Los obispos apoyan la regularización extraordinaria de migrantes

Los obispos apoyan la regularización extraordinaria de migrantes
FOTO | FG Guerrero, EFE
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha mostrado su apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pide la regularización extraordinaria de los migrantes que viven en situación irregular en España para que puedan acceder a un trabajo y “evitar que se cronifiquen en la irregularidad”.

“Varias entidades sociales están promoviendo una ILP tratando de llevar Parlamento debate sobre la regularización migradas, para nos fundamental apoyar cualquier iniciativa que contribuya a la adquisición del derecho al trabajo porque para facilitar inclusión, la experiencia dice que esto se consigue cuando se accede a un trabajo en condiciones dignas. Hay que evitar que se cronifiquen en la irregularidad y en la precariedad”, ha subrayado el responsable de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Xabier Gómez, este martes, con motivo de la 108 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebra el próximo domingo 25 de septiembre.

En este sentido, Gómez se ha referido a aprobada por el Gobierno el pasado mes de julio, la cual considera que da “pasos en la buena dirección pero no suficientes”, y ha abogado por una reforma “más ambiciosa” que permita a los migrantes obtener un permiso de trabajo cuando llegan a España.

Otra preocupación para la Iglesia católica son las muertes de los migrantes en el mar o en la valla y, por ello, Gómez ha asegurado que no van a dejar de “alzar la voz” reclamando “otras políticas” que permitan otra manera de regular los flujos migratorios. “Nos preocupan las vulneraciones de derechos”, ha señalado.

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Cierre de los CIE

También ha abogado por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y por poner en marcha, en su lugar, otras alternativas. Mientras tanto, ha asegurado que desde la Iglesia seguirán prestando atención a las personas internas en estos centros.

Asimismo, ha alertado de la utilización política del sufrimiento de las personas migradas. “Cuidado con la ideologización, con utilizar el dolor y el sufrimiento para el enfrentamiento político y para uso partidista. Para nosotros el migrante no es objeto de manipulación. Igual que no está bien que algunos países los utilicen como arma política contra otros países tampoco es conveniente que tratemos de reforzar la idea de la persona migrante como un invasor, como alguien peligroso que viene a amenazarnos”, ha remarcado.

Señalamiento del migrante como “invasor”

Este mensaje enlaza con el que han lanzado los obispos de la subcomisión episcopal para las migraciones, con motivo de la 108 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.

En el documento, los obispos españoles denuncian los planteamientos “dañinos” que señalan a los migrantes como “invasores” o como “un estorbo” y piden que no se les utilice para “provechos electorales” o para “alcanzar el poder”.

“Los migrantes a menudo no son vistos desde la clave de la dignidad o de su humanidad; hay otras claves en nuestra sociedad que les señalan y les contemplan como estorbo, invasores o ciudadanos de segunda. Son planteamientos dañinos que cruzan la vida ideológica, política o cultural, y que se cuelan en la vida de la fe”, subrayan los prelados.

Frente a esta realidad, los obispos invitan a mirar a los migrantes con “hospitalidad“, acogiéndolos, poniéndolos “en el centro”, escuchando “su grito” y no levantando “fronteras y muros” ni utilizándolos “para provechos electorales y para alcanzar el poder”.

“Más que poner frenos, pues no se pueden poner puertas al mar, hay que gestionarlo de manera lo más humana posible”, ha propuesto Xabier Gómez, poniendo el ejemplo de la acogida de los desplazados que huyen de la guerra en Ucrania. “La crisis de los desplazados ucranianos ha demostrado que cuando la sociedad quiere, puede facilitar la inclusión de las personas migradas”, ha precisado.

También ha sugerido fomentar la “escucha” para vencer los “prejuicios” que hay asentados en la ciudadanía. En todo caso, a su juicio, lo que hay en la sociedad no es tanto xenofobia sino “aporofobia”, es decir, fobia a las personas en situación de pobreza.