La Comisión Asesora arranca con el mandato de garantizar un SMI del 60% del salario medio

La Comisión Asesora arranca con el mandato de garantizar un SMI del 60% del salario medio
La Comisión Asesora para el Análisis del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha comenzado sus trabajos de cara a la actualización de esta renta básica para 2026 para determinar dos cuantías: con tributación fiscal y sin ella

En una comparecencia celebrada tras la reunión constitutiva, la relatora de la comisión, la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, Begoña Cueto, y la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, subrayaron la relevancia del mandato recibido para garantizar que el SMI se mantenga en el 60% del salario medio neto, en línea con la Carta Social Europea.

Cueto agradeció “la independencia” con la que podrán realizar el encargo y destacó que el objetivo es elaborar una propuesta rigurosa basada en los efectos del SMI sobre el mercado laboral.

“Queremos examinar qué ha pasado con los bajos salarios, con la pobreza laboral y con la desigualdad. Es una oportunidad para dar una visión más amplia de qué está pasando con el salario mínimo en España”, explicó.

“El salario mínimo es la historia de éxito de nuestro país”

Por su parte, Díaz calificó la evolución del SMI como un hito social. “Cuando llegamos al Gobierno estaba en 735 euros y toda la población asalariada acogida a él eran trabajadores pobres. Hoy, con 1.184 euros, quienes trabajan a tiempo completo han salido de la pobreza laboral”, subrayó.

La vicepresidenta insistió en que las subidas tienen un efecto directo en la vida de las familias. “En un hogar con dos personas que cobren el salario mínimo hoy entran 12.000 euros más al año que en 2018. Eso significa poder pagar la luz, comer mejor o llevar a los hijos a actividades extraescolares. No es metapolítica, es la vida real de la gente”, destacó.

Un mandato doble: con y sin tributación

La principal novedad del encargo a la comisión es que deberá elaborar dos cálculos: uno con exención fiscal en el IRPF y otro aplicando la tributación. “El objetivo es garantizar al menos el 60% del salario medio en nuestro país, exento de tributación o tributando. Será Hacienda quien decida, porque nunca invado competencias de otro ministerio”, aclaró.

Preguntada sobre si debería tributar el SMI, la vicepresidenta apuntó a que “es absolutamente injusto que una renta de 17.000 euros al año tenga el mismo tipo marginal que una de 100.000. La pedagogía fiscal es necesaria, pero empecemos por arriba. Esta renta es todavía demasiado exigua para cargarle más presión”.

Impacto social: mujeres, jóvenes y migrantes

Díaz defendió que “el SMI no es una cifra, es la diferencia entre la pobreza y la dignidad”. Subrayó que desde 2018 ha subido un 61%, lo que se traduce en 448 euros más al mes y 6.273 euros más al año para millones de personas.

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Los efectos, aseguró, son palpables: “El índice Gini ha bajado a su nivel más bajo en décadas, la población en riesgo de pobreza está en mínimos desde 2013 y la brecha salarial de género se ha reducido en casi cinco puntos, porque dos de cada tres beneficiarias son mujeres”.

Los jóvenes menores de 35 años y las personas migrantes también han sido protagonistas del avance. “España es hoy mejor gracias a las personas migrantes. No son recursos humanos, son nuestras vecinas y vecinos, y el SMI también es una herramienta para proteger su dignidad”, afirmó.

Crecimiento económico desde abajo

La vicepresidenta defendió que las sucesivas subidas del SMI han contribuido al crecimiento inclusivo de la economía. “Desde 2018, España es el país de la Unión Europea que más empleo ha creado. Lejos de destruir puestos de trabajo, el salario mínimo ha demostrado que la economía crece desde abajo, desde la mejora salarial y la estabilidad en el empleo”.

Díaz contrastó este modelo con las políticas de austeridad aplicadas tras la crisis de 2008: “Sentimos todavía en nuestra piel las cicatrices de aquellas políticas de devaluación salarial que empobrecieron al país. Frente a ese modelo del dolor, hoy apostamos por la dignificación de los salarios como la mejor herramienta contra la desigualdad”.

Próximos pasos

El informe de los expertos se debatirá en la mesa de diálogo social con sindicatos y patronal antes de la decisión final del Gobierno. La vicepresidenta evitó fijar fechas, pero señaló que el objetivo es que la subida de 2026 se apruebe “lo antes posible” para que tenga efecto desde principios de año.

“Creo que el salario mínimo le sienta muy bien a España y, sobre todo, a los españoles y españolas”, concluyó Díaz. “Es la mejor herramienta para reducir la desigualdad, combatir la pobreza laboral y avanzar hacia un país más justo”.