Del camino compartido a la militancia: Bizkaia acoge un nuevo equipo de la HOAC

Seis trayectorias personales, unidas por la búsqueda de sentido y fe compartida, dieron lugar al nuevo equipo de militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Bizkaia. La asamblea culminó con un mensaje de esperanza que reconoció el camino recorrido y abrió una etapa nueva
La sala estaba llena de una mezcla de nervios, gratitud y emoción contenida. Uno de los iniciadores del nuevo grupo, Javi Madrazo, tomó la palabra para recordar el camino recorrido hasta llegar a este día.
“Cuando empezó esta aventura hace tres años —dijo— notamos enseguida la presencia del Espíritu de Dios. Si nosotros ponemos de nuestra parte, Él pone la suya”. Subrayó también la importancia de quienes han acompañado el proceso: “De alguna manera, el Espíritu se ha servido de la ayuda de Roberto, Ana Silvia, Casilda y de mí para llegar hasta este momento”.
No faltó el mensaje que envió Ana Silvia esa misma mañana a quienes daban el paso definitivo: “Equipo, es una alegría que hoy deis el paso. Ha sido un gusto y un privilegio participar en vuestro proceso. Estoy inmensamente feliz y espero que sigamos trabajando juntos”.
El coordinador explicó, ante la asamblea diocesana de Bizkaia celebrada el domingo 16 de noviembre, cómo, al inicio, apenas se conocían como grupo: “Había relaciones sueltas entre algunos, pero no se conocían en conjunto. Y, sin embargo, se han ido cohesionando, moldeándose… hasta sentirse hoy familia”.
Con ese espíritu de comunidad, comenzó la presentación personal de cada uno de los seis integrantes.
Jose Xabier Sanz. Informático, voluntario y buscador incansable
¿Qué te ha llevado a dar este paso después de tantos años de recuperación y reconstrucción personal?
“Soy un chico de 45 años de Romo que vive desde hace 15 en Leioa. Soy informático y en 2006 sufrí un atropello muy grave, una lesión neurológica que aún sigo recuperando. Mi vida giró durante años solo en torno a la rehabilitación, pero poco a poco fui incorporando cosas que me devolvieran al mundo: desde hace ocho años doy clases de informática como voluntario de Cáritas. La iniciación en la HOAC ha conseguido que tenga más presente a Dios en mi día a día. Y quiero dar el paso porque quiero seguir avanzando en tener a Dios más presente en las acciones de cada día”.
Pedro Casado. Empleado parroquial y creyente inconformista
¿Qué lugar ocupa la fe en tu compromiso con la justicia que ves tan amenazada hoy?
“Mi compromiso cristiano está unido a la oración diaria, la asistencia a las eucaristías y a la práctica del sacramento de la reconciliación. Mi compromiso de militancia en la HOAC es la pequeña y humilde postura o contribución que adopto frente a las diferentes injusticias que se ven. El grupo me sirve también para canalizar la rabia que siento a veces frente a la ley del más fuerte que rige el mundo. Me ha aportado una visión de Iglesia en movimiento, Iglesia en acción. En la HOAC he encontrado aquello que hace que mi fe sea más robusta, más integral”.
Txaro García. Maestra jubilada, madre y mujer en reinvención
¿Qué descubriste al zambullirte en ti misma para buscar sentido en esta nueva etapa?
“Me he zambullido en mi propio ser y he descubierto qué debo hacer a partir de este nuevo tiempo. En este proceso, me ha ayudado la oración personal y comunitaria dentro del grupo. El proceso de iniciación me ha aportado mucha luz, consistencia, fuerza a todo lo que hago, ya que tener un equipo donde compartes fe, experiencias, etc. es de agradecer y de cuidar. Quiero dar este paso porque quiero vivir mi fe en comunidad, seguir creciendo como persona, espiritual y humanamente, dando sentido a mi vida en Jesús obrero”.

Susana. Pensionista activa, servidora de la comunidad
¿Qué ha cambiado en tu manera de verte y gestionar tu vida desde que entraste en la iniciación de la HOAC?
“Mi recorrido en la HOAC lo agradezco muy positivamente, ya que me ha ayudado a conocerme mejor para gestionar mi vida con otra mirada. Y la razón de dar el paso es para continuar creciendo, y si además puedo ayudar a más gente como me han ayudado a mí, pues mejor aún. Tengo la suerte de estar en un grupo que nos consideramos una familia. Cada uno tiene su personalidad y eso nos hace mejores y muy afortunados”.
Natalia. Trabajadora del hogar, voluntaria y mujer de fe migrante
¿Qué te hizo reconocer que este movimiento era, por fin, un lugar en el que te sentías identificada?
“Soy de Paraguay y nacionalizada española, y bautizada acá en Euskadi. Llevo casi 20 años. Desde que vine he trabajado en diferentes tipos de trabajos, de manera especial en el trabajo doméstico. A día de hoy, soy voluntaria de Cáritas. Llevo ocho años haciendo acogida: empezamos en la parroquia de San José de Romo y ahora, como UP, en la parroquia de Santa Ana. También estoy como voluntaria en la pastoral penitenciaria, en los pisos de Bidesari. En esta experiencia de grupo, me siento identificada con las personas compañeras. Vale la pena pertenecer a un movimiento como la HOAC. Me sentí realmente identificada porque ya he pasado por muchos tipos de grupos, he hecho muchos retiros, pero encontré algo distinto en la forma de los encuentros, de encarar la vida siendo laicos y siendo sacerdotes. Y quiero dar este paso para seguir creciendo, como ser cristiano católico en el mundo, según las enseñanzas de nuestro maestro, que tanto en la familia, como en el ocio y en el trabajo, vale la pena seguirle”.
Begoña Fernández. Trabajadora en residencias, viuda y buscadora de un lugar donde servir
¿Qué te ha aportado el proceso de iniciación para descubrir tu camino de servicio hoy?
“Escuchar la palabra de Dios, conocer temas referentes a la HOAC, conocer gente colaboradora y preocuparme hasta qué punto puedo yo colaborar. Quiero pertenecer a la HOAC porque me gustan muchas cosas de las que se preocupan: manifestaciones, valores, calidad, justicia, pastoral. Me motiva estar a gusto con mis compañeros y compañeras, aprender mucho de ellos y valorar cosas y situaciones que si no perteneciera a la HOAC no los hubiese conocido, ni me los planteo, ni lo pienso, ni se me pasa por la cabeza. Ahora estoy en búsqueda para encontrar mi lugar de compromiso en pastoral penitenciaria, en pisos o en pastoral de la salud”.
Simpatizante de la HOAC
En el turno de presentaciones, la voz de Celsa llegó con la suavidad de quien ha encontrado un lugar que no esperaba. Recordó cómo, gracias a Natalia, empezó a descubrir que “no es todo el dinero en la vida”, una frase que marcó un antes y un después en su manera de entender el tiempo y el sentido de cada día. Contó que su vida “ha cambiado para bien”, que el tiempo de iniciación le ha abierto horizontes inesperados: “Ahora estoy aprendiendo a pensar y a reflexionar”. Por eso, su deseo de seguir avanzando es claro y firme: “Me gustaría seguir las enseñanzas de Jesús para construir mi felicidad y compartir con otros”. Celsa continuará con el equipo de Romo en calidad de simpatizante hasta que concluya su proceso de iniciación a la HOAC.
Bienvenida
La Comisión Diocesana cerró el encuentro con un mensaje cálido y lleno de esperanza. Agradecieron al Dios de Jesucristo que “os ha traído a este movimiento HOAC”, recordaba Ameli Arceo, responsable de Formación diocesana. “Quienes hoy dan el paso se integran en una esperanza compartada que fortalece a toda la comunidad”.
Hubo un reconocimiento especial para quienes han acompañado al grupo durante estos tres años: Roberto Jaureguibeitia, Javi Madrazo, Ana Silvia Velasquez y Casilda García, “cuya constancia y cercanía hicieron posible este camino. Os han transmitido su experiencia, su saber y, sobre todo, su testimonio de vida”.
El mensaje concluyó agradeciendo el paso dado: “Hoy nos sentimos más fuertes, más alegres, a vuestro lado. Con vuestro aliento, compromiso y testimonio, sentimos que el plan de Dios está un poquito más cerca. Bienvenidos y bienvenidas”.

Periodista
Militante de la HOAC de Bilbao



