Antonio Aranda: “La tarea principal es tender puentes entre la Iglesia y el mundo del trabajo”
Antonio J. Aranda ha sido nombrado director del departamento de Pastoral del Trabajo en la Conferencia Episcopal Española (CEE). Este laico, miembro de la HOAC de Orihuela-Alicante, que afronta con ilusión su nueva responsabilidad, responde aquí a unas preguntas desenfadadas que ayudan a conocerle mejor y valorar los retos a los que se enfrenta.
¿Qué hace un laico de director del departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE?
La verdad es que no debería ser noticia que un laico asumiera responsabilidades en la Conferencia Episcopal, no soy el primero y, seguro que en el futuro, serán muchos más las laicas y laicos que vayan asumiendo tareas de responsabilidad en la Iglesia.
La tarea principal va a ser tender puentes entre la Iglesia y el mundo del trabajo, sin estos puentes no se puede evangelizar. La Iglesia debe de hacerse cada vez más sensible ante lo que acontece en el mundo del trabajo y dar una respuesta evangelizadora a esta realidad.
El mercado del trabajo, tal y como esta diseñado hoy en día, es una máquina que descarta a personas –con 45 años ya te ves excluido del mercado de trabajo–, que pone en riesgo la salud y la vida de muchas mujeres y hombres trabajadores –2020 se cerró con algo más de 1 millón de accidentes laborales, 708 de ellos acabaron con la muerte del trabajador–, el trabajo ya no te asegura salir de la pobreza –entre 8 y 12 millones de trabajadores son pobres–. La actual situación de precariedad y pobreza, en la que viven muchos trabajadores, les impide construir un proyecto personal y familiar, se les niega vivir dignamente.
El mundo obrero debe descubrir
en la Iglesia una compañera de camino
El mundo obrero debe descubrir en la Iglesia una compañera de camino, “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, especialmente de los pobres y de cuantos sufren, son, a la vez, gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Y nada hay de verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (GS 1). Este acompañamiento es ya una realidad valorada por grandes sectores del mundo del trabajo, pero poco visible para la gran mayoría de la sociedad. La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente está ayudando a hacer más visible esta preocupación eclesial por lo que acontece en el mundo del trabajo.
¿Va a tener más o menos trabajo ahora que antes?
Aquí siempre se suma. El Evangelio ya nos lo advierte “el trabajo es mucho y los obreros pocos” (Lc 10, 1-12), Jesús nos consuela “mi carga es ligera” (Mateo 11, 30).
Sé que está tarea se me encarga a mí, pero no estoy solo. En primer lugar, me siento acompañado por mi equipo de la HOAC, que ya me ha descargado de otras tareas que venia asumiendo y que me acompañará con su cercanía y oración. Me da mucha tranquilidad el saberme acompañado por el Consejo Asesor de la Pastoral del Trabajo y por D. Abilio Martínez, el obispo responsable de la Pastoral del Trabajo, del que espero ser un buen colaborador. También tenemos que tener presente que existen delegaciones de Pastoral Obrera o del Trabajo en un gran número de diócesis, esta es una tarea compartida y el trabajo compartido se hace más ligero.
¿Se pierde o se encuentra en el nuevo organigrama en el que su departamento forma parte de la Social y Promoción Humana?
Me encuentro. Ya voy conociendo a algunos compañeros y creo que con ellos la tarea se va a hacer fácil, de hecho ya me están ayudando.
La Pastoral Social es la acción de la Iglesia que quiere acercarse y dar respuesta a los hombres y mujeres descartadas por esta sociedad, un gran número de trabajadores se encuentran en esa situación o en una permanente amenaza de caer en ella y ahí tenemos que estar la Pastoral del Trabajo.
Los distintos departamentos de la Comisión de Pastoral Social y Promoción Humana hacen una apuesta por el trabajo transversal, por trabajar lo específico y lo común, por trabajar juntos y en sinodalidad. Esta forma de trabajar va a enriquecernos y creemos que desde la Pastoral del Trabajo también vamos a enriquecer la experiencia y el trabajo de otras pastorales.
Hoy la Pastoral Social ha dejado
de centrarse en la ayuda de urgencia
Hoy la Pastoral Social ha dejado de centrarse en la ayuda de urgencia, en tapar agujeros. La Pastoral Social ha madurado mucho en las últimas décadas y hoy pone más sus esfuerzos en la promoción humana, en señalar las causas que provocan injusticia, en remover los obstáculos que impide a las personas vivir con dignidad, desmantelar las estructuras de pecado, etc. Los hombres y mujeres de la Pastoral del Trabajo nos sentimos muy cómodos trabajando, sumando a la Comisión de Pastoral Social y Promoción Humana.
¿”Sin oro ni plata”, qué puede hacer la Pastoral del Trabajo por sanar las heridas abiertas del mundo obrero?
Lo que hasta ahora viene haciendo: acompañar. Existe mucha soledad ante las situaciones que vivimos en el mundo obrero y del trabajo, mucha necesidad de esperanza. La Iglesia, los cristianos, tenemos que estar ahí, acompañando estas realidades, llevando esperanza, haciéndoles ver que no están solos, que no estamos solos.
¿Dónde se habla más el lenguaje del trabajo, en las oficinas de la Conferencia Episcopal o en las parroquias de la periferia?
Solo he pisado una vez la sede de la Conferencia Episcopal, fue 1994, cuando los obispos aprobaron el documento La Pastoral Obrera de Toda la Iglesia. Ese día se habló mucho y muy bien del mundo obrero. En los años posteriores se ha seguido hablando, lo podemos ver reflejado en los documentos de los obispos Iglesia, servidora de los pobres o en Informe sobre la situación social creada por la pandemia presentado el pasado mes de noviembre en la Plenaria de la Conferencia Episcopal.
El lenguaje del trabajo se habla
más en las parroquias y es donde toca
Dicho esto, creo que el lenguaje del trabajo se habla más en las parroquias y es donde toca. Nuestras comunidades parroquiales viven y tienen que vivir cada vez más encarnadas en los barrios, en el territorio que se les ha confiado, para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a los vecinos del barrio a los trabajadores y trabajadoras. Y los trabajadores deben de tener la parroquia como su propia casa, sentirse cómodos en ella y compartir su vida junto al pan y vino de la Eucaristía. San Juan XXIII decía que la parroquia debería de ser como la fuente de una aldea, hoy quizás no entendemos esto, pero en aquellos años tener una fuente cerca de casa era un gran alivio para los aldeanos.
¿Cómo “paga Dios” al director de la Pastoral del Trabajo?
Cuanto echo de menos a Antonio Algora, siempre nos decía que Dios siempre paga y el se sentía muy bien pagado por Dios, su entrega al mundo obrero y a la Iglesia daban testimonio de ello.
La HOAC me ha enseñado lo profundamente que me quiere Dios en mi condición de trabajador y siendo “siervo inútil”. Esta tarea que los obispos me encomiendan es otra forma agradecida de devolverle a Dios todo lo que me ha dado. Ya me siento pagado.
Redactor jefe de Noticias Obreras