Se acaba este año extraño, gracias a Dios. Gracias a Dios porque, aunque estamos llamados a habitar el presente que vivimos sin huidas hacia adelante, o retornos distópicos a un
Evangelio
Esta pandemia que nos afecta tan dolorosamente ha puesto de relieve dimensiones de nuestra existencia que estaban ocultas; nos ha enfrentado de manera brusca con nuestra propia realidad. El papa
Y Jesús duerme. En la popa. Sobre el cabezal de una barca a la deriva, hundiéndose… Los financieros −valientes pescadores, ellos−, quitaron el timonel de sus manos campesinas. «Suplentes llevan