Pasar haciendo el bien
Era sabbhat, mi yerno Pedro y sus amigos, con Jesús, se marcharon a la sinagoga muy temprano. No podía incorporarme, la fiebre (Mc 1, 29-34), los mareos y el dolor de cabeza no me permitían moverme de la cama.
Mi hija, la mujer de Pedro, me atendía preocupada, nunca me había visto así. Había gente en la casa, Pedro y Andrés invitaron a Jesús, a Santiago y a Juan. Me encantaba tenerles en casa. Eran agradecidos y simpáticos, aunque bastante tragones y un gran caldero de chólent1 estaba a fuego lento, desde ayer por la tarde.
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Consiliario general de la HOAC