V Encuentro Mundial de Movimientos Populares: “El dolor y la barbarie no tienen la última palabra”

Desde el espacio Spin Time, donde se está celebrando el V Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Mari Mar González, de la HOAC, y Charo Castelló, en representación del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, comparten sus primeras impresiones.
“Es imposible pasar por este encuentro en Roma sin sentir tocado el corazón”, comenta la responsable de Compromiso y Relaciones Internacionales de la HOAC, Mari Mar González, que participa estos días en el V Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Vaticano.
“El lugar que nos acoge, Spin time, ya predispone a ver la vida desde otro punto de vista, desde la posibilidad de hacer las cosas de otra manera, como un en espacio donde compartir, escuchar y aprender de las experiencias de otros lugares por la defensa de las 3 T (tierra, techo y trabajo)”, subraya González, quien afirma que “hay que estar aquí para sentir la energía y la fuerza que se generan en este encuentro”.
Desde el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Charo Castelló, explica que los primeros momentos han estado dedicados a “ver la nueva fotografía actual, los retos actuales” porque “partir de un buen diagnóstico es clave”. Lo que ha quedado claro es “la vigencia de la agenda de las 3T y la urgencia de reforzar la incidencia política”, apostilla.
No hay derrota cuando se intenta
La responsable de la HOAC no puede dejar de señalar que hay una clara conciencia de que “no existe la derrota porque el haberlo intentado ya es un logro”, lo que tiñe el ambiente de un cierto aire cristiano.
Con todo, reconoce que “la tarea no es fácil, pero nos pide ser capaces de trabajar unidos, no rendirnos al mensaje imperante que nos transmite que no hay nada que hacer”.
Por su parte, Castelló espera de este encuentro “un proyecto común concreto que ayude a sentir la fuerza del trabajo conjunto” que se complete con “una manera de difundir nuestras propuestas”, de forma que “nuestro mensaje contagie a otras organizaciones y transmita la capacidad que tenemos de transformar hasta las realidades más duras”.
Es verdad, comenta González, que “se escuchan y comparten situaciones desgarradoras que se viven en todo el mundo por parte de muchas personas que cada día defienden sus derechos”, aunque nota que “las palabras, las miradas, los gestos y hasta las canciones están llenas de esperanza”.
Su compañera, Castelló, no duda de que las conclusiones de la reunión estarán “llenas de fuerza y esperanza como lo están las personas aquí reunidas”.
Como no podía ser de otra manera, “la guerra y la violencia está apareciendo como una gran preocupación, junto con los cambios tecnológicos y cómo pueden afectar al mundo del trabajo”, además de la situación de las democracias, “puestas en jaque por las grandes multinacionales y por una una extrema derecha que ya está aquí, creciendo en todo el mundo”.
También, percibe una “mirada particular hacia la realidad de la juventud y de las nuevas generaciones que están heredando deudas de las que no son responsables”.
Por el momento, indica González, “el trabajo que desde los distintos movimientos se está haciendo es impresionante” y apunta que “la formación es clave para enfrentarse a otros discursos individualistas, donde no existe la preocupación por el bien común”.
“Tenemos estar preparados para ofrecer una alternativa y un proceso donde acompañar a las personas y no dejarlas al margen”
Así entiende que “la imposición del avance tecnológico y la idea de que no tiene que ser cuestionado, nos exigen estar preparados para ofrecer una alternativa y un proceso donde acompañar a las personas y no dejarlas al margen”, además de compartir “las experiencias para que se conozcan en los distintos países y puedan motivar a otros a seguir esos mismos pasos”.
“Me parece clave algo que el Papa Francisco supo transmitir muy bien, y es hacer a las personas protagonistas de la transformación que el mundo necesita. Gente sencilla formada para provocar el cambio, preparada para defender sus derechos ante los grandes opresores que se quedan con el techo, la tierra y el trabajo que pertenece todas las personas”, plantea González
Surge ya una primera tarea desde el convencimiento de que “quejarse y lamentar las consecuencias de la injusticia no es suficiente y que tenemos que unir nuestras manos y nuestras voces para provocar el cambio” y “demostrar que todas la personas somos necesarias para ello y que nada tiene sentido mientras haya gente que quede excluida a la que se le niega la dignidad que como persona le corresponde”.
Mayor presencia en los territorios
Castelló incide en que ha llegado el momento de “renovarse para tener un mayor impacto, pues hace falta realmente una presencia muy activa en todos los territorios” por lo que entiende que el camino pasa por estimular “los diálogos con las iglesias locales”.
Por supuesto, el MTCE apuesta por “fortalecer la organización, seguir con los espacios de diálogo tanto con la Iglesia universal, con el Papa, como con las iglesias locales”. De hecho, considera ya un “avance” que este encuentro se produzca en el marco de jubileo.
“No podemos dejarnos llevar por la desesperanza que paraliza”, comenta González, de la HOAC, que insiste en que, siguiendo las enseñanzas del propio Jesucristo, “el dolor y la barbarie no tienen la última palabra, que el ser humano tiene una capacidad enorme de amar y continuar haciendo continuar haciendo camino junto a otras personas.

Redactor jefe de Noticias Obreras