El IPC baja una décima en diciembre hasta el 2,9%

El IPC baja una décima en diciembre hasta el 2,9%
La inflación anual estimada en diciembre de 2025 se sitúa en el 2,9%, según el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De confirmarse este avance, la tasa anual disminuiría una décima respecto al mes de noviembre, cuando se situó en el 3%. Se trata, en todo caso, de un dato provisional, a la espera de la publicación de las cifras definitivas el próximo 15 de enero. En 2025, de media, la inflación general cierra en el 2,7%, una décima inferior a la del 2024.

El IPC permite entender cómo evoluciona el coste de la vida y por qué, aunque la inflación baje ligeramente, muchas personas siguen teniendo dificultades para llegar a fin de mes.

La inflación es la subida general de los precios y, en la práctica, significa que el dinero pierde valor: con los mismos ingresos se pueden comprar menos bienes y servicios que hace un año.

Cuando se dice que la inflación es del 2,9%, no quiere decir que todo suba exactamente ese porcentaje, sino que, de media, vivir es casi un 3% más caro que en diciembre del año pasado. Esa media incluye productos que suben mucho, otros que suben poco e incluso algunos que bajan.

En definitiva, hablar de inflación es hablar de si los ingresos permiten cubrir lo básico y de hasta qué punto la economía responde a las necesidades reales de las personas.

Por qué baja la inflación en diciembre

Según el INE, la moderación de la tasa anual se debe principalmente a la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, frente al aumento registrado en diciembre de 2024.

La energía tiene un peso importante en este indicador y suele influir en muchos otros precios, por lo que su descenso contribuye a contener la inflación.

También influyen los precios de ocio y cultura, que suben en diciembre, pero menos que en el mismo mes del año anterior, lo que reduce su impacto en la comparación interanual.

Los alimentos siguen presionando al alza

En sentido contrario, los alimentos y bebidas no alcohólicas empujan la inflación hacia arriba, ya que sus precios suben más que hace un año y afectan a un gasto básico que no se puede evitar.

Por eso, aunque el IPC general baje una décima, la percepción social de que “todo está caro” sigue muy presente, especialmente entre los hogares con menos ingresos, que destinan una mayor parte de su presupuesto a la alimentación.

Por su parte, la inflación subyacente, que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos, se mantiene en el 2,6%. Este indicador sirve para observar la evolución de los precios más estables del consumo cotidiano. Que no descienda indica que, aunque la energía se modere, las tensiones de precios siguen presentes en muchos bienes y servicios habituales.

Los datos publicados hoy dibujan un escenario en el que la inflación se modera lentamente, aunque el coste de la vida sigue siendo elevado, sobre todo en los gastos esenciales.

Por eso el IPC, además de ser una referencia económica, está directamente relacionado con el poder adquisitivo de salarios y pensiones, la negociación salarial en los convenios colectivos y el salario mínimo, así como con las políticas públicas de protección social.