguridad ya que “suelen subcontratarse, y otras ocupaciones clave se cubren habitualmente con trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal. Esto ocurre sobre todo en los almacenes, y cada vez más en la sanidad”, alerta la OIT.
El informe determina que en los países del Sur, los de renta baja, más del 46% de las trabajadoras y trabajadores esenciales las jornadas son muy largas, con más de 48 horas semanales, o con horarios irregulares o jornadas reducidas.
Además, la OIT también indica que el 60% de los trabajadores claves de los países de renta baja y media carecen de algún tipo de protección social o es mínima ya que solo alcanza al 17%. “El panorama es aún más sombrío para los trabajadores clave autónomos en la mayoría de los países en desarrollo, ya que carecen casi por completo de protección social”, denuncia el informe.
Un trabajo decente es el objetivo
Trabajo decente para todos y en todo lugar, debería ser el reconocimiento de las sociedades con sus trabajadores y trabajadoras esenciales. “El personal sanitario, los cajeros de supermercado, los repartidores, los trabajadores postales, la gente de mar, los limpiadores y otras personas que suministran alimentos y artículos de primera necesidad continuaron desempeñando su trabajo, día tras día, incluso en el punto álgido de la pandemia, a menudo con gran riesgo personal,” subraya director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, para añadir que “valorar a los trabajadores clave significa garantizar que reciben un salario adecuado y que trabajan en buenas condiciones”.
El informe recomienda, además, una mayor inversión en infraestructuras, en capacidad productiva y en recursos humanos de los sectores esenciales y claves para:
- Garantizar que los sistemas de salud y seguridad en el trabajo (SST) cubran todas las ramas de actividad económica y a todos los trabajadores, especificando claramente los deberes y derechos, mediante la colaboración entre el gobierno y los representantes de trabajadores y empresarios.
- Mejorar la retribución para compensar la infravaloración de los trabajadores clave y reducir la brecha salarial entre éstos y los que no lo son, incluso mediante salarios mínimos negociados o establecidos por ley.
- Garantizar horarios de trabajo seguros y predecibles a través de la regulación, incluida la negociación colectiva.
- Adaptar los marcos jurídicos para que todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral y sus acuerdos contractuales, estén cubiertos por la protección social, especialmente por la baja por enfermedad remunerada.
- Aumentar el acceso a la formación para que los trabajadores clave puedan realizar su trabajo de forma eficaz y segura.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)