Trabajadora de Servicarne: «Me he dado cuenta de la importancia de defender los derechos»
Leonor García es una de las 30 trabajadoras de la empresa Servicarne de Almazora (Castellón) que desde hace más de dos años han estado luchando para que se les reconozcan sus derechos.
Iniciaron una huelga indefinida para reclamar que se les reconociese como «falsos autónomos», tal y como dictaminó una inspección de trabajo. Como delegada sindical de CNT, reconoce que ha sido una experiencia «agotadora y estresante», pero también una de las más importantes en su vida.
¿Desde cuándo estás trabajando en esta empresa?
Empecé a trabajar en Servicarne en 2012, nada más llegar a la provincia de Castellón, y aunque le llamó la atención que me obligaran a hacerme autónoma para poder trabajar allí, acepté las condiciones porque necesitaba trabajar. Las condiciones de trabajo eran muy duras: trabajábamos hasta 18 y 20 horas, no cobrábamos horas extra, el mes de vacaciones no lo cobrábamos… Las primeras semanas recuerdo que llegaba a casa tan cansada que no salía casi ni de la cama, me dolía todo el cuerpo. Pero era joven, tenía 25 años, y la verdad es que en esos tiempos se estaba cobrando bien y podíamos ganar unos 1.800 euros al mes, pero a costa de estar explotados
¿Por qué iniciasteis las protestas?
A raíz de una inspección de trabajo en noviembre de 2017, se determinó que éramos falsos autónomos y que nos tenía que contratar la empresa principal, Productos Florida. De hecho, el inspector nos dio de alta en la seguridad social de esta empresa; pero esta no nos reconocía. Fue entonces cuando decidimos unirnos los trabajadores e iniciar algunas acciones. Así que nos apuntamos todos al sindicato, y en marzo de 2018 hicimos una primera huelga de cuatro días. Luego seguimos con manifestaciones delante de la puerta dos días por semana.
Fue entonces cuando empezaron a ponérnoslo muy difícil en el trabajo, con la finalidad de que nos fuéramos voluntariamente: primero, quitándonos secciones; luego, recortándonos el sueldo, las horas, los días… Hasta que llegó un mes que no ganamos ni para poder pagar el autónomo. Entonces dijimos: basta.
Y decidisteis convocar una huelga indefinida…
Sí, aunque nos arriesgábamos a perder nuestro trabajo (como así ha sido), el pasado 25 de febrero convocamos una huelga indefinida y plantamos un campamento frente a las puertas de la empresa. Incluso cinco compañeros se pusieron en huelga de hambre, a ver si así se dignaban a hablar con nosotros. Queríamos denunciar que somos falsos autónomos, como dijo la inspección, y que se nos reconocieran todos nuestros derechos.
Al final, el 13 de marzo nos vimos obligados a levantar el campamento por fuerza mayor, porque se decretó el estado de alarma, pero continuamos desde nuestras casas. Cuando pasamos a la fase 1, desconvocamos la huelga e intentamos ir a trabajar con normalidad, pero no nos dejaron. Así que hemos denunciado a la empresa por despido nulo, por vulneración del derecho a huelga y hemos pedido al inspector que nos dé de baja en Productos Florida, para que podamos seguir con nuestras vidas.
¿Cuántos trabajadores habéis seguido la huelga?
En total, en la empresa éramos 60 trabajadores, pero solo 30 secundamos la huelga. El resto (la mitad de la plantilla) están de baja laboral, muchos de ellos por depresión. En estos momentos, en la empresa solo quedan registrados 30 trabajadores porque están de baja laboral.
¿Y cómo se puede sobrellevar económicamente esta situación tanto tiempo?
El último ingreso que tuvimos fue en febrero, trabajamos solo una semana y media, y yo por ejemplo cobré 140 euros de todo el mes. Otros tienen familia, hipoteca, tienen pocos recursos o son mujeres solas con hijos que mantener… En mi caso, lo he podido aguantar bien porque me ha pillado en un buen momento personal. Aún así, me vi obligada a pedir una ayuda para alimentos al ayuntamiento. Como estaba dada de alta en los dos regímenes (como autónoma y en el régimen general), era como si tuviera dos trabajos; pero la trabajadora social conocía la situación de nuestra empresa y que estábamos en huelga y me pudo tramitar una ayuda de 180 euros, con lo que voy tirando.
Por otra parte, durante la huelga abrimos una caja de resistencia y poder continuar en huelga. Nos ayudaron desde los servicios sociales municipales, Cáritas, la Cruz Roja, la HOAC, gente de la calle que colaboraban con dinero o comida… También empresas de la zona, hemos podido seguir con la huelga tanto tiempo, a veces incluso con más ganas al ver que había tanta gente apoyándonos.
¿Crees que ha habido suficiente unidad entre los trabajadores?
Sí, ha habido unidad, aunque no todos han participado de la misma manera. De los 30 trabajadores que nos pusimos en huelga, solo unos 10 o 12 nos hemos implicado de verdad. Siempre hay gente que solo viene un rato o que se queda en casa, y no te puedes enfadar porque cada uno tiene sus circunstancias. Aún así, lo importante es que continuáramos todos hasta el final.
¿Qué es lo que más destacas en positivo de todo este proceso que habéis vivido?
Personalmente, con todo este proceso he aprendido mucho sobre legislación laboral, sindicatos, relaciones laborales… Antes de ser delegada sindical no sabía nada de todo esto, hacía lo que me decían y punto. Me he dado cuenta de la importancia de defender nuestros derechos, porque si no lo hacemos nosotros, los trabajadores, nunca cambiará nada. No podemos esperar a que los gobiernos o los empresarios cambien las cosas. Somos nosotros mismos, con la ayuda de los sindicatos, los que debemos luchar para mejorar la situación, y si hay algo que no está bien, denunciarlo. Al principio tienes miedo de empezar estas luchas, pero luego ves que, con la ley en la mano, no pueden hacerte nada.
También he aprendido a tener paciencia y la importancia de apoyarnos unos a otros. Creo que después de esta experiencia soy una mujer más fuerte y segura. Nunca me hubiera imaginado que llegaría a verme involucrada en algo así y haber hecho todo esto.
Y ahora, ¿cómo ves tu futuro?
Por el momento, necesito descansar un poco. Ha sido una experiencia muy agotadora y estresante, física y mentalmente, y prefiero recuperar fuerzas antes de volver a trabajar. ¡Llevaba años sin poder ver la playa, solo por la noche, cuando salía de trabajar! Tampoco hemos disfrutado de un verano de vacaciones desde hace años, y casi no veíamos ni a la familia. Así que me gustaría descansar estos meses antes de intentar encontrar de nuevo trabajo y recuperar mi vida. •
Periodista
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