Remedios Zafra: “La esperanza se activa también cuando decimos que las cosas pueden ser de otra manera”

Remedios Zafra: “La esperanza se activa también cuando decimos que las cosas pueden ser de otra manera”
El IX Congreso de la Fundación FOESSA de Cáritas ha concluido con la intervención de la escritora y ensayista Remedios Zafra, quien ha identificado las razones para sostener la esperanza en una sociedad más igualitaria y justa, a partir de la experiencia del feminismo y la cultura del cuidado.

Ha comenzado su disertación ante la asistencia al congreso que ha durado día y media, agradeciendo y valorando la labor de las personas e instituciones participantes, para luego señalar, no tanto “caminos” todavía por estrenar, como “orientaciones” que permiten avanzar hacia el horizonte utópico de la civilización de los cuidados.

Así, ha comentado que este informe es precisamente una muestra de ese “malestar bueno que activa la conciencia” al enfrentarnos con lo que incomoda. También ha subrayado la importante función que cumple el informe FOESSA para “ver lo que no queremos normalizar, como la precariedad y la exclusión social”.

A él se ha referido, como un “agarre imprescindible” para orientarnos en la construcción de alternativas y en la imaginación de futuros posibles, resaltando su impacto al “abrir direcciones” para el cambio, más que en ofrecer soluciones rápidas.

Zafra ha planteado cinco intuiciones para sostener y extender la esperanza como motor social, inspiradas en los logros del feminismo y de la ecología, frente al “tecnocapitalismo patriarcal”, que pueden fundar un “nuevo contrato social” desde “la cultura del cuidado”. “La esperanza, siendo una emoción íntima y positiva, es también activa”, ha afirmado

Fuentes de esperanza

El primer motivo se fundamenta en la resistencia de personas que cuidan y luchan por que se transforme esta dimensión humana en un “derecho, un poder y valor”. La revalorización, todavía incipiente, pero cada vez más reivindicada, de los cuidados puede romper la lógica de la “productividad infinita” y la “feminización histórica del cuidado”, hasta convertirse en un derecho, responsabilidad compartida que reclama dignidad,

El segundo motivo de esperanza parte de la existencia de un “malestar bueno”, fruto de la insatisfacción e ineficacia del modelo actual, que “incómoda” al ver lo que no queremos ver y “activar las conciencias para desnormalizar la precariedad”.

En este punto, ha destacado, “la alianza entre educación, ciencia y cultura” está generando pensamiento crítico frente a la anestesia social y la evasión rápida que trata el malestar individual y colectivo a través de “las pantallas y la medicación”.

La resistencia de los vínculos y las relaciones han puesto de manifiesto su potencial creativo para superar y recuperar el lazo comunitario, el individualismo competitivo que convierte la vida en un “concurso perpetuo”, gracias a los lazos comunitarios.

Eso sí, para ello, hace falta, ha dicho, “crear espacios para expresarse y compartir experiencias, especialmente frente a la precariedad”. El feminismo cuenta ya con una caudal de prácticas transformadoras de las relaciones a partir de la sororidad, solidaridad y reconocimiento mutuo.

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La cuarta razón para la esperanza está en el inagotable deseo de escapar de las vidas opresivas que aparece en la infancia y en la juventud, si reconocemos como un derecho humano la posibilidad de romper lazos que, en vez de abrazar, atrapan. Más aún, ante el fenómeno de las migraciones y la búsqueda de un futuro mejor y la frustración de las personas jóvenes por promesas incumplidas, que pueden derivar en el individualismo extremo y la exacerbación de los discursos destructivos.

El último generador de esperanza está en la posibilidad de imaginar el futuro para salir del “presentismo y el consumo acelerado”. Aunque, ha reconocido Zafra, los cambios estructurales requieren tiempo y compromiso comunitario, la esperanza se activa también cuando decimos: “las cosas pueden ser de otra manera”.

Empatía, solidaridad y responsabilidad compartida

Frente al “tecnocapitalismo que fomenta desigualdad y aislamiento”, Zafra defendió la esperanza en “una sociedad basada en la empatía, la solidaridad y la responsabilidad compartida.”

La pensadora experta en filosofía de la cultura ha agradecido la labor de FOESSA, por contribuir a activar la conciencia e invita a imaginar un futuro mejor, no como mero espectadores, sino como agentes activos, al permitirnos saber y acordar “lo que no queremos”, que por “aquí no”

“Sabemos que la esperanza no siempre viene con luces y no siempre sale en los periódicos ni en las noticias” ha recordado, es más, “lo habitual es que se dé de manera cotidiana en la sombra íntima de quienes trabajan por la justicia y la igualdad”.

Tal vez no haya focos, pero “sí hay luces que como brillos preciosísimos en los ojos transmiten esperanza, tarea imprescindible para que quienes padecen desigualdad, precariedad, discriminación vean que estamos despiertos, que tenemos esas luces en los ojos, que estamos buscando, trabajando, imaginando formas de ayudar a una vida digna, no solo para uno mismo”.