La Pastoral del Trabajo afronta el reto de reconstruir vínculos y sanar la precariedad

La directora del Instituto Diocesano de Teología Pastoral de Bilbao, Estrella Moreno, ha invitado a “dar respuestas nuevas a realidades nuevas” en las jornadas de Pastoral del Trabajo, que se celebran este fin de semana en El Escorial (Madrid).
Moreno ha tomado la situación de la actual generación “milenial”, compuesta por personas de entre 28 y 45 años de edad, para identificar las novedades que trae este cambio de época que inaguramos en medio grandes indertidumbres.
La generación mejor formada de la historia ha atravesado ya dos grandes crisis económicas como la financiera de 2008 y la del COVID-19, que ha condicionado su acceso al mercado de trabajo, pero también su presencia en el escenario social.
En su caso, hay una sensación de que el contrato social no funciona y que la sociedad les ha fallado. Han interiorizado el credo neoliberal y los valores de la meritocracia hasta el punto de tratar de maximizar sus rendimiento y capacidades –incluso en la relaciones sociales–, sin lograr la recompensa prometida.
En cambio, encuentran empleos volátiles, mal remunerados, y en la mayoría de los casos, sin mucho sentido social, que nos les asegura contar con una vivienda en propiedad, ni mucho menos formar familias.
Tampoco se sienten reconocidos por las instituciones públicas, por lo que desconfían incluso de las iniciativas bienintencionadas, lo que aumenta su repliegue individual y la búsqueda de experiencias gratificantes que pueden incluir su entorno, ha señalado la experta, integrante de la Acción Católica General de la diócesis de Bilbao.
Muchas personas jóvenes, o adultos jóvenes, experimentan una fatiga existencial agravada por la aceleración vital con la que tratan de maximizar su tiempo personal para lograr el triunfo y convertirse en un ideal de máximos inalcanzable, incluso en sus facetas más íntimas, como madres o padres.
No obstante, las generaciones más jóvenes muestran también una gran sensibilidad medioambiental, valoran los avances hacia la igualdad entre hombres y mujeres, aprecian el papel de la familia y los vínculos cercanos, mostrando gran tolerancia y reconocimiento hacia la diversidad, el pluralismo y la libertad.
Moreno ha evitado proyectar un juicio moral, mucho menos, suscitar un reproche intergeneracional. En cambio, ha invitado a descubrir las oportunidades y llamadas que estas realidades abren en la misión eclesial de anunciar a Jesucristo y su mensaje de liberación, especialmente, entre la población trabajadora y las personas descartadas y precarizadas.
Desde su punto de vista, además de releer la realidad para comprender las grandes tendencias de fondo en curso, ha llamado a ensayar nuevos modos de acompañamiento mutuo en la búsqueda compartida de un horizonte con sentido.
Moreno considera necesario, en primer lugar, entender que la misión de la Iglesia concierne a todo el Pueblo de Dios y comprender la evangelización no solo como anuncio del mensaje de Jesús, sino también como un empeño por transformar la realidad y edificar el reino de Dios, por ofrecer el testimonio auténtico del seguimiento cristiano con humildad y abrir cauces para la incoporación a la comunidad cristiana.
“Hacen falta respuestas nuevas, articuladas con la realidad”, ha puntualizado, por lo que conviene preguntarse constantemente “si vale lo de siempre”, y “no tener miedo a la novedad, a probar caminos nuevos y a equivocarse y volver a empezar”.
Desde esta perspectiva, Moreno considera necesario promover “pequeñas comunidades misioneras, en salida, samaritanas y acogedoras”, a partir del reconocimiento de la “vulnerabilidad compartida” y el valor de la “pluralidad”, especialmente cercanas en las situaciones de exclusión y sufrimiento.
La acción pastoral de la Iglesia en el mundo del trabajo y ambientes precarios pasa, según la ponente, por reconstruir los vínculos sociales, caminar hacia iniciativas transparentes y auténcias, capaces de generar espacios de acompañamiento, de escucha y de acogida, para sanar y restaurar la dignididad herida por la precariedad.

Redactor jefe de Noticias Obreras



