Arrecian las voces, incluida la del Gobierno de Sánchez, contra el cambio horario

En cada cambio horario, como el que hoy se produce, vuelven abrirse el debate sobre su conveniencia. Esta semana ha sido el propio Gobierno el que ha anunciado que España va a proponer a la Unión Europea (UE) “eliminar definitivamente” en 2026 el cambio de hora estacional.
Pedro Sánchez ha presentado la propuesta española argumentando que “ya no aporta ahorro energético” y que “provoca molestias y efectos negativos en la salud”, en un vídeo publicado en la red social X.
“Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido”, por lo que España va a proponer acabar con ello en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía, a la que asisten los ministros competentes de los 27 Estados miembros.
En 2018 hubo una consulta ciudadana en la que participaron 4,6 millones de personas, de las que un 84% se mostraron a favor de terminar con los cambios.
Al año siguiente, el Parlamento Europeo respaldó ampliamente esta postura con el 63% de los votos, pero la decisión final quedó paralizada por la falta de consenso entre los Estados. Es necesaria una mayoría cualificada en el Consejo para que salga adelante. El año que viene expira mandado de la Comisión Europea que fija los dos cambios horarios cada año y que se renovada cada cinco.
El Gobierno español no se ha pronunciado sobre qué horario quedará fijado, si el de verano o el de invierno. Tan solo quiere reabrir el debate con los demás países para alcanzar el consenso más adecuado. El comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, ha recalcado que los cambios horarios continuarán hasta que los colegisladores adopten formalmente una decisión, en el caso del Consejo, por mayoría cualificada.
La salud de la población no es “negociable”
Sin embargo, el sindicato USO reclama que “cualquier decisión que se adopte priorice la salud y el bienestar de las personas trabajadoras y de toda la ciudadanía. Esta decisión debe basarse en evidencias científicas, no únicamente en la cultura española o desde el punto de vista económico”.
“Seguiremos defendiendo que cualquier decisión política que afecte a las condiciones de trabajo y a la salud laboral debe contar con el respaldo de la evidencia científica y la participación de los agentes sociales. La salud y el bienestar de las personas trabajadoras no son negociables”, insiste la secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO, Sara García
La organización de trabajadores afirma que la comunidad científica es clara en sus recomendaciones sobre la adopción del horario de invierno, al ser más beneficioso para la salud. Si bien, admite que 7 de cada 10 españoles prefiere mantener el horario de verano durante todo el año. Por ello, mientras se toma una decisión definitiva sobre el cambio de hora, recomienda que se realice un cambio gradual en las rutinas.
Más de 200 organizaciones internacionales firmantes de la Declaración de Barcelona sobre Políticas del Tiempo, defienden la abolición del cambio de hora estacional en Europa y proponen una reorganización del tiempo que favorezca la salud, la sostenibilidad y la conciliación.
Afirman que el horario de invierno es más coherente con los ritmos biológicos humanos y alertan de los efectos negativos del desfase horario sobre la salud, la productividad y el medio ambiente.
Horarios atípicos
España aplica el cambio bianual de hora desde 1974, con el objetivo inicial de adaptar la jornada laboral a la luz solar y ahorrar energía. Además, desde hace décadas vive en un huso horario que no le corresponde.
“En 1940 se decidió que nuestro huso horario sería el de Alemania. La medida temporal al final no ha sido temporal, se sigue manteniendo y no tiene sentido que Madrid tenga la misma hora que Cracovia”, explica César Martín Izquierdo, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE).
Si se aplicara el mapa de 24 franjas horarias, a España le correspondería el horario actual de Canarias o Portugal, es decir, una hora menos.
Esta desincronización afecta a la conciliación familiar, la salud mental, la natalidad, el abandono escolar y hasta los índices de divorcio.
Aunque históricamente, el cambio horario se justificaba por el ahorro energético. Carlos Moreno Azqueta, miembro del área de energía de Ecologistas en Acción, asegura que “el impacto en términos de ahorro energético está entre nulo y muy bajo”.
En el pasado, el gasto en iluminación era mayor, pero hoy en día las bombillas son más eficientes y el alumbrado urbano cuenta con sensores de luminosidad. Los estudios más optimistas hablan de un ahorro del 0,5 % al 1 %, pero no hay evidencia concluyente.
Moreno Azqueta propone medidas más eficaces como el fomento del transporte público, el autoconsumo, las placas solares, la climatización eficiente y la reducción de la jornada laboral adaptada a la luz solar. El propósito de eliminar el cambio horario es volver a sincronizar el reloj biológico con el ambiental, mejorando la calidad de vida.

Redactor jefe de Noticias Obreras



