Experiencia Corredores de Hospitalidad

Experiencia Corredores de Hospitalidad
Un espacio para la acogida, la hospitalidad y la esperanza.

«No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto» (Ex 22,20). Es una de las normas que recoge el dominado «Código de la Alianza» que se redactó cuando los israelitas se instalaron en Palestina y pasaron de la vida nómada a la de agricultores y redactaron una serie de leyes que fue adoptada solemnemente por sus doce tribus. Con esta norma se acentuaba el carácter de acogida del pueblo israelita unido a la hospitalidad (recogida en el relato de la encina de Mambré. Gén 18,1-15.)

Estos textos bíblicos del Antiguo Testamento mencionados nos revelan la forma de actuar de Dios y que, al hacernos amigos suyos, Dios nos confía una responsabilidad sobre el mundo.

Y es en este nivel en el que se puede decir que tienen fundamentación y sentido los Corredores de Hospitalidad como una experiencia de solidaridad, acogida y de hospitalidad llevada a cabo por distintas diócesis de España con respecto a las personas migradas que llegan a Canarias desde la peligrosa y mortífera Ruta Atlántica. Aunque los Corredores de Hospitalidad no son nuevos, sí lo es la petición del obispo de Canarias, don José Mazuelos, de trabajo sinodal y en red (Cáritas diocesana y Delegación de Migraciones).

La situación del archipiélago canario, situado en pleno océano Atlántico, lo hace ser como una gran puerta abierta al mundo, favoreciendo la movilidad humana a lo largo de la historia, tanto de ida como de vuelta. ¡Cuántos canarios se vieron obligados a cruzar la otra orilla! ¡Cuántas personas llegan ahora a Canarias con el mismo propósito de buscar una vida más digna! Y todo este proceso migratorio ha supuesto una oportunidad y un enriquecimiento multicultural que ha ayudado a configurar la idiosincrasia del pueblo canario: abierto, acogedor, hospitalario.

El proyecto de los Corredores de Hospitalidad responde a manifestar ese talante acogedor y abierto situándonos al lado de las personas que más sufren en nuestra sociedad, siendo conscientes de que es «pura gracia» que Dios nos regala.

Con los Corredores de Hospitalidad se pretende ser cauce de amor al prójimo dentro de la Iglesia católica en España; siendo testigos, apóstoles de fraternidad y peregrinos de esperanza, tal como expresaba nuestro querido y difunto papa Francisco en la Fratelli tutti.

Los Corredores de Hospitalidad pretenden ser un signo
de compromiso y solidaridad de las diócesis de la península
con las diócesis canarias, facilitando procesos
de inclusión
en la vida social y laboral de jóvenes extutelados
procedentes de Canarias

Los Corredores de Hospitalidad han sido todo un taller de aprendizaje ayudando a saber caminar, empatizar y acompañar a jóvenes que quieren una oportunidad de vida en su paso a la vida adulta, y a su vez se tiene bien claro que acompañar a los jóvenes en este camino no es una obligación sino un saber estar en todo momento en el camino de sus vidas. No se trata de la realización de un traslado de territorio sino de un camino que emprenden hacia una oportunidad de vida.

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Desde comienzos de este año 2025 se ha ido fraguando la oportunidad de tener un proyecto común en nuestra diócesis (Cáritas diocesana y Delegación de Migraciones) y con otras diócesis de España como Jerez, Madrid, Zaragoza, que nos ayuda a vivir la misión común que Jesús nos ha encomendado.

La experiencia de visitar los centros de menores y de compartir su día a día, sus expectativas, sus inquietudes y esperanzas… ha propiciado mostrar otra forma de entender la movilidad humana para las instituciones públicas y para las entidades que abordan esta realidad en Canarias.

El contacto con las diócesis acogedoras en la península ha sido un enriquecimiento como Iglesia, vivir el amor de la fraternidad, la acogida, el cariño y reconocer también el esfuerzo que su- pone abrir puertas a los Corredores nos muestra el amor del Evangelio que se hace vida cuando los jóvenes sienten que hay una familia humana que los recibe y acoge.

Este año 2025, Jerez acogió a 15 jóvenes a principio de año con las dificultades que ha supuesto responder a una realidad plural y compleja; Madrid ha recibido a seis jóvenes compartiendo con el voluntariado la acogida; Zaragoza ha acogido a dos jóvenes acompañando los proyectos de vida y, en el mes de junio, Teruel acoge a tres jóvenes. Cada lugar que ha abierto sus puertas nos ha mostrado la grandeza del amor al prójimo y cómo Dios se hace visible en cada encuentro.