Isaías Hernando: “El papa Francisco quiere cambiar la economía de hoy y dar un alma a la economía de mañana”
Isaías Hernando, junto a la francesa Anouk Grevinm, coordina Economía de Comunión, una de las cuatro entidades organizadoras del evento La Economía de Francisco. Del 22 al 24 de septiembre en Asís, se reúnen miles de jóvenes, emprendedores sociales y agentes de cambio para celebrar presencialmente este encuentro sobre otro modelo económico, en el que participará el papa Francisco. En esta entrevista conversa amigablemente con noticiasobreras.es
¿De qué Francisco hablamos: el de Asís o el del Río de la Plata?
De los dos. El de Asís hizo una opción radical por la pobreza, con un gesto altamente simbólico, al devolver a su padre Bernardone incluso la ropa que llevaba puesta. Con ello, desplazó el acento de la propiedad de los bienes a su uso, y de la acumulación, a la distribución. Los únicos bienes no son las posesiones, sino, por ejemplo, la naturaleza, los bienes comunes –que cuando se gestionan con la lógica de la propiedad se destruyen–, o los bienes relacionales… El del Río de la Plata ha entendido la carga simbólica de ese lugar y por eso, ha citado allí a jóvenes de todo el mundo para cambiar la economía de hoy y dar un alma a la economía de mañana, uniendo precisamente, los desafíos ambientales y sociales.
¿De verdad que inspirarse en Il poverello es un buen negocio?
Depende para quién. No lo es para la economía que se basa en la acumulación, en la maximización del beneficio o en la búsqueda del interés individual a cualquier precio. Sí lo es para el planeta y para las personas que no llegan a fin de mes. Inspirados en Il poverello nacieron, por ejemplo, las primeras instituciones financieras sin ánimo de lucro –¿quién lo diría?–, tales como los Montes de Piedad, los Montes Frumentarios o los Montes Dotarios, para combatir la usura y permitir el acceso al crédito de personas necesitadas.
¿Qué piensa cuando oye aquello de que una empresa no es una ONG, ni la congregación de las Hijas de la Caridad?
Que es una verdad a medias. Cuando las ONG o las congregaciones que nacen de un determinado carisma, ya sea religioso o civil, para dar respuesta a problemas humanos, deciden aplicar la lógica puramente mercantil en sus actividades ,tenemos un problema serio, porque a menudo el carisma se desvirtúa.
Cuando una empresa está movida por motivaciones “ideales” no pierde nada
Pero no ocurre lo mismo al revés. Que se lo digan al dueño de Patagonia, que está transfiriendo la propiedad de la empresa –3.000 millones de dólares– a dos entidades sin ánimo de lucro, para luchar contra el cambio climático. Cuando una empresa está movida por motivaciones “ideales” no pierde nada. En realidad, todas las empresas, desde el momento en que deciden organizar los recursos de una determinada manera y no de otra, tienen un propósito. Este propósito puede ser enriquecer a sus accionistas, pero también puede ser resolver un problema social. Todo es legítimo pero no todo es igual desde el punto de vista del bien común.
¿Qué tiene que aportar el Evangelio, la historia del monacato y la Doctrina Social de la Iglesia a la ciencia y práctica económicas?
En los Evangelios hay mucha economía, mucha más de lo que podría parecer a primera vista. Es normal, porque la economía es un ámbito de la vida que nos afecta a todos. A lo largo de la historia, siempre ha habido intentos de realizar el camino contrario, es decir, de llevar el Evangelio a la economía. Pensemos en Francisco de Asís o en Benito de Nursia, con su ora et labora. O en las órdenes religiosas que nacieron en los siglos XIX y XX para atender a personas necesitadas. La Doctrina Social de la Iglesia, por su parte, ha establecido principios importantes como el destino universal de los bienes y ha valorado desde el punto de vista moral los distintos sistemas económicos. Pero de algún modo ha ido siempre por detrás de los movimientos sociales. Ahora, con las encíclicas de Francisco y con iniciativas como esta puede estar en primera línea, siempre que sea capaz de abrirse a toda la humanidad.
En lo relativo al futuro del planeta, el capitalismo no funciona, porque responde a la racionalidad individualista
¿La comunidad de la Economía de Francisco aspira a sembrar semillas sueltas de buenas empresas o a cultivar plantaciones capaces de reorientar la actividad económica?
Aspira a dar visibilidad y a poner en relación las semillas que en todo el mundo ya han brotado y se han convertido en arbustos o incluso en árboles frondosos, tal vez, en soledad. Estas semillas ya estaban sembradas por otros. Si surgen semillas nuevas, se verá, porque este proceso no está prediseñado. En todo caso, hoy sabemos que en lo relativo al futuro del planeta, a la gestión de los bienes comunes, a los bienes relacionales, el capitalismo no funciona, porque responde a otra racionalidad (individualista). Tenemos una necesidad imperiosa de dar visibilidad y unidad a iniciativas dispersas para abrir pistas alternativas a esta situación, y por tanto, como dices, a reorientar la actividad económica. Ese es el sentido del “pacto” que propone el papa Francisco.
Le habrán dicho mucho aquello de “una cosa es predicar y otra dar trigo”. ¿Qué piensa cuando alguien se lo dice?
Que tiene razón. Hoy no hay predicación creíble, si no va acompañado de realidades y gestos concretos y auténticos. Pero eso, no quiere decir que, concretamente en el tema que nos ocupa, haya que minusvalorar la teoría económica. Una nueva praxis económica es muy importante, porque hace ver que otro mundo es posible. Pero el mundo no cambia, si no cambia también la teoría económica. Por eso. el Papa invita no solo a emprendedores y activistas sino también a jóvenes investigadores.
¿La economía de Francisco está reservada a jóvenes idealistas de robusta fe o también caben viejos pragmáticos con dudas? ¿Qué papel juegan consumidores, trabajadores, sindicalistas, cooperativistas, jubilados… en el cambio de paradigma económico?
Jóvenes sí, pero “idealistas” y “de robusta fe” no son requisitos para participar en este proceso. Los requisitos son otros: escuchar el clamor del planeta y de los empobrecidos, soñar un mundo distinto y estar dispuestos a responder concretamente y con creatividad. En este proceso cabemos todos, pero cada uno en su lugar. No sería bueno que las dudas y el pragmatismo de los viejos acallaran la voz de los jóvenes, como ha ocurrido con frecuencia. Todos podemos seguir y apoyar este proceso y sostenerlo de mil maneras, tanto localmente como a nivel global.
En todo caso, la iniciativa de la Economía de Francisco no agota el tema del cambio del paradigma económico, en el que todos, consumidores, trabajadores, sindicalistas, cooperativistas, jubilados…, estamos implicados, pero sí puede dar luz e impulso.
Agenda — Retransmisión en directo del evento La economía de Francisco
Redactor jefe de Noticias Obreras
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