León XIV convoca el primer consistorio extraordinario de su pontificado para reforzar la comunión y el discernimiento colegial

León XIV convoca el primer consistorio extraordinario de su pontificado para reforzar la comunión y el discernimiento colegial
El Papa reunirá al Colegio Cardenalicio los días 7 y 8 de enero de 2026 en un encuentro marcado por la oración, la reflexión compartida y el consejo mutuo, en coherencia con el tono programático de su primera intervención ante los cardenales, apenas dos días después de su elección

El papa León XIV ha convocado el primer consistorio extraordinario de su pontificado, que se celebrará los días 7 y 8 de enero de 2026, según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El encuentro, anunciado inicialmente el pasado mes de noviembre, se desarrollará a lo largo de dos jornadas y estará caracterizado por “momentos de comunión y de fraternidad”, así como por tiempos dedicados a “la reflexión, la compartición y la oración”.

De acuerdo con el comunicado oficial, el objetivo del consistorio es “favorecer un discernimiento común y ofrecer sostén y consejo al Santo Padre en el ejercicio de su alta y gravosa responsabilidad en el gobierno de la Iglesia universal”.

El Vaticano sitúa esta convocatoria en el contexto de la vida y la misión de la Iglesia, subrayando su finalidad de reforzar la comunión entre el Papa y los cardenales, llamados a colaborar de manera particular en la solicitud por el bien de la Iglesia universal.

Un gesto coherente con el inicio del pontificado

La convocatoria de este consistorio extraordinario encuentra un antecedente directo en la primera intervención de León XIV ante el Colegio Cardenalicio, pronunciada el 10 de mayo, apenas dos días después de su elección.

En aquel encuentro, celebrado todavía bajo el impacto del fallecimiento del papa Francisco y del reciente cónclave, el nuevo pontífice marcó con claridad el tono de su relación con los cardenales.

“Ustedes, queridos cardenales, son los más estrechos colaboradores del Papa, y esto me sirve de consuelo al aceptar un yugo que claramente supera no sólo mis fuerzas, sino a las de cualquier otro”, afirmó entonces, reconociendo explícitamente la necesidad de no ejercer el ministerio petrino en soledad. Su confianza se apoya en la ayuda de Dios y en la cercanía real del Colegio Cardenalicio, según subrayó.

Evangelii gaudium como hoja de ruta

En aquella intervención inicial, León XIV ofreció además una lectura programática del camino eclesial que desea proseguir. Al situarse en continuidad con el Concilio Vaticano II y con el pontificado de Francisco, destacó expresamente la Exhortación apostólica Evangelii gaudium como referencia clave.

De ella subrayó “el regreso al primado de Cristo en el anuncio”, “la conversión misionera de toda la comunidad cristiana”, “el crecimiento en la colegialidad y en la sinodalidad”, así como la atención al sensus fidei, es decir, el sentido de la fe compartido por el conjunto del pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu, “especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular”.

Junto a ello, mencionó el “cuidado amoroso de los débiles y descartados” –expresado con rotundidad en su primera exhortación Dilexi te— y el “diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo”.

El Papa precisó que estos elementos no constituyen una agenda coyuntural, sino que son “los principios del Evangelio que animan e inspiran, desde siempre, la vida y la obra de la Familia de Dios”, a través de los cuales se revela el rostro misericordioso del Padre y se sostiene la búsqueda humana de la verdad, la justicia, la paz y la fraternidad.

León XIV y la cuestión social de hoy

En ese mismo discurso, el pontífice explicó también el sentido del nombre elegido. “Al sentirme llamado a proseguir este camino, pensé tomar el nombre de León XIV”, afirmó, vinculando su pontificado con la figura de León XIII y con la encíclica Rerum novarum.

Si entonces la Iglesia afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial, hoy ofrece su patrimonio de doctrina social para responder, según señaló, a “otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial”, que plantean nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo.

Leído en conjunto, puede entenderse mejor que el anuncio del consistorio extraordinario y la intervención fundacional del 10 de mayo dibujan una mismo recorrido de fondo: un pontificado que quiere apoyarse desde el inicio en la colegialidad efectiva, el discernimiento compartido y la comunión eclesial para afrontar los retos de la Iglesia en este cambio de época.