Hay primaveras que no florecen en los campos, sino en los cuerpos. No se anuncian con almendros ni despiertan con el canto de los mirlos, sino que brotan desde lo
Hay primaveras que no florecen en los campos, sino en los cuerpos. No se anuncian con almendros ni despiertan con el canto de los mirlos, sino que brotan desde lo