Los líderes sindicales piden a los partidos políticos una reflexión sobre la “lamentable” y “vergonzosa” convalidación de la reforma laboral

Los líderes sindicales piden a los partidos políticos una reflexión sobre la “lamentable” y “vergonzosa” convalidación de la reforma laboral
Unai Sordo, de CCOO, y Pepe Álvarez, de UGT, en declaraciones exclusivas a noticiasobreras.es, no han ahorrado calificativos para describir lo ocurrido con la rocambolesca convalidación en el Parlamento de la reforma laboral tripartita. También hablan del debate de legitimidades que ha emergido en la negociación política y apuntan sus próximas estrategias para impulsar que los acuerdos lleguen a la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras.

“Vergüenza ajena” confiesa el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, es lo que sintió durante la tramitación del Real Decreto en el que se recogía el acuerdo entre sindicatos, empresarios y gobierno para modificar las relaciones laborales.

“Los trabajadores de este país no nos merecemos ni que una parte de la izquierda vote en contra por razones ajenas al contenido del RDL, ni tampoco una derecha que continúa jugando con el transfuguismo dando ‘tamayazos’”, ahonda el líder de UGT.

Para Unai Sordo, la votación del pasado jueves 3 de febrero, es “el episodio más lamentable en el parlamentarismo español que yo recuerde”. Es más, matiza “es la primera vez que una norma de una trascendencia tan importante se resuelve intentando utilizar el voto de dos tránsfugas para cambiar lo que era el signo de una de norma muy importante para millones de trabajadores y trabajadoras”.

Incluso, el líder de CCOO apunta a lo que se ha pretendido ha sido “cambiar el pulso de la legislatura y poner fin a la misma” e insiste en que “debería haberse sacado la reforma con una amplia mayoría de izquierdas, y abrir una fase negociación, llegado el caso, y de compromisos para seguir mejorando la normativa laboral en España”.

Legitimidades complementarias

Sobre la supuesta confrontación entre la soberanía del Parlamento y la legitimidad de los agentes sociales, ambos sindicalistas reconocen, como no podía ser de otra manera, la autonomía del Congreso de los Diputados, al tiempo que explican que en sociedades avanzadas y complejas no debería plantearse una oposición entre legitimidades diversas sino una sana colaboración y complementariedad.

Unai Sordo afirma que “la legitimidad de las Cortes, evidentemente no la discute nadie”. Eso sí, aclara que “en las democracias complejas y en las que aspiran a tener cierta profundidad y calidad, los escenarios de legitimidad democrática son complementarios y no son competitivos”, dentro de las cuales, “el diálogo social juega un papel fundamental”. No en vano, recuerda, la propia Constitución reconoce el papel de los sindicatos.

De ahí que destaque que para “dar valor a esa cualificación democrática que es el diálogo y la concertación social, los partidos tendrían que haber sido mucho más respetuosos con el contenido de una reforma tan trascendente y pactada entre las organizaciones representativas de trabajadores y empresas”.

Por si quedaban dudas, Sordo confiesa que espera que “reflexionen los partidos sobre la necesidad de hacer compatibles estos dos espacios de legitimidad democrática y que no se vuelvan a repetir episodios como los que hemos visto”.

“Tanto el Parlamento como las organizaciones sindicales tenemos nuestra propia legitimación”, añade Álvarez, quien añade que “no se debe cuestionar la legitimidad del Parlamento ni contraponerse a la legitimidad de las organizaciones sindicales, empresariales y el gobierno para llegar acuerdos”.

Desde su punto de vista, en el fondo de lo ocurrido no se ha puesto eso en cuestión, dado que “la propia Constitución legitima el diálogo social y el Parlamento”.

“El debate no estaba ahí, el debate no era el debate de contenidos, nadie quería enmendar los acuerdos, se quería introducir nuevos elementos que se pueden introducir en cualquier otro momento”, explica Álvarez.

La aplicación de la reforma

Ante las críticas de otras organizaciones sindicales y políticas opuestas a convalidar la reforma laboral que justificaron su posición por la limitación de las medidas acordadas, Pepe Álvarez, declara que “hemos aprobado una parte de las reformas que hay que hacer. Queda una segunda parte que tiene que ver con el despido, sobre todo con el despido colectivo: las causas, la metodología para resolverlos, incluso el propio precio del despido y los salarios de tramitación, que en algún momento lo vamos a tener que abordar”.

En el mismo sentido, se expresa Unai Sordo: “Es muy importante entender que esta reforma es muy relevante, que la legislación es condición necesaria para mejorar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, pero no es condición suficiente. Por tanto, ahora toca impulsar en el ámbito de la negociación colectiva y en el ámbito de la acción sindical en las empresas”.

Para el dirigente de CCOO, lo que ahora toca es “hacer una fuerte apuesta por tutelar, por vigilar y por impulsar los procesos de conversión de contratación temporal en indefinida, porque el uso de la contratación temporal en España tiene una inercia muy asentada en los centros de trabajo y cambiar esa inercia no va a ser sencillo”.

Precisamente apela a la acción sindical y a la capacidad de intervención de los sindicatos en la organización de las empresas que consagra esta reforma para, combatir la desigualdad y precariedad, especialmente en la subcontratación.

“Por ejemplo, en la pelea para que las trabajadoras que son camareras de piso, de hotel, se les apliquen las mejores condiciones posibles, no solo hay que evitar que se apliquen los convenios de las empresas multiservicios, que reducían drásticamente los salarios, sino que hay que pelear para que el reconocimiento de esa actividad no se equipare a la actividad de limpieza sino a la actividad de hostelería”, detalla.

Además, explica Sordo, “hay que ir buscando pautas de negociación para que cuando haya problemas económicos, las empresas o los sectores estén en transiciones de empleo, recurran a los ERTE o recurran al mecanismo RED que hemos creado como alternativas a los despidos y romper la vieja inercia del contrato temporal y el despido libre, que existe en España”.

En definitiva, como dice Álvarez: “en todo caso, la acción sindical pasa por reforzar la presencia en los centros de trabajo, de tal manera que podamos conseguir que se cumpla la norma aprobada. Estamos ante uno de los mejores acuerdos de la historia reciente de nuestro país en materia de relaciones laborales y ahora de lo que se trata es que nadie contrate a un trabajador o trabajadora temporal teniendo que hacerlo fijo. Que se apliquen los convenios colectivos sectoriales y, en definitiva, que podamos aportar decencia a las relaciones laborales”.