Trabajadoras de la limpieza de Córdoba, en huelga indefinida para obtener un salario acorde al SMI
La huelga indefinida que llevan a cabo las trabajadoras de la limpieza de la provincia de Córdoba persigue que, como dicta la ley, el salario base del próximo convenio alcance el salario mínimo interprofesional. La HOAC diocesana ha colaborado con la caja de resistencia.
“Para personas que cobramos sueldo de miserias, dos o tres días de huelga suponen un sablazo en nuestras nóminas”, reconoce Marisol Pineda Cabello, delegada sindical por UGT de la Unión Temporal de Empresas (UTE) de la limpieza del hospital provincial de Córdoba.
Pineda, que lleva ya 15 años continuados como limpiadora profesional, explica que la caja de resistencia servirá para compensar en parte las pérdidas de aquellas personas no incluidas en servicios mínimos que secunden los paros.
Las 4.000 personas trabajadoras incluidas en el convenio provincial que ahora mismo se está negociando comenzaron las movilizaciones el pasado mes de diciembre y han continuado las protestas en enero.
La patronal ha encontrado un subterfugio para no pagar el salario mínimo interprofesional a las trabajadoras contratadas con anterioridad a la ley que establece el suelo salarial en 960 euros por 14 pagas. Para llegar al mínimo, proponen incluir los pluses y extras recortados en la proporción necesaria para cubrir los 170 euros que existe ahora de diferencia.
El secretario general de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Córdoba (FeSMC), Juan Martínez, considera esta propuesta “una falta de respeto a un colectivo que ya tiene unas condiciones muy precarias”. De aceptarla, significaría que las horas extras o pluses saldrían gratis a las empresas y que personas recién contratadas a las que si les aplicaría el salario mínimo cobrarían más que personas con años de antigüedad.
“No pedimos otra cosa más que que se cumpla la ley para todas las persona y que los pluses y complementos sigan siendo extras para quienes trabajen fuera de las jornadas normales”, explica la sindicalista.
La mayoría de centros públicos, como hospitales y colegios, cuentan con subcontratas de limpieza, por lo que la trabajadora cree que la Administración Pública debería dar “un tirón de orejas” a los representantes de las empresas para que se avengan a negociar.
Por el momento, no hay visos de acuerdo, por lo que la huelga se mantiene, aunque eso sí, con servicios mínimos en algunos casos que llegan al 100%. “Por supuesto que no queremos interrumpir el funcionamiento de servicios tan esenciales como un hospital, pero entendemos que merecemos el mismo reconocimiento que el resto de trabajadores que dio el callo durante la pandemia”, explica la sindicalista.
“Fuimos esenciales durante el confinamiento pero a la hora de las retribuciones hemos dejado de serlo”, se queja con amargura Marisol Pineda.
Redactor jefe de Noticias Obreras