“El trabajo me ayudó a recuperar la confianza y sentir que tengo un lugar aquí”

El testimonio de Lesly Jara, mujer trabajadora migrante incorporada a un proyecto de inserción laboral de Cáritas, puso rostro y voz a la vigilia diocesana de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en Palencia. Su historia encarnó el anhelo de miles de personas que buscan una oportunidad para rehacer su vida con dignidad, recordando que el trabajo, cuando es decente, transforma a la persona y fortalece la comunidad.
Hace un año y medio, Lesly Jara llegó a España junto a su esposo y su hija de apenas un año. “Dejamos atrás nuestra tierra, nuestra familia, nuestros amigos… todo lo que conocíamos”, relató durante la vigilia diocesana celebrada en la iglesia de san Agustín, en el marco de esta jornada convocada por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente de Palencia.
“Llegamos con ilusión, pero también con miedo. No es fácil empezar de nuevo en un lugar donde todo es distinto: el clima, las costumbres, el acento, incluso los silencios.” Su relato sincero reflejó la dureza del desarraigo que viven tantas personas migrantes al dejar atrás su tierra en busca de una vida buena.
En los primeros meses, reconoció, se sintió desorientada, con el deseo de trabajar y sentirse útil, pero sin saber por dónde empezar. “Cada día trataba de mantener la esperanza, aunque a veces me costaba. Me preguntaba si lograríamos adaptarnos, si realmente encontraría un sitio donde sentirme parte.”
Su historia comenzó, como tantas otras, marcada por la incertidumbre. Pero el encuentro con una comunidad solidaria cambió el rumbo de su vida.
El encuentro que cambia la vida
“Y entonces apareció Cáritas”. Así resumió Lesly el punto de inflexión de su historia. A través de la organización eclesial conoció la tienda de ropa de inclusión social, un proyecto que ofrece empleo a personas en situación de vulnerabilidad. “Recuerdo el primer día de trabajo: estaba nerviosa, con ese temor de no hacerlo bien, de no encajar. Pero lo que encontré fue algo muy diferente. Desde el primer momento sentí el apoyo, la comprensión y el cariño de mis compañeras”.
En ese espacio, explicó, no solo aprendió tareas prácticas, sino también el valor del trabajo compartido. “Aprendí la importancia de la organización y lo hermoso que es trabajar con un propósito: ayudar a otros”. Cada prenda que pasa por sus manos tiene, dice, “una historia”, y su labor le permite contribuir a que otras personas también encuentren oportunidades.
“Este trabajo no solo ha cambiado mi vida, también ha cambiado la de mi familia”, afirmó. “Hoy mi hija me ve salir cada mañana con alegría, porque sabe que su mamá tiene un trabajo que la hace feliz”. Su testimonio expresa el sentido más profundo del lema de la jornada: “trabajo decente, derecho, no privilegio”.
Dignidad, fe y comunidad
Para Lesly, el empleo es mucho más que un medio de vida: es una fuente de dignidad, de estabilidad y de fe. “Cáritas y este proyecto de inclusión me enseñaron que cuando uno se siente acompañado, puede volver a creer. Que detrás de cada oportunidad hay personas que confían, que escuchan, que ayudan sin juzgar”.
Cerró su intervención con un mensaje que resume toda una experiencia de reconstrucción personal: “La tienda no es solo un lugar de trabajo: es una familia, una escuela de vida y un recordatorio de que, con fe, esfuerzo y solidaridad, todos podemos empezar de nuevo”
Una Iglesia comprometida con el trabajo decente
El testimonio de Lesly formó parte de la vigilia de esta jornada en el marco del encuentro diocesano “Creando puentes. Creciendo como Iglesia sinodal y misionera”, que reunió a unas 300 personas en el colegio Maristas Castilla de Palencia, “entre las cuales se encontraban miembros de las delegaciones y secretariados de la diócesis que expusieron en sus respectivos estand durante la feria que se desarrolló en la segunda mitad del encuentro”, según cuenta Laura Espina.
Durante la jornada, ITD presentó el gesto simbólico “Me pringo por el trabajo decente”, invitando a los asistentes a dejar la huella de sus manos sobre un cartel blanco con el lema de la campaña: “Trabajo decente: derecho, no privilegio” y a escribir, según cuenta Laura Espina, palabras de ánimo y compromiso. El mural, fruto de la participación y la creatividad colectiva, fue expuesto en la vigilia posterior.
La celebración mostró la fuerza de una Iglesia que escucha, acompaña y celebra la dignidad del trabajo. Otras dos personas vinculadas a los programas de empleo de Cáritas compartieron su experiencia de inserción, subrayando cómo han aprendido un oficio y “a estar orgullosas de él”, recuperado “la confianza en sí mismas” y el sentido que también ellas “tienen un lugar en nuestro país y en nuestra ciudad”.
El acto concluyó con una invitación compartida a seguir “luchando día a día por conseguir un trabajo digno y decente, como derecho y no como privilegio”, reafirmando el compromiso de la Iglesia palentina con quienes más sufren la precariedad y la exclusión.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)