Antes de salir del agua, de Jesús solo sabíamos que venía de Nazaret. ¿Quién era? Uno de tantos obreros que se ganan la vida trabajando con sus manos. Pero cuando
Àlvar Miralles
Médicos y enfermeras y auxiliares levantan su voz, y con razón, porque les faltan los medios. Ellos pueden curar, pero no hacer respiradores. Quienes saben hacer respiradores son los ingenieros.
Vamos a despertar, amigos, que es tiempo de caminos. La mies es abundante, los obreros pocos, como siempre. Dura es la tarea y el jornal, ya se sabe, pendiente de
Y Jesús duerme. En la popa. Sobre el cabezal de una barca a la deriva, hundiéndose… Los financieros −valientes pescadores, ellos−, quitaron el timonel de sus manos campesinas. «Suplentes llevan