Vamos a despertar, amigos, que es tiempo de caminos. La mies es abundante, los obreros pocos, como siempre. Dura es la tarea y el jornal, ya se sabe, pendiente de
La oración de cada día
Hay suspiros que van a pecho abierto y en el regazo sombras que no calman las dudas. Momentos de penuria donde el silencio se hace desierto en la memoria, garabatea
Y Jesús duerme. En la popa. Sobre el cabezal de una barca a la deriva, hundiéndose… Los financieros −valientes pescadores, ellos−, quitaron el timonel de sus manos campesinas. «Suplentes llevan