Seguir avanzando hacia la igualdad

Seguir avanzando hacia la igualdad

Como cada año, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, analizamos los avances o retrocesos que la igualdad de género va experimentando en el ámbito laboral y, una vez más, desde UGT ponemos de manifiesto nuestro firme compromiso en la lucha contra la desigualdad de género y nuestra pugna para lograr que la igualdad entre mujeres y hombres se convierta en una realidad, alcanzando una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.

La igualdad, además de ser un derecho fundamental y una cuestión de justicia, constituye una necesidad social y económica y es imprescindible para que las empresas sean competitivas. Sin embargo, esto no es posible sin igualdad real entre mujeres y hombres en los centros de trabajo.

Después de un largo periodo de políticas de recortes y retrocesos, tras el cambio de Gobierno en 2018, se retomó el camino del avance en la igualdad, dándole un nuevo impulso con la aprobación del Real Decreto Ley 6/2019, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación en 2019.

En dicha norma, se recogían medidas que se correspondían con reivindicaciones históricas del sindicato como la equiparación de los permisos por nacimiento y cuidado, la creación de un registro de retribuciones desagregado por sexo en las empresas, las auditorías salariales en los Planes de Igualdad o la extensión de la obligación de contar con un Plan de Igualdad negociado con la representación legal de trabajadores y trabajadoras a las empresas de 50 o más personas.

Asimismo, en 2020 y fruto del Dialogo Social, se aprobó el desarrollo reglamentario de la Ley de Igualdad 3/2007, modificada por el RDL 6/2019, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, en materia de planes de igualdad y en materia de igualdad retributiva, que también recogía cuestiones reivindicadas por UGT desde hacía más de una década y que supuso un nuevo avance para la consecución de la igualdad en género en el ámbito laboral y, de forma más concreta, en el seno de las empresas a través de la negociación colectiva y los planes de igualdad.

El incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2019, el establecimiento del salario mínimo de convenio en 1000 euros en el IV AENC, el ingreso mínimo vital o el complemento de reducción de brecha de género en las pensiones, han sido otras medidas que, sin duda, han contribuido a la reducción de la brecha salarial, pero 2021 terminó con un gran avance en la recuperación de derechos laborales con la aprobación del nuevo acuerdo de reforma laboral, con el que se limita la temporalidad y el encadenamiento de contratos temporales, se elimina el contrato de obra o servicio, se recupera la ultraactividad y la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, entre otras cosas.

Nuestra prioridad es negociar los planes de igualdad

Además, la aprobación de la subida del SMI a 1000 euros en 2022, tras el acuerdo de los sindicatos mayoritarios y el Gobierno, tendrá un impacto positivo para la igualdad de género, sobre todo, teniendo en cuenta que son las mujeres quienes tienen los salarios más bajos.

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Todas estas medidas tendrán un impacto en la reducción de la brecha de género en el empleo y beneficiarán a miles de trabajadoras que se encuentran en una situación especialmente precaria puesto que mejorarán sus condiciones laborales y salariales.

Ahora, nuestra prioridad es negociar los planes de igualdad, adaptar dicha negociación a la nueva normativa reglamentaria de planes de igualdad e igualdad retributiva, y demandar los recursos públicos necesarios para el cumplimiento de este objetivo. A partir del 7 marzo de 2022, las empresas de más de 50 personas trabajadoras están obligadas a tener un plan de igualdad, pero en febrero, de las más de 24.666 empresas de más de 50 personas trabajadoras en nuestro país, solo hay 4.481 planes acordados con la Representación Legal de las Personas Trabajadoras y 177 planes no acordados.

Por tanto, el reto es impulsar la negociación colectiva de medidas y planes de igualdad y exigir el cumplimiento de los planes en los términos previstos en la legislación vigente. Además, debemos seguir avanzando mediante el Dialogo Social en modificar los aspectos lesivos de la reforma laboral de 2012, especialmente aquellos que afectan de forma más negativa a las trabajadoras, como la feminización de los contratos parciales –ya que el 74,67% del empleo a tiempo parcial en 2021 fue femenino, frente al 27,17% masculino– o combatir la violencia machista desde los centros de trabajo, adoptando protocolos de acoso sexual y acoso por razón de sexo e incluyendo el acoso sexual y sexista cibernético.

Aún queda un largo camino por recorrer en la lucha contra la desigualdad de género, pero desde la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, seguiremos luchando hasta conseguirlo.