La sonrisa de Naima y David: la esperanza que nace de la fraternidad en medio del horror

Mattia Ferrari, coordinador del Encuentro Mundial de Movimientos Populares y fuente directa de este relato, ha narrado el proceso que permitió rescatar a Naima Jamal, joven etíope secuestrada y torturada en Libia, y el encuentro que esta semana protagonizó con David Yambio, portavoz de la organización Refugees in Libya. Su testimonio reconstruye meses de violencia extrema, solidaridad y acompañamiento
La fotografía llegó el viernes y desbordó la emoción contenida durante meses de lucha. En la imagen, David Yambio aparece sonriendo junto a Naima Jamal, joven de 20 años, originaria de Oromía, región etíope devastada por la guerra y la sequía. Su historia ya había sacudido conciencias cuando el diario La Stampa publicó el horror el 7 de enero de 2025.
Naima Jamal tuvo que abandonar su hogar sin acceso a vías seguras para migrar. Como tantas otras personas, atravesó el desierto hasta Libia, donde fue secuestrada en mayo de 2024. Su familia, sometida a sucesivas demandas de rescate imposibles de cubrir, recibió incluso un vídeo en el que era “brutalmente torturada”, según relata Ferrari. El 2 de febrero, el papa Francisco habló públicamente de ella en una entrevista con Fabio Fazio, en un conocido programa de la televisión italiana, elevando su caso a escala internacional.
Desde entonces, la organización humanitaria trabajó incansablemente para salvarla. Gracias a la solidaridad tejida en medio de la indiferencia institucional, Naima ha sido trasladada a Ruanda. Fue allí donde Yambio pudo finalmente visitarla.
“Estamos a su lado y permaneceremos con ella”
El reencuentro entre David Yambio y Naima Jamal, ocurrido en Ruanda tras meses de incertidumbre, está cargado de una intensidad que él mismo ha querido compartir públicamente.
En su mensaje en X, el portavoz del movimiento describe cómo ese momento le devolvió de golpe todo el camino recorrido. “Hoy la he encontrado con mucha emoción”, escribe, mientras recuerda “las noches sin dormir que yo, todo el equipo de Refugees in Libya, miembros de la Iglesia y nuestro santo padre el papa Francisco pasamos intentando sacarla de las manos de despiadados traficantes de personas”.
“A mi lado está Naima Jamal, quien a comienzos de este año tenía su vida suspendida entre la muerte y los dólares estadounidenses… mientras hablo, hay casi un millón de Naima en Libia pasando por lo que ella vivió”, denuncia Yambio.
Aunque la joven sigue profundamente marcada,“Naima aún no ha sanado del trauma de la tortura, la violación, el hambre y la deshumanización”, el activista insiste en que no estará sola: “estamos a su lado y permaneceremos con ella durante todo el proceso”.
Ese compromiso es el corazón de la misión del movimiento de personas refugiadas que defiende los derechos, la protección y la dignidad de las personas refugiadas y migrantes atrapadas en Libia. “El sentido de nuestra lucha incansable está aquí, en esta foto y en muchas más. Valoramos cada vida y, aun así, somos atacados y silenciados”, añade.
El portavoz quiso también agradecer el acompañamiento de “nuestro camarada don Mattia y a nuestro difunto Padre, el papa Francisco, por hacer de la Iglesia no solo un lugar de culto, sino un lugar de consuelo y de amor fraterno”.
Un movimiento nacido de un grito de fraternidad
Refugees in Libya nacido de la experiencia vivida y de la lucha, un 2 de octubre de 2021, cuando miles de personas migrantes acamparon durante cien días ante la sede de ACNUR en Trípoli. Levantaron un “grito de fraternidad” dirigido al mundo, recuerda Ferrari. “Nos hicieron una videollamada pidiéndonos hacer real esta fraternidad”.
La Iglesia y los movimientos populares respondieron los primeros. El papa Francisco les dedicó palabras en el Ángelus del 24 de octubre de 2021. Obispos de varios países mantuvieron videollamadas con ellos. Y los movimientos populares les dieron voz durante su IV Encuentro Mundial, celebrado online por la pandemia, mostrando una solidaridad global.
En medio del silencio de gran parte de los medios y de las instituciones, tras cien días de acampada, los manifestantes fueron desalojados y muchos encarcelados. Sin embargo, la lucha no cesó: siguieron tejiendo solidaridad para quienes permanecían prisioneros o abandonados en Libia, Túnez, Níger y el desierto.

De Trípoli a Roma: organizando la esperanza
En octubre se celebró en Spin Time, en Roma, el V Encuentro Mundial de Movimientos Populares, y “varias personas de Refugees in Libya llegadas en estos años a Europa, pudieron participar presencialmente y, junto con representantes de los movimientos populares y delegados de Iglesias locales de todo el mundo, fueron recibidas por el papa León”, relata Ferrari.
“Me anima ver cómo los movimientos populares, las organizaciones de la sociedad civil y la Iglesia están afrontando estas nuevas formas de deshumanización, testimoniando constantemente que quien está necesitado es nuestro prójimo, nuestro hermano y nuestra hermana. Esto os convierte en campeones de la humanidad, testigos de la justicia, poetas de la solidaridad”, afirmó León XIV, a quien David Yambio saludó para pedirle que la Iglesia siga siendo una madre para quienes permanecen atrapados en Libia.
Una esperanza que resiste
Mattia Ferrari concluye su relato recordando al papa Francisco, quien “desde el Cielo, sonríe y bendice”, y añade que el pontífice “nos enseñó a amar como Jesús y nos mostró que el amor tiene un altísimo valor político”.
La imagen de Naima y David sonriendo “nos lo muestra: de este amor nace la esperanza”, concluye.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



