Trabajadoras y trabajadores cristianos del mundo denuncian la cultura de la “disponibilidad”

La Jornada Mundial por el Trabajo Decente fue creada para valorar la necesidad de unas condiciones dignas de trabajo y recordar las luchas históricas por los salarios justos y la justicia social
El papa Francisco, al igual que sus dos predecesores, auspició la participación activa de las trabajadoras y los trabajadores cristianos en esta jornada de sensibilización. El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) han decidido este año dar protagonismo a las personas trabajadoras de Singapur, uno de los mayores centros financieros del planeta.
Este enclave asiático cuenta con una legislación laboral que pone límite a las horas extraordinarias, autoriza licencias médicas, anuales y parentales. Además, según un comunicado difundido por el MMTC, se empiezan a dar pasos para garantizar la seguridad laboral de los trabajadores del transporte empleados por plataformas digitales.
El comunicado revela que la realidad de la población trabajadora difiere de la que establece su legislación laboral. El “tripartismo” a que apunta, como un diálogo y colaboración entre empresas, trabajadores y Gobierno, en realidad se muestra como mínimo “ambivalente” frente al trabajo decente, ya que en la práctica justifica la cooptación de los sindicatos.
Las trabajadoras y los trabajadores en Singapur continúan registrando “jornadas laborales extensas” y la “disponibilidad constante” forma parte de las expectativas culturales del trabajo”.
Discriminación a personas trabajadoras migrantes en Singapur
La arraigada filosofía de la disponibilidad, con horarios de trabajo interminables, se refuerza con los visados de trabajo, que en Singapur son patrocinados por las empresas, lo que obliga a miles de trabajadores migrantes –más de 300.000, la mayoría de Bangladés, India o China–, a mantenerse “perpetuamente dependientes de sus empleadores, impidiéndoles mejorar sus condiciones laborales. A su vez, este estándar degradado de condiciones aceptadas se convierte en una amenaza que afecta a otros sectores industriales y a trabajadores no migrantes”.
Las trabajadoras domésticas prolongan sus jornadas durante 18 horas diarias de trabajo. En otros sectores, con gran presencia de migrantes, como la construcción, los astilleros y las manufacturas se trabaja 12 o 14 horas diarias en seis días por semana. A las condiciones reales descritas, se añade el hecho de que en Singapur, una ciudad con un coste de la vida entre los más altos del mundo, no existe el salario mínimo siendo el salario medio unos 300 dólares.
Los empleadores pueden pagar cantidades muy bajas y los trabajadores prolongan sus horarios laborales con horas extras. “Los accidentes que involucran a conductores de vehículos pesados, muchos de ellos migrantes, son frecuentes, y las víctimas más afectadas suelen ser también trabajadores migrantes transportados como carga en camiones”, ha denunciado el Movimiento.
Priorizar el trabajo decente
El comunicado de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente recuerda que “condiciones similares prevalecen en muchos otros países. La realidad de Singapur demuestra que el trabajo decente no puede lograrse únicamente mediante el artificio superficial de la legislación. El trabajo decente para todos requiere abordar las causas profundas en la sociedad y la economía, incluyendo la economía informal y las normas culturales”.
La organización afiliada al MMTC Christian Family and Social Movement (CFSM) de Singapur evoca la “bendita y querida memoria” del papa Francisco, con su insistencia permanente sobre “la importancia del trabajo decente y los derechos de los trabajadores, abogando por prácticas laborales justas y la protección de la dignidad del trabajador” y recuerda el llamamiento a introducir “reformas económicas que prioricen el trabajo decente y los derechos de la persona humana”.
Finalmente, los trabajadores cristianos de Singapur desean a todos los miembros del MMTC “una conmemoración significativa de la Jornada Mundial del Trabajo Decente, de las prácticas laborales justas y de la protección de la dignidad de los trabajadores”.

Periodista.
Militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga