La censura de un segmento del programa “60 minutos” de CBS enciende una nueva alarma sobre la amenaza que los medios corporativos suponen para la democracia

Esta semana hemos aprendido una nueva lección sobre cómo la concentración de la propiedad de los medios de comunicación corporativos corrompe la democracia. Un informe sobre las experiencias de varios hombres venezolanos que fueron deportados por el Gobierno de Trump —encadenados— a la tristemente célebre cárcel CECOT de El Salvador iba a ser transmitido por “60 minutos”, el programa insignia de la cadena CBS.
La nueva editora en jefe de dicho medio, Bari Weiss, decidió cancelar la emisión del segmento. Esta censura deja al descubierto una red de conflictos de intereses y demuestra, una vez más, que la democracia depende de medios de comunicación independientes sólidos, que actúen como un auténtico cuarto poder y no “al servicio del poder”.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo, o CECOT, es una prisión de El Salvador que fue construida en 2022 en el marco de las medidas represivas impulsadas por el presidente Nayib Bukele supuestamente destinadas a combatir la violencia de las pandillas. Bukele, quien se autodenomina “el dictador más ‘cool’ del mundo”, es un presidente autoritario que recurre a los encarcelamientos masivos y a prácticas de tortura en el CECOT como una herramienta de control social. Trump, a quien le encantan los mandatarios que lo elogian, es un ferviente admirador de Bukele.
El Gobierno de Trump acordó pagar a El Salvador cerca de cinco millones de dólares para que recibiera en sus prisiones a personas deportadas desde Estados Unidos. En marzo de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional trasladó varios prisioneros al CECOT de forma secreta, incumpliendo una orden emitida por un tribunal federal. Entre estos prisioneros se encontraba el salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado ilegalmente, y al menos 252 hombres venezolanos.
Muchos de los ciudadanos venezolanos fueron posteriormente enviados de regreso a su país natal como parte de un intercambio que implicó la liberación de diez prisioneros estadounidenses por parte del Gobierno de Venezuela. Gran parte de lo que sabemos sobre las condiciones que se viven en el CECOT proviene del testimonio de estos hombres y de las pruebas recopiladas por investigadores de derechos humanos.
El informe cancelado del programa “60 minutos” ya había sido enviado a Canadá, donde el programa se transmite semanalmente, y se emitió allí según lo programado. Una grabación del segmento estuvo rápidamente disponible en internet y se viralizó.
El segmento comienza un relato de la corresponsal Sharyn Alfonsi:
“Todo comenzó tan pronto aterrizaron los aviones. Los hombres expulsados de Estados Unidos pensaban que se dirigían de regreso a Venezuela. Sin embargo, fueron encadenados de pies y manos, exhibidos ante las cámaras y llevados a la tristemente célebre prisión de máxima seguridad de El Salvador llamada CECOT, donde, según contaron a “60 minutos’, soportaron cuatro meses de infierno.
¿Pensaron que iban a morir allí?”.
Luis Muñoz Pinto: “Honestamente, creíamos que ya éramos como muertos en vida”.
¿Por qué Bari Weiss canceló la emisión del segmento? Según se informa, la editora en jefe de CBS alegó que el reportaje necesitaba incorporar más voces del Gobierno de Trump. Sin embargo, Alfonsi y su equipo ya habían pedido declaraciones a la Casa Blanca, al Departamento de Estado y al Departamento de Seguridad Nacional.
En un correo electrónico de circulación interna, Alfonsi escribió: “Si la negativa del Gobierno a dar declaraciones se convierte en un motivo válido para cancelar la emisión de un reportaje, les habremos entregado un “botón de apagado” para cualquier cobertura periodística que les resulte incómoda”.
Es importante recordar que, en noviembre de 2024, Trump presentó una demanda contra la cadena CBS por una entrevista del programa “60 minutos” con Kamala Harris, que, según el mandatario estadounidense, fue editada de manera selectiva para favorecer la campaña presidencial de su entonces oponente.
Aunque expertos legales afirmaron que CBS habría podido obtener fácilmente un fallo favorable en ese caso, Paramount, la empresa matriz de CBS, aspiraba en ese entonces a ser adquirida por la compañía de medios Skydance, propiedad del hijo del multimillonario aliado de Trump Larry Ellison. En ese marco, Paramount aceptó pagar 15 millones de dólares para resolver la demanda interpuesta por Trump y la fusión entre Paramount y Skydance fue luego aprobada por el Gobierno de Trump.
Poco después, los Ellison compraron por 150 millones de dólares el portal de noticias de derecha de Bari Weiss y designaron posteriormente a esta como editora en jefe de CBS News.
Larry Ellison y su hijo David buscan sumar ahora una nueva pieza a su imperio mediático y están intentando adquirir Warner Bros. Discovery a través de un proceso de adquisición no consentido. Warner Bros. Discovery, que es propietaria de HBO y CNN, entre otros medios, desestimó la oferta de los Ellison y optó por una propuesta alternativa de Netflix, la cual no contempla HBO ni CNN.
Ninguna de estas fusiones resulta favorable para la sociedad, porque un número cada vez menor de gigantes mediáticos está absorbiendo cada vez más y más medios, lo que reduce las opciones de la audiencia y debilita la capacidad de los creadores —guionistas, actores, directores, entre otros— para reclamar condiciones justas. Trump ha dicho que tiene la intención de intervenir en esta disputa y que podría recurrir a la autoridad reguladora del Gobierno para inclinar la balanza a favor de uno de los compradores, una práctica eminentemente deshonesta.
Por este motivo, tanto Netflix como el conglomerado Paramount Skydance de los Ellison tienen interés en ganarse el favor de Trump.
Y ahí radica la razón por la cual la cadena CBS, propiedad de Paramount Skydance, decidió censurar un segmento clave del programa “60 minutos” que exponía como Estados Unidos trasladó a hombres inocentes a un opaco centro de detención en el extranjero donde fueron sometidos a torturas.
Alexa Koenig, del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de California en Berkeley, dijo a Democracy Now!: “Uno de los principios éticos fundamentales del periodismo es buscar la verdad y dar cuenta de ella”. Koenig fue entrevistada en el programa “60 minutos” a propósito de la investigación realizada por el Centro de Derechos Humanos sobre las torturas y los abusos en el CECOT. “Este es un momento crucial en la política estadounidense, un momento crucial en el que la ciudadanía debe conocer los hechos y la verdad sobre lo que se ha consumado en su nombre, y también sobre cómo se está utilizando el dinero de los contribuyentes”.
Los medios informativos no deberían estar sometidos a un control corporativo corrupto y al servicio de políticos y jefes empresariales multimillonarios. Cuando eso sucede, muere la democracia y surgen los dictadores.
La sociedad necesita, y debe exigir, medios de comunicación genuinamente independientes.

Amy Goodman, periodista estadounidense, es la directora de Democracy Now!, medio de comunicación independiente de noticias internacionales. Denis Moynihan es colaborador de Democracy Now!



