Trabajadoras y trabajadores cristianos claman en Sevilla: “No podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales”

La concentración mensual por las víctimas de la siniestralidad laboral fue un gesto cargado de denuncia, oración y compromiso. Entidades de la Iglesia de Sevilla alertaron de que en la provincia “una persona trabajadora pierde la vida cada seis días laborales”
En un ambiente de silencio y de simbolismo, la concentración de este jueves en la plaza Virgen de los Reyes, frente a la Catedral de Sevilla, convocada por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Pastoral del Trabajo, a la que también asistió la Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA, abrió con la canción de la campaña Cuidar el trabajo, cuidar la vida, para subrayar el mensaje central del acto: la vida y la dignidad humana es sagrada, y protegerla en los tajos y centros de trabajo es una exigencia ética y social.
“Convocamos este gesto en señal de denuncia y oración ante tanta muerte en el trabajo en Sevilla”, se recordó al inicio del acto, en el que se evocó el Jubileo de la Esperanza que vive la Iglesia, pidiendo que “cese definitivamente la lacra de las muertes y la siniestralidad en el trabajo”.
Los datos expuestos fueron tan contundentes como dolorosos. En España, hasta septiembre, han habido 547 personas trabajadoras que fueron a trabajar y no volvieron a sus casas, dos al día; en Andalucía, 86 personas fallecidas, una de cada cinco del total nacional. Solo en Sevilla, 35 trabajadores y trabajadoras han perdido la vida en lo que va de año.
El dato más sobrecogedor se expresó sin ambages: “En lo que llevamos de año 2025, en Sevilla, una persona trabajadora pierde la vida en su puesto de trabajo cada seis días laborales”. “Pero no son números, son personas”, recordó el texto leído.
Tras una reflexión sobre el dolor que viven las familias y sobre las secuelas invisibles (físicas, psicológicas y sociales) que dejan los accidentes graves, se hizo memoria de las tres personas fallecidas durante el último mes, con la colocación de velas, cruces y esquelas.
Se recordó a las tres personas fallecidas en las últimas semanas, cuyos nombres se incorporan a esta “lista dolorosa”: Un trabajador de 63 años, fallecido el 17 de octubre en Los Palacios tras caer del techo de una nave industrial. Francisco José, de 48 años, muerto el 24 de octubre al caer de un camión cisterna durante labores de descarga en Gilena. Antonio, de 63 años, fallecido el 4 de noviembre, aplastado por una prensa en una empresa de Alcalá del Río donde realizaba tareas de mantenimiento desde una subcontrata.
Cada nombre leído fue seguido de un silencio, la música y el gesto de colocar una cruz por cada víctima, reforzando el carácter comunitario, espiritual y público de la denuncia.

“La seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos”
La reflexión central del acto citaron las palabras del papa Francisco en su mensaje a la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT: “Las tragedias comienzan cuando el objetivo ya no es el hombre o la mujer, sino la productividad”. “La seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: solo nos damos cuenta de su importancia cuando falta trágicamente, y siempre es demasiado tarde”, se recordó.
También se evocaron sus palabra en 2021: “Si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado”.
Y, coincidiendo con el centenario de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), se recordó la frase de Joseph Cardijn: “Una persona trabajadora vale más que todo el oro del mundo”.
Denuncia, solidaridad y esperanza activa
La Iglesia de Sevilla, a través de la Pastoral del Trabajo y la HOAC, expresó en el acto tres compromisos claros: Solidarizarse con las familias de las personas fallecidas “ante un sufrimiento que no podemos ni imaginar”. Denunciar una realidad que permanece “oculta a los ojos de nuestra sociedad”, pese a que a mitad de año ya se habían superado las muertes laborales de 2024. Anunciar que la persona, como afirma la Doctrina Social de la Iglesia, “es sujeto, fin y centro de la vida laboral, nunca medio para el lucro”.
“No podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales ni resignarnos a la indiferencia. Porque el trabajo es para la vida. ¡No más muertes en el trabajo!”, se exhortó
“Todo es válido menos la indiferencia”
Antes de concluir, se pidió a quienes asistieron –y a la sociedad en general– que no permanezcan impasibles: “Haced lo que esté en vuestras manos para no consentirlo. Todo es válido menos la indiferencia”.
La concentración terminó con la canción La persona es lo primero, uniendo la oración y el compromiso público por un trabajo que cuide la vida, en una ciudad que sigue sufriendo un goteo insoportable de muertes laborales.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



