Greenpeace en el inicio de la COP30: “El planeta, en la cuerda floja”

La organización ecologista exige en Belém (Brasil) una respuesta global que frene la deforestación y acelere la transición justa en una década decisiva para el clima
La Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP30) ha comenzado en Belém, en el corazón de la Amazonía, con un claro mensaje de Greenpeace España: “El planeta, en la cuerda floja”. Una activista de la organización ha caminado este lunes sobre una cinta de highline de 55 metros de largo a 30 metros de altura en pleno centro de Madrid para simbolizar la fragilidad del momento actual y reclamar “pasos firmes y coordinados” frente a la crisis climática.
“Si somos conscientes, el futuro de la humanidad camina en la cuerda floja”, advierte Nanqui Soto, biólogo y responsable de las campañas de Bosques y Empresas y Derechos Humanos de la organización ecologista.
Una cumbre en un momento crítico
La COP30 se celebra diez años después del Acuerdo de París, en un contexto marcado por el aumento sin precedentes de las temperaturas globales: 2024 fue el primer año en que la media mundial superó el límite de 1,5 °C. “Es un indicador alarmante de la aceleración de la crisis climática y de la insuficiencia de las acciones realizadas hasta ahora”, subraya Soto.
Greenpeace denuncia el “retroceso en la gobernanza global” y el auge del “negacionismo climático”, que ponen en riesgo los avances logrados por la sociedad civil y los organismos internacionales. En España, la organización recuerda el impacto de la dana en Valencia y Albacete en 2024 y las olas de calor e incendios del verano de 2025, “que siguen generando sufrimiento y efectos indirectos sobre la población”.
“Caminar sobre el alambre, pero avanzar”
Con la acción de Madrid, la organización busca poner el foco sobre la necesidad de no detener la acción climática pese al contexto político adverso. “Caminamos al borde del precipicio, sí, pero seguimos caminando”, afirma Soto, quien insiste en que el Gobierno de España debe mantener una posición “ambiciosa y valiente” en Belém.
“El Gobierno no puede ceder ante los pasos en falso del retardismo climático de la Unión Europea o el negacionismo global de líderes como Donald Trump”, señala el responsable ecologista, advirtiendo del riesgo de “precipitar al planeta al abismo del cambio climático”.

“No podemos cruzar más líneas rojas”
Desde Belém, la directora ejecutiva de Greenpeace España – Portugal, Eva Saldaña, ha subrayado la urgencia de actuar con decisión y justicia global.
“Aunque el planeta se encuentra en un frágil equilibrio ecológico y se acumulan las señales de alerta en forma de danas, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos extremos, tenemos las herramientas necesarias para evitar los peores escenarios. Solo hace falta voluntad política y cooperación internacional para anteponer la protección de la vida a los intereses económicos particulares”, ha declarado.
Saldaña considera que la COP30 representa “una oportunidad clave para detener esta crisis ecológica global de forma valiente y con liderazgo político contundente, implantando las medidas necesarias de forma democrática, participativa y con las personas más vulnerabilizadas en el centro”. Y concluye con un llamamiento directo: “No podemos cruzar más líneas rojas”.
Demandas para una acción climática justa
Greenpeace plantea a los gobiernos una hoja de ruta clara para la COP30: Cerrar la brecha de ambición, mediante una reducción acelerada de emisiones en sectores como la energía, la agricultura y los bosques, bajo principios de equidad y transición justa. Aprobar un Plan de Acción por los Bosques de cinco años que garantice detener y revertir la deforestación antes de 2030. Aumentar la financiación internacional de los países del norte global hacia el sur global, aplicando el principio de “quien contamina paga” y promoviendo una fiscalidad climática justa.
“La COP30 es una oportunidad única para frenar la deforestación y exigir justicia climática en una década crítica”, resume Soto.
En la cuerda floja, pero con esperanza
Para la organización ecologista, la acción simbólica de Madrid resume el espíritu con el que afronta la cita de Belém: el equilibrio frágil del planeta, pero también la necesidad de seguir avanzando. “Puede que la acción climática camine sobre el alambre, pero necesitamos que los líderes mundiales den pasos firmes y coordinados para evitar el empeoramiento de la crisis climática. Sigamos avanzando. El futuro del planeta depende de ello”, concluye Soto.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



