El primer borrador de la #COP26: objetivos ambiciosos sin planes concretos para cumplirlos
El borrador de acuerdo de la COP26, presentado ayer por la presidencia británica, apunta en la buena dirección al aceptar la limitación del calentamiento del planeta a 1,5 grados, aunque falta financiación y concreciones.
El texto reconoce que las emisiones globales de gases de efecto invernadero deberán reducirse en un 45% en 2030 y cero a mediados de siglo. Sin embargo, los planes puestos en marcha, hasta el momento, subirán la temperatura en 2,7 grados.
El documento admite que no se ha cumplido la promesa de proporcionar de forma conjunta 100.000 millones de dólares al año, por lo que insta a los países más prósperos a un mayor esfuerzo para apoyar la adaptación de los países con menos recursos.
También se estable que los países deben acelerar la eliminación del carbón y de las subvenciones a los combustibles fósiles, pero no tiene fechas ni objetivos concretos al respecto.
“Queda mucho por hacer”
El primer ministro británico, Boris Johnson, en su comparecencia para comentar el desarrollo de la cumbre del clima, admitió que las negociaciones sobre los detalles “se están poniendo difíciles” y “todavía queda mucho por hacer”. Sobre el borrador explicó que “es crucial tener mucha ambición” y que el riesgo de no cumplir es “colosal” ya que supondría “un absoluto desastre para el planeta”.
Las críticas de las ONG no se han hecho esperar. Para Amigos de la Tierra, el borrador se basa en la “buena voluntad” de los firmantes, a los que se “invita”, “anima” o “da la bienvenida”, pero muy pocas veces se hace referencia a la urgencia real que la ciencia apunta ni a la responsabilidad histórica diferenciada de los distintos países, según la responsable de Justicia Climática de la ONG, Cristina Alonso. “El principio de equidad en los compromisos, responsabilidades y financiación, y la Justicia Climática deben estar en el corazón del acuerdo”, defiende.
También Greenpeace demanda un compromiso “mucho más sólido” en materia de financiación y adaptación, con cifras reales y un plan de ejecución. Además, alerta de que mientras el borrador apuesta por acabar con la subvenciones a los combustibles fósiles, países como Arabia Saudí y Australia trabajan para “sabotear esta parte antes del final de la conferencia”.
La directora ejecutiva de Greenpeace International, Jennifer Morgan, explica que el texto “no es un plan para resolver la crisis climática”, más bien una apuesta a ciegas esperando que salga lo mejor posible. “Los negociadores no deberían ni pensar en salir de esta ciudad hasta que hayan llegado a un acuerdo a la altura del momento. Porque, con toda seguridad, este no lo está”, afirma.
Los representantes de los casi 200 países presentes en la cumbre tienen que acordar la declaración final. En principio, el viernes debe concluir la conferencia, aunque podría alargarse. Entre los detalles por concentrar, se encuentra el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París sobre los mercados de carbono. Muchos gobiernos, como los de la Unión Europea, temen que algunos países comercien con los derechos de emisiones, algo que, por otra parte, hacen ellos mismos.
“Nuestro compromiso es ahora”
El cardenal Pedro Barreto, presidente de la presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en su discurso con motivo de la Asamblea Mundial sobre la Amazonía y la Crisis Climática, animada por los pueblos indígenas en el marco de la COP-26 que se está celebrando en Glasgow, apunta que nuestra tierra “clama, por el uso y abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”.
“Este clamor se torna en un grito tumultuoso que nos exige cambiar hacia un nuevo paradigma, el paradigma del cuidado, que nos pide una nueva manera de relacionarnos con la naturaleza que es nuestra casa común”, añade para concluir que “para que sea posible la vida debemos asumir el compromiso de vivir un estilo de vida sobrio; cuidando y respetando nuestra Casa Común para nosotros y las generaciones por venir, ya que ¡nuestro compromiso es ahora!”.
Redactor jefe de Noticias Obreras