Salah Jamal, activista palestino: «Israel quiere la destrucción total y la limpieza étnica»

Salah Jamal nació en 1951, en Nablus, en la actual Cisjordania, aunque con 17 años llegó a España, donde fundó la Comunidad Palestina de Cataluña. Ha sido médico, profesor y escritor. Horrorizado por lo que ocurre en los territorios ocupados por Israel, confía en el despertar de la ciudanía mundial para parar la barbarie.
En estas condiciones, la solución de los dos Estados le parece inviable, un «eslogan vacío», un «cadáver que sale de la sala de autopsias para exhibirlo». El lema «Desde el río hasta el mar» no significa echar a los israelíes, sino un Estado donde «todo el mundo tenga las mismas condiciones y los mismos derechos, sin supremacismo».
La única solución, aunque suene «romántico», es un proceso parecido al que llevo al fin del apartheid en Sudáfrica con la reconciliación. De lo contrario, el ciclo de «guerra, represiones y reacción» se eternizará, opina.
¿Cómo es la situación actual en Gaza y Cisjordania?
No se puede explicar. Los bombardeos de Londres y Berlín de la Segunda Guerra Mundial no tienen nada que ver con lo de Gaza. Es la destrucción total, la masacre de civiles, una limpieza étnica deliberada. En Cisjordania, roban tierras con excusas increíbles y poco a poco se van ampliando colonias y aislando las aldeas, para imposibilitar cualquier creación de un ente palestino.
¿Es el peor momento en la historia palestina?
Creíamos que era la Nakba (catástrofe) de 1948, que es muy importante en la historia del pueblo palestino, pero lo que estamos viendo lo ha superado con creces, comprometiendo el destino de la causa palestina y, lo más importante, provocando una tragedia humana sin precedentes.
Hamás sigue sin liberar a los rehenes…
A Israel le importan un rábano los rehenes y Hamás. No hay enfrentamientos con ellos, bombardean centros civiles, tiendas de campaña… Nadie pregunta cuántos prisioneros palestinos están en las cárceles de Israel. Son 11.000 desde hace años. No todo empezó el 7 de octubre.
Fue en 1948 cuando empezaron las oleadas para crear un Estado colonialista, expulsaron a un millón de palestinos. Gaza llevaba 17 años bloqueada, una gran prisión al aire libre, donde los palestinos estaban oprimidos, expoliados y eran detenidos y asesinados. En un momento dado, hay palestinos que responden porque sienten que sus sentimientos son despreciados y dan una bofetada.
Tras el reconocimiento del Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal del Estado palestino y las crecientes movilizaciones, ¿nota que algo está cambiando?
Se puede engañar a todo el mundo un rato, no toda la vida. La gente se ha despertado. El Estado de Israel no es la víctima perenne, fueron las víctimas de un régimen nazi en el que se han ido convirtiendo ellos mismos. Los únicos amigos que tienen ahora es la extrema derecha que es igual de nazi y fascista, aunque antes eran antisemitas. Tienen en común el supremacismo blanco y la islamofobia. No hay nadie con cierta sensibilidad que acepte lo que está pasando, criterios políticos aparte. Es puramente por humanidad.
¿Qué puede esperarse de la creciente movilización ciudadana?
La ciudadanía se ha dado cuenta de que se trata del último reducto contra el imperialismo, contra su hegemonía, para no ser esclavos y la esperanza está en que nos apoyen porque estamos en la misma lucha contra la élite y oligarquía mundial, que ha pasado de industrial a informática, dominando Gobiernos y ciudadanos.
Creíamos que la Nakba de 1948 era el peor momento en la historia palestina pero lo que estamos viendo lo ha superado con creces
¿Hay líderes capaces de volver a la mesa de negociaciones, como Arafat y Rabin o incluso como De Klerk y Mandela?
No veo a nadie en el Estado de Israel parecido a un De Klerk como en Sudáfrica que sea capaz de acabar con el apartheid. Cualquiera que quiera ganar votos en Israel, tiene que presentarse más bestia que el otro.
¿No hay manera de parar entonces el sufrimiento y la destrucción? ¿No hay nada que hacer?
Costará mucho, porque el poder del sionismo es muy grande. Se apoya en Estados Unidos, porque Israel es la avanzadilla del imperialismo, antes británico y ahora norteamericano. Netanyahu amenaza ahora a Francia, que les dio la bomba atómica, al Reino Unido, que les dio un Estado, y bombardea Qatar, Líbano, Jordania…, los regímenes árabes son vasallos de Estados Unidos que oprimen a sus propios pueblos. Es una olla a presión que algún día va a explotar. Cuando los Gobiernos no quieren hacer nada, la gente dice, pues yo voy a hacer algo.
Hay gente que está cabreada de verdad, sea o no palestina. No se creen que los gobiernos no puedan hacer nada. No hacen nada porque son cómplices. Al Estado español se le llena la boca, pero sigue vendiendo y comprando armas de Israel. Dice que mañana, que dentro de una semana empieza el embargo, cuando cada día matan a 100 personas en Gaza.
Cada uno tiene sus prioridades y yo lo comprendo, pero la tecla de votar tiene que cambiar. Hay que apretar la tecla humanista, no la económica. La prioridad debe ser la razón humanitaria por encima de los intereses económicos. Si no, nos vamos a arrepentir y nos va a alcanzar la desgracia. •
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