La Iglesia española defiende la regularización extraordinaria en medio de la celebración del jubileo con migrantes

La Iglesia ha vuelto reclamar la regularización extraordinaria para las personas migrantes en situación administrativa irregular en el contexto de la celebración de la 111 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, del próximo domingo 5 de octubre, coincidiendo con el Jubileo de los Migrantes en Roma.
“La Iglesia española quiere celebrar y reconocer su presencia y el enriquecimiento económico, social, cultural y también religioso que supone de la presencia e integración de personas migrantes en nuestro país y nuestras comunidades”, explica el director del departamento episcopal de Migraciones.
Una delegación española, encabezada por el obispo Fernando García Cadiñanos y compuesta por representantes diocesanos y personas migrantes, participará en el Jubileo en Roma, que se presenta como una jornada de encuentro, convivencia y celebración.
En las diócesis españolas, se han organizado diversas actividades litúrgicas y reivindicativas, como los círculos de silencio, con el objetivo de promover un relato positivo sobre las migraciones y destacar el papel esperanzador de quienes emprenden estos procesos.
El propio papa León XIV considera a migrantes y refugiados “mensajeros de esperanza” que desafían “la muerte en las rutas migratorias” y abren “nuevos caminos de fe y diálogo interreligioso” en las sociedades de llegada.
Misioneros de la esperanza
Son “doblemente misioneros de esperanza”, puntualiza Redondo. “Por un lado por el coraje de abandonar sus lugares de origen y afrontar, con la confianza en Dios, las dificultades del trayecto, algunas tan terribles como las que se dan en la ruta atlántica, pero también por su capacidad para rejuvenecer nuestras comunidades y revitalizar las vivencias religiosas”.
La Iglesia española sigue así demostrando su inequívoca cercanía con las personas migrantes y solicitantes de protección internacional, además de reclamar el respeto a su dignidad humana y el reconocimiento de sus derechos, frente a “los discursos de odio de sectores de la sociedad que dicen que nos están robando no sé qué identidad, incluso entre quienes se dicen cristianos”, en palabras del portavoz eclesial.
En defensa de la regularización extraordinaria
Esta misma semana, entidades eclesiales han vuelto a pedir la aprobación de la iniciativa legislativa popular por la regularización extraordinaria de personas migrantes que permanece varada en el Congreso de los Diputados.
“No podemos seguir condenando a la irregularidad a personas que ya están aquí, que están trabajando en la economía sumergida porque no tienen más remedio o dejando pasar los plazos de tiempo exigidos”, explica el director del Departamento de Migraciones que junto a la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES), la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y Cáritas ha vuelto a pronunciarse a favor de una propuesta avalada por 700.000 firmas y unas 900 entidades sociales.
“Pedimos a los grupos políticos que lleguen a un consenso por respeto a la dignidad de todas las personas y que dejen a un lado sus intereses y cálculos partidarios y no utilicen a las personas migrantes como moneda de cambio”, subraya Redondo.
Este grupo eclesial que no solo colaboró para presentar la iniciativa legislativa, sino que “ha aportado argumentos, datos y hechos” considera que hay que acabar con “la exclusión generada por la irregularidad administrativa”.
“Para la Iglesia, la persona debe estar en el centro también de las políticas y su dignidad no puede depender de su origen ni situación administrativa, por lo que Redondo defiende “una convivencia basada en la justicia”, Redondo
“Es hipócrita e injusto condenar a las personas migrantes a trabajar en la economía sumergida o no querer ver que hay gente que han venido de otros países que por circunstancia de edad, salud o sinhogarismo no pueden acceder al empleo”, apostilla.
Crítica al visado por puntos
Tampoco comparte la última propuesta del PP de endurecer las condiciones de entrada y permanencia de personas migrantes en España a través de un visado por puntos condicionado a su capacidad de integración, proximidad cultural o nivel económico.
“Me parece indigno e injusto”, admite de entrada el director episcopal de Migraciones. “No se pueden condicionar los derechos de ciudadanía a la lengua, la cultura o la proximidad de las personas. La Iglesia defiende y poner en práctica la acogida a toda persona que llega”.
Así explica que “quienes se embarcan en un tránsito migratorio necesita apoyo para poder cumplir su aspiración de mejorar sus condiciones de vida y de realizarse como persona y no podemos discriminar a nadie por su origen”.
“La acogida cristiana está abierta a todas las personas, no se especifica ninguna nacionalidad. Jesús no hizo exclusiones, ni miraba de donde venían las personas”
La Subcomisión Episcopal para ha hecho un llamamiento a las comunidades cristianas para que reconozcan y valoren el papel de las personas migrantes y refugiadas como portadoras de esperanza. En palabras de los obispos, estas personas no solo buscan una vida mejor, sino que también revitalizan la sociedad y la Iglesia con su juventud, valores, trabajo, fe y resiliencia.
La Iglesia española invita a ver a los migrantes no solo como personas necesitadas, sino como auténticos misioneros, capaces de renovar comunidades eclesiales “rígidas y cansadas” y de abrir nuevos caminos de fe y diálogo interreligioso.
Para facilitar la participación en esta jornada, la Conferencia Episcopal ha puesto a disposición de parroquias y comunidades materiales litúrgicos, catequéticos y de sensibilización en varias lenguas oficiales del Estado.

Redactor jefe de Noticias Obreras