La influencia del papa Francisco en la Juventud Obrera Cristiana
La misión de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) es la de educar y evangelizar a las jóvenes de la clase obrera, y lleva siendo así desde hace más de 80 años que empezamos en España. Durante este tiempo nos hemos mantenido fieles a los valores del Evangelio y hemos apostado siempre por predicar con el ejemplo en las periferias, en los ambientes más alejados de la Iglesia. Para nosotras, el término Primer Anuncio, que salió del Congreso de Laicos y que ahora en el poscongreso se está trabajando en toda la Iglesia de España, es nuestra razón de ser, llevar los valores del Evangelio y el estilo de vida de Jesús a las personas más retiradas, o incluso rebotadas, de la Iglesia.
Pero esta tarea no es fácil, no consiste en sentarse a esperar que las jóvenes vengan a escuchar la palabra de Dios. Esta misión consiste en estar en la calle, en acompañar a las personas en su vida (sin juicios de valor, ni imposiciones, ni egos propios) simplemente es acompañar desde el amor más puro, intentando que esa persona descubra su camino, descubra qué llamada siente y a lo largo del proceso, descubra a Dios, como un amigo que te quiere y confía en ti para hacer de este un mundo mejor. El acompañamiento de las personas jóvenes es un camino largo, cansado y que requiere de mucha convicción y un amor incondicional por el prójimo, pero también requiere un soporte, una estructura, pertenecer a algo más grande que uno mismo o su grupo. Para la JOC este soporte es la Iglesia católica. Y cuando menos hemos sentido el apoyo de ésta, más difícil nos ha sido evangelizar entre las jóvenes del mundo obrero.
Cuando hace 10 años comenzó el papa Francisco, coincidió con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Rio de Janeiro de 2013, y el Papa nos dirigió un mensaje claro: “Hagan lío”, pero un lío organizado que nos llenase el corazón de solidaridad, de esperanza y que nazca de haber conocido a Jesús. Nos animaba a no estar quietos, a salir fuera, a la calle. Nos animó a no encerrarnos en las parroquias, colegios, en instituciones, en las comodidades mundanas… Este mensaje nos llenó el corazón de esperanza. El propio Papa nos animaba a seguir con el camino de evangelización que llevamos.
Desde entonces, el papa Francisco conectó de forma directa con la vida de las jóvenes de la JOC como militantes de la Iglesia inmersas en la realidad obrera. Y es que son muchos los momentos en los que se ha dirigido a las personas laicas, en especial a las jóvenes, para que tomemos las riendas de la construcción del Reino de Dios:
- Nos llamó (en palabras del cómico Landriscina) a comprometernos como el Chancho (el cerdo), y no solo a colaborar como la vaca, ya que en el sándwich de york y queso, el cerdo se compromete dando la vida, y la vaca únicamente aporta la leche para hacer el queso. Así nos motiva a comprometernos, dando la vida para que recuperemos la dignidad que las personas tienen. (Simposio de jóvenes contra la prostitución y la trata de personas en 2014)
- Habló de la inmoralidad que supone la precariedad laboral diciendo claramente que “sin trabajo, no hay dignidad” y “no todos los trabajos son dignos”. Denunció que la precariedad es una “herida abierta para muchos trabajadores”, con especial atención a la inseguridad que viven muchas trabajadoras, apostando siempre porque la economía esté “al servicio de la persona, reduciendo desigualdades”. (Semana social de los católicos en Italia, 2017)
- Nos recordó en la exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013) la finalidad misma de la Iglesia, pues la esencia de la Iglesia es “la relación con Jesús y el anuncio del Evangelio ”. Sin preocuparnos del prestigio, de la influencia social, ni del refinamiento del culto. Nuestra misión es “el anuncio y el testimonio” para que todas las personas se encuentren con Jesús.
- Nos puso en aviso con la encíclica Laudato si’ (2015) del peligro que corríamos como sociedad si no cuidábamos también del planeta, pues tenemos “el desafío urgente de proteger nuestra casa común” implicando a todas las personas en esta tarea, para así “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”, siempre con la esperanza que nos da la confianza en Dios, ya que como dice en la misma encíclica “sabemos que las cosas pueden cambiar.”
Cómo jóvenes que intentan vivir como Jesús nos enseñó y llevar su mensaje a las realidades más precarias del mundo obrero, estos mensajes del Papa Francisco nos refuerzan, nos dan esperanza, nos vuelven a ilusionar, nos cuestionan y nos motivan a seguir nuestra tarea en las periferias.
La última encíclica escrita por Francisco, Fratelli tutti, ha sido de gran inspiración para la JOC por la reflexión profunda sobre la buena política, el sentirnos hermanas de todas las personas que habitan este planeta o la necesidad de buscar caminos de encuentro. La perspectiva de abrir la reflexión no solo a las personas que somos cristianas, sino a todas aquellas “personas de buena voluntad”, nos supone una gran apertura al diálogo con el mundo, sin encasillarnos en creencias, ideologías o formas de entender el mundo.
Y es desde esta clave integradora y abierta que la JOC comenzó este año con la Campaña de acción “¿Quedamos?” poniendo los encuentros que construyen ante los mensajes que separan. Esta campaña, comenzó con la fase de VER con un análisis de la realidad social más cercana a las personas jóvenes sobre los discursos de odio tan latentes en esta sociedad y continúa con la fase del JUZGAR, en la que el pilar fundamental es la encíclica Fratelli tutti, que nos dará las claves esenciales para revisar la vida de las jóvenes desde los valores de la Iglesia y del Evangelio, para ponernos en acción en nuestros ambientes más cercanos.
La labor del papa Francisco al frente de la Iglesia en estos diez años sigue inspirando a muchos grupos y movimientos cristianos a seguir transmitiendo el mensaje de Jesús a la sociedad y la JOC queremos no sólo transmitirlo sino que sea este mensaje el que nos lleve a seguir llevando adelante nuestra misión evangelizadora con la juventud de la clase obrera.
Militante de la JOC